Los Cacos.

ESTAMPA CAUDETANA.

LOS CACOS.

No sé si se deberá al alza de la vida experimentada en los últimos tiempos en nuestra Piel de Toro, eso que llaman inflación o es el vicio que, para satisfacerle, impele a aquellos que lo padecen o que están engrilletados por él a delinquir apropiándose de lo ajeno para satisfacer sus apetencias. El caso es que los CACOS que, según escucha en los mentideros de la Real Villa de Caudete, se hacen notar con demasiada frecuencia en la Villa, han vuelto a las andadas y en la noche de ayer intentaron darse una vueltecita por la iglesia de Santa Catalina para ver “qué podían cambiar de lugar”.  Y, para llevar a “buen fin su proyecto” intentaron violentar la puerta del templo parroquial.

Con toda seguridad, los amigos de lo ajeno, no pretenderían entrar a horas intempestivas de la noche al lugar santo para ponerse a reflexionar acerca de las preguntas fundamentales de la vida: ¿de dónde venimos? ¿Para  qué estamos aquí? ¿A dónde vamos? Seguro que no.

Abrigarían la esperanza de dar un golpe con suerte que les solucionarse su día a día “sin pegar golpe”, pero, eso sí, a base de "golpes"

Fueron provistos de sus herramientas. Intentaron saltar el pestillo pero, éste, al parecer, no se encontraba solo a la hora de defender el lugar santo, sino que los eslabones estaban puestos. Juan Domenech, el sacristán, los había dejado perfectamente dados. Así que, por esta vez, fallaron. Su proyecto se vio por los suelos con las astillas que arrancaron de la puerta para poder introducir las herramientas. Los pobrecitos CACOS no llegaron a entrar en la iglesia y, a la luz que tiene dispuesta el Ilmo. Ayuntamiento en la zona, se verían, unos a otros, si hubieran sido varios, contrariados en demasía.

los amigos de lo ajeno, una vez más, amparados por la oscuridad de la noche tuvieron el arrojo suficiente para plantarse en la puerta de la iglesia para llevar a cabo su particular “desamortización”.

Esta vez no pudieron atropar, dentro de la Iglesia, algo que llevarse a los sacos y largarse, luego, con toda impunidad. Los pobrecicos no lograron entrar. Claro que, de haberlo conseguido, se hubieran llevado un chasco pistonudo porque al ser descubiertos por los sensores antirrobos hubieran tenido que salir por pies del lugar para no ser sorprendidos por la autoridad puesta sobre aviso por la empresa antirrobos. Pero no, no, lograron entrar, solamente causaron unos desperfectos en la puerta a la altura de la cerradura.

Les fue mucho más fácil entrar en el vetusto convento de San José, por el que se pasearon como fantasmas, una de estas noches de atrás, o como lo vienen haciendo en aquellas casas y lugares dónde no encuentran oposición ni peligro de ser sorprendidos y que, por lo que se oye en los mentideros de la Real Villa, vienen siendo frecuentes.

 Recibe mis saludos, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

18.5.2022. Miércoles. (C. 1.514)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.