Para el Recuerdo

ESTAMPA CAUDETANA.
PARA EL RECUERDO.

Sitúate. Calle El Molino de la Real Villa de Caudete. Noche cerrada.  Al fondo, la Plaza de El Carmen que, en su punto central, luce EL ÁRBOL, madre de todos los árboles de luz de la Villa, y que fue la sensación de las pasadas fiestas de la NAVIDAD DEL SEÑOR.
No desbarro cuando te digo que en el centro del lugar ¡se luce! la sensación, la novedad en grande, el esbelto árbol de luz porque cada vez que pasaba yo por el lugar, cosa que ocurría con mucha frecuencia, no faltaba gente fijando, para el RECUERDO, una imagen familiar con el árbol de luz de fondo.
Y es que, sí, ha causado sensación y, por ello, han sido muchos, hasta el Sr. Alcalde, los que le han empleado para que llevara felicitaciones de Navidad y buenos deseos para el Año Nuevo.
Cuando tomé esa fotografía, desde la puerta del garaje del convento de San José (El Carmen), los días iban ganándole luz, minuto a minuto, a la noche cerrada, como boca de lobo, pero, a pesar de ello, quien imponía sus reales era la noche, ya lo ves.
La borrasca Filomena no nos dejó nieve, pareciera que la poca que le quedaba en la panza después de haber descargado sin miramiento alguno sobre la Villa y Corte, la había dejado por los campos de La Mancha arriba y los últimos copos, que no fueron pocos, los esparció sobre la sierra Oliva, pero ni en los tejados ni en las calles de la Villa, dejó pincelada blanca alguna. Pero lo que sí dejó, con muy mala idea, fue un frío  de aquí te espero,  de mucho "helor", que decía la señora que cuida de nosotros. Y, aunque éste suele ser invisible, no lo era tanto para el ojo de luz del árbol encendido de la Plaza del Carmen y, si te fijas,  observarás cómo saca al frío pegado a las aceras y a la calzada de la calle con su luz, como si fuera, ésta, una fina espátula. 
Aquella noche el frío se movía a sus anchas por el predio y, como si fuera un escobón, barrió a todo el mundo, hasta la gente joven con la que nadie ni nada puede, sí que pudo aquella noche, y lo hizo. No se veía un alma. Solo él, el hermoso árbol de luz plantado en el centro neurálgico de la Plaza de El Carmen, permanecía impávido fundiéndose, difuminándose, con la avanzadilla del ambiente fresco que se le acercaba.

Ya no está, ya se nos fue el árbol de luz más guapo de todos los que se han levantado en distintos lugares de la Villa, ya reina a sus anchas sobre las aceras y sobre la calzada el "helor" agazapado para jugarle una mala pasada a algún descuidado.
Ya solo nos queda, del hermoso árbol, SU RECUERDO.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
14.1.2021. Jueves. (C. 1.142)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.