ESTAMPA CAUDETANA.
LA VIRGEN DEL CUADRO DE SAN ALBERTO DE SICILIA. DÍA
7° DE LA NOVENA.
En uno de los frescos que lucen preciosos en los
muros de las naves laterales de la iglesia del convento de San José (El Carmen)
dedicado a la figura del carmelita San Alberto de Sicilia, aparece,
manifestándose al santo carmelita, la Madre del
Carmelo.
Es una pintura de Remigio Soler, pintor
valenciano que descolló mediado el siglo pasado y que hizo escuela (*). Este
hombre fue contratado por el P. Elías Requena para que ilustrara, con su arte,
las paredes de la iglesia que había conseguido reconstruir, tras su incendio en
los albores de la guerra (22.7.1936), con muchísima ayuda de las gentes de la
Real Villa de Caudete. La decoración se prolongó durante la década de los
cincuenta del pasado siglo porque, en aquellos tiempos, había tanta necesidad
que no siempre se disponía de líquido para pintar paredes porque, primero,
estaba el llenar los estómagos, tema en el que el P. Elías era un verdadero
especialista. Ya te he dicho en otra ocasión que las limosnas no duraban en los
bolsillos de su hábito más allá de un ratico, el que tardaba en subir a lo alto
del pueblo, a las cuevas, donde había tanta penuria.
Este fresco, en concreto, lo firmó Remigio en
1952.
Ayer fue el séptimo día de la Novena en honor de
Nuestra Madre la Virgen del Carmen y el padre predicador nos dio un poco de
descanso en el viaje místico en el que venimos acompañando a la Virgen en esta
novena preparatoria para su solemnidad, que está ya ahí, a la vuelta de la
esquina. Nos la presento en Nazaret en una relación íntima de alumna con
maestro de ella con Jesús. Cantó la vida sencilla en una casa humilde de
Nazaret dónde vivía la Sagrada Familia. Una vida sencilla, pero grandiosa; una
vida natural, pero sobrenatural; una vida inmersa en Cristo, el Hijo de
Dios, que había tomado carne humana en ELLA y que estaba creciendo, como
hombre, entre las paredes de aquella sencilla casa. Hizo el orador sagrado
mucho hincapié en que aquella vida era una vida normal, cómo normal era
la vida de aquellos que compartían con ellos la existencia en aquel pueblecico
de Nazaret. la Virgen María, la Madre, era ni más ni menos, como cualquier otra
comadre de la vecindad. Limpiaba su casa, hacía la comida, iba a por el agua a
la fuente con las vecinas... Vivía muy relacionada con la familia, con sus
padres Joaquín y Ana, con sus hermanos, como María, la mujer de Cleofás y con
los sobrinos. Todo normal pero en la relación de tú a tú más íntima y personal
con Jesús, su Hijo, de modo que era SU PRIMERA Y MÁS AVENTAJADA DISCÍPULA.
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
14.7.2021. Miércoles (C. 1.300)
(*) A lo largo del trienio 2014 -2017 nos vimos
en la necesidad de restaurar los desperfectos que había dejado el paso del
tiempo en aquellas pinturas y, quienes llevaron a efecto tal cometido fueron,
precisamente, los integrantes de la escuela de pintura que fundara, allá en
Valencia, Remigio Soler.
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenas tardes , P. Alfonso, gracias a la restauración de las pinturas que en su día se hicieron en la iglesia del Carmen se pueden admirar dichas pinturas , la verdad que les hacían buena falta . Poco a poco se va acercando el final de la novena de la Virgen del Carmen , para llegar a su día grande. Que termine bien el día.
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