Ayer Bajó el Espíritu Santo.

ESTAMPA CAUDETANA.

AYER BAJÓ EL ESPÍRITU SANTO.

(Acuarela realizada por Rafael Requena en 1981 y que, con motivo de las Confirmaciones de 1989, fue utilizada como póster anunciador).

El Señor Jesucristo había dicho a sus discípulos antes de ascender al cielo, momento cumbre de su vida entre nosotros porque, en esos momentos se iba a ausentar definitivamente de con sus discípulos porque se volvía al Padre, tal y como le habían venido viendo durante su relación con él en su quehacer por los caminos de Israel y, después de su resurrección, haciéndose presente en distintos momentos de la vida de aquellos agentes que le habían seguido incondicionalmente cuando escucharon de su boca la llamada al apostolado, “me voy con el Padre alegraos de que así sea porque os voy a enviar de su parte al Paráclito, al Defensor, al Espíritu Santo, que os asistirá constantemente en vuestra labor apostólica. Permanecer en Jerusalén hasta que os llenéis de él”.

 Diez días después de la Ascensión del Señor tuvieron la confirmación rotunda y contundente de sus palabras, la promesa se cumplió que les había hecho el Señor antes de separarse de ellos, mientras les bendecía. El Espíritu Santo bajó sobre ellos y sobre su Madre Santísima, Nuestra Madre de Gracia, cuando estaban reunidos en el cenáculo, con las puertas cerradas a cal y canto, por miedo a los judíos.

Aquel momento marcó un cambio total en aquellas gentes que pasaron de tener un miedo cerval a hacer ellos lo mismo que hiciera su Maestro. Con alegría desbordante y gozando de una libertad plena se lanzaron, amparados por el Espíritu del Señor, por los caminos del mundo para llevar la Buena Nueva de la Salvación que Dios Padre nos había ofrecido en su Hijo Jesucristo y que, ahora, dejaba al cuidado de la labor santificadora y providente del Espíritu Santo.

Aquel acontecimiento que gozó de la presencia del Espíritu Santo no fue el único vivido en la Historia de la Salvación porque se hace presente allí donde  cuando lo estima oportuno y, también, cuando la Santa Madre Iglesia requiere su presencia para investir con su fuerza y valentía a los fieles cristianos por la imposición de las manos y la unción del Señor obispo cuando les es administrado el sacramento de la Confirmación. En esa ocasión se produce, solemnemente, el mismo hecho que tuviera lugar en el Cenáculo jerosolimitano a los cincuenta días de la resurrección de Jesucristo y diez días después de su Ascensión al lado del Padre, sobre el Colegio Apostólico y sobre la Virgen Santísima. 

Lo mismo aconteció aquí, en esta Real Villa de Caudete, en la tarde de ayer, cuando el Señor obispo de la diócesis, don Ángel Fernández collado, confirió el sacramento de la confirmación a 40  jóvenes que habían dado un paso adelante y, tras prepararse adecuadamente, fueron objeto de la bendición divina al recibirle, al ser inundados por el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios.

A la hora fijada, 19,30,  la iglesia parroquial de Santa Catalina se encontraba llena, de bote en bote, no cabía un alma más y aquellos que no pudieron acceder al templo permanecieron a la espera de que concluyera la liturgia en las puertas de la misma y en la plaza aledaña llamada de la Iglesia.

Lo acontecido en la tarde de ayer en la parroquia de Santa Catalina de esta Villa caudetana,  viene haciéndose generalmente cada año porque, entre los jóvenes de las distintas generaciones, siempre hay un número que se siente vocacionado de modo especial para este encuentro  con el Espíritu del Señor. Otro tanto aconteció hace 33 años y, de ello, nos da noticia una de las acuarelas del mundialmente conocido y celebrado acuarelista de esta Villa, Rafael Requena, que reproducida como póster anunciador del evento, lo guarda como oro en paño, quizá porque sea recuerdo de la confirmación de alguno de sus hijos, Doña Juli. Doña Juli, mujer nacida en tierras bizarras, como son las de Castilla La Vieja, había enraizado en estas tierras en tiempos fuertes y se hizo lugareña, como uno de tantos de los que guarda memoria imperecedera en su gran corazón. Sí,  la estampa siempre vivida de todos aquellos alumnos caudetanos que pasaron por su aula pero, además, de esa muestra única y siempre actual, guarda en su casa muchos otros recuerdos, vestigios, a veces sin saber dónde, de hechos y acontecimientos que tuvieron lugar a lo largo del discurrir de los días, de la vida de esta Villa caudetana.  Con motivo de las confirmaciones de este año, festivamente celebradas ayer por la tarde, se le encendió una luz en su cabeza y busco afanosamente uno de los motivos, que en torno al sacramento de la Confirmación, que pintara quien fuera su gran amigo, Rafael Requena, para que constituyera, también hoy, una vez más,  portador de la gran noticia de la Venida del Espíritu Santo a esta Villa de Caudete. Es la acuarela que, por gentileza de Doña Juli, encabeza hoy estas letricas. En la acuarela el pintor interpreta con toda sencillez, pero de modo maravilloso el Misterio: Desde un fondo oscuro, mundo que nos es privado a los sentidos materiales, surge,  viniendo a Caudete el Espíritu Santo en forma de paloma blanca, luminosa, alumbrando con su luz a la Villa que aparece en la parte baja del cuadro, la Real Villa de Caudete de la que emerge la silueta de la parroquia de Santa Catalina. Destaca la cita bíblica del profeta Isaías que dice:

“El Espíritu del Señor está sobre mí,

Porque Él me ha ungido

Para que dé la Buena Noticia a los pobres.

Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos

Y la vista a los ciegos,

para poner en libertad a los oprimidos,

para proclamar el año de gracia del Señor.”

Isaías 61,1-2

(Para el recuerdo. El Sr, Obispo, Don Ángel, se fotografía con el párroco P. Luis Torres Pérez, carmelita, con todos los confirmandos y sus catequistas).

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      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

28.5.2022. Sábado. (C. 1.523)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.