El Mantero de la Playa.

ESTAMPA CAUDETANA.

EL MANTERO DE LA PLAYA.

He oído decir que "el criminal vuelve siempre al lugar del crimen". En eso pensaba yo cuando vi al MANTERO ir de un lado a otro por la playa ofreciendo los objetos que guardaba en su voluminosa manta a las no pocas gentes que habían bajado hasta la playa para tomar el sol o bañarse o ambas cosas, el buen muchacho, porque no era mayor, llevaba en su mano un paño que extendía delante de los grupos familiares y les indicaba que era lo ideal para echarse sobre él en la playa y, así, no ponerse perdido con la finísima arena. En lo que alcancé a ver, no tuvo éxito en los primeros ofrecimientos. No sé si lograría colocar algo de lo mucho que llevaba porque él correteaba la playa con dirección al norte y yo iba por el paseo en dirección contraria.

Y, sí, así como el criminal vuelve al lugar del crimen, el mozalbete, torrado, y no precisamente por el sol del levante español, también ha vuelto a la playa y si la primera vez que tocó tierra española venía todo ilusionado buscando una vida mejor, el buen muchacho, al volver a la playa, lo hace para consolidar aquel deseo que traía consigo y ya que no encontró mejor modo de hacerlo, se dejaría caer en las manos de algún indeseable desaprensivo  que se aprovecha de su necesidad y le pone a vender productos que, en la mayoría de los casos, son copias falsas de otros productos que  lucen mucho en los escaparates de tiendas de postín.

Y, sí, volvió a la playa rememorando su entrada en España a bordo de una patera.

Llegada la noche, él y otros colegas, que se encuentran en la misma situación, extienden sus mantas a la luz de los faroles, en un buen trecho del paseo de pescadores, y ofertan a los viandantes los productos de toda índole que guardan en sus mantas.

Recibe mi saludo, mis

           ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

30.10.2021. Sábado (C. 1.409)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.