ESTAMPA CAUDETANA.
LA FIESTA PATRONAL
(Imagen de San Blas que se venera en el Santuario junto a la Patrona, la VIRGEN
de GRACIA. Estos días en lugar de honor, en el presbiterio de la parroquia de
Santa Catalina)
El cielo cristalino de la Real Villa de Caudete se rompía aquí y acullá,
mediado el día, cuando los cohetes rompían el aire tratando de llegar a todo lo
alto y, en llegando allá arribota, ¡¡¡BOOOOM!!! ¡¡¡BOOOOM!!! ¡¡¡BOOOOM!!!
Estallaban las bombas de artificio que llevaban adheridas a su caña.
Por orden de la Cofradía de San Blas, se estaba llamando la atención de los
villanos de Caudete para que cayeran en la cuenta de que, ayer, era el día del
COOPATRÓN.
La pandemia que nos tiene confinados no pudo con la SOLEMNIDAD DEL COOPATRÓN.
Bien es verdad que las normas establecidas por la autoridad competente para
afrontar una lucha sin cuartel contra esta contrariedad tan grande que,
implantada por el "bichico", llegado del oriente, ha arrumbado todo componente
externo, toda parafernalia, que tan agradable y atractiva hace LA FIESTA, ha
aguado todo. De hecho, en la Real Villa de Caudete, ayer, no se notaba nada,
fuera de los ruidos de la pirotecnia, que nos encontrábamos en el día de la
SOLEMNIDAD DEL COOPATRÓN SAN BLAS.
Pero no, no pudo la pandemia con SAN BLAS porque, a las 19,00 horas, el Gremio
de Campaneros subidos en todo lo alto de la torre de Santa Catalina, comenzaron
a sacarle sus más sonoros timbres a la campana grande, conocida como Catalina,
y a todas las otras, para esparcirlos por todo el predio de la Villa mientras
que, en el cielo, ponían rosetones que encendían, con lucecicas de
colores, la oscura y profunda cubierta celeste de Caudete.
Cuando callaron las campanas de la torre y se apagaron las lucecicas en
el cielo, comenzó la ceremonia litúrgica en honor del SANTO COOPATRÓN SAN BLAS.
La parroquia se encontraba ocupada por el número de fieles que estipula la
autoridad. En lugar preeminente, Manolo Ortuño Amorós, el Presidente de la
Cofradía de SAN BLAS acompañado de algunos cofrades, todos ellos, portando al
pecho, la medalla que les identificaba como miembros de la Cofradía.
Formando parte de la homilía, el celebrante, leyó la hagiografía que, del SANTO
COOPATRÓN, hiciera, hace muchísimos años, un autor extranjero de
nombre Robert QUARDT en su libro "Los Santos del Año" (pgs,
73-75) que, recogiendo todo el aporte traído en volandas por la tradición con
el aporte de la leyenda, tuvo el acierto de ponerlo por escrito.
Finalizada la Eucaristía, el celebrante bendijo dos largas velas preparadas por
el sacristán para que, aún en tiempo de pandemia y guardando escrupulosamente
la normativa sanitaria, procedió a bendecir, tocando el cuello de aquellos
fieles, que así lo desearon, con las velas entrecruzadas, según la más genuina
costumbre que se remonta al siglo IV porque el SANTO BLAS es invocado como
auxiliador en los padecimientos de garganta debido a que, en el camino hacia su
martirio, curó a un niño al que, una espina clavada en su garganta, estaba a
punto de asfixiarle.
Concluida la ceremonia litúrgica la feligresía se encaminó a sus casas a pesar
de que la tarde era primaveral. Pero es que, al fondo, se encuentra ella, la
pandemia.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
4.2.2021. Jueves. (C. 1163)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, sí, ya ha pasado la fiesta de nuestro COOPATRON, sin su acostumbrado jolgorio que también se lo pasan los más pequeños , pero otra fiesta más que ha sido tan diferente , tendremos la confianza puesta en el Señor que esto vaya cediendo. Que tenga un buen día.
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