ESTAMPA CAUDETANA.
JUEVES LUMINOSO.
Ya lo asevera el dicho:”hay tres jueves en el año que
relumbran más que el sol, Jueves Santo, Corpus Cristi y día de la Ascensión”.
Este bicho dejo de tener vigencia cuando la organización del mundo del trabajo
puso sobre la mesa la necesidad de emplear todos los días de la semana para
dedicarlos al que hacer que, sin duda alguna, repercutiría en beneficio de la
sociedad, dejando las fiestas particulares al arbitrio de las autoridades de
las distintas autonomías o, en su caso, pasándolas al fin de semana. Esta
postura político-laboral barrió del calendario muchas de las fiestas cristianas
que pasaron a celebrarse, por decisión de las Conferencia Episcopal española,
al domingo siguiente o, en el caso de que permanecieran en su día, dejaban de
tener obligatoriedad el precepto festivo, si bien, en estos casos, favoreciendo
la asistencia de los fieles modificando los horarios o ampliando el número de
misas.
Eso es lo que ha ocurrido con este con EL CORPUS CHRISTI,
con este
jueves que, según afirma el dicho, “brillaba más que el
sol”.
Solo permanece como festivo en aquellos lugares de España
en que se sigue manteniendo como Fiesta Solemne del lugar. Tal es el caso
de Toledo y Granada, por citar dos ejemplos de entre tantos y tantos lugares
como se sigue manteniendo públicamente la adoración al Santísimo Sacramento de
la Eucaristía, AL CUERPO DE CRISTO en el jueves posterior al día de la
Santísima Trinidad.
Aquí en la Real Villa de Caudete, como en todas la provincia
de Albacete, es festivo laboral pero no litúrgico pues se ha trasladado al
domingo siguiente y así lo pregonan, en las cancelas de las iglesias y en
distintos lugares de la Villa, los carteles que ha editado el P. Luis Torres
Pérez, carmelita, párroco de las parroquias de la Villa.
Desde esta Villa se han desplazado algunas personas hasta mi
tierra, hasta Toledo, para asistir a la procesión del Santísimo Sacramento por
las calles de la capital en el viril que forma un todo con la custodia que el
orfebre Arfe realizara con el primer oro venido de América en el siglo XVI(*).
En tal joya procesiona el Santísimo Sacramento por las calles del lugar. La tv.
y la radio nos han estado dando noticia pormenorizada y puntual del desarrollo
de la misma.
Quiero servirme de la fotografía de otra joya impresionante
realizada por otro orfebre, este colombiano, de nombre José de Galaz que
realizó con casi cinco kilos de oro y con multitud de gemas y piedras
preciosas, más de 1.700, abundantísimas en aquellas tierras, entre ellas, un
zafiro, 13 rubíes, 28 diamantes, 62 perlas, 1 topacio, 168 amatistas sin
tallar, 4 talladas, y 1.485 esmeraldas tal obra de arte, muy digna, para el fin
que estaba concebida, la de portar al Santísimo Sacramento. Es la custodia que
ves en la fotografía al inicio de estas letras. Recibe el nombre de "LA
LECHUGA" debido a la mezcla de oro con las esmeraldas que se distribuyen
por toda la obra tiñéndola de un verde intenso.
Fue encargada por los padres jesuitas de santa Fe de Bogotá
al orfebre José de Galaz para la iglesia de san Ignacio de aquella ciudad. El
orfebre con la ayuda de dos oficiales tardó 7 años y medio en concluirla y les
fue entregada a los jesuitas el día 16 de julio de 1707.
Esta preciosidad de joya eucarística permaneció en la
iglesia de San Ignacio 60 años hasta que Carlos III, en 1767, decretó la
expulsión de los jesuitas de todos sus dominios.
Desde entonces ha tenido una historia misteriosa hasta que
el año 1985 fue adquirida por el Banco de la República de Colombia.
No sé si, en la actualidad, el propietario de tal joya la
cede a la parroquia de San Ignacio de Bogotá para que porte en su viril,
sostenido por un ángel, la SAGRADA HOSTIA en la procesión del CORPUS CRISTI.
Confieso que no tenía noticia alguna de esta joya hasta que
estos días de atrás, Doña Juli, mi colega de tantos años de docencia, me habló
de ella y de la excursión que giró, en unión de Wladimiro López de Zamora, su
difunto marido, a Madrid con el fin de contemplar, in situ, a esta maravilla
aprovechando que se encontraba, cedida por Colección de Arte - Banco de la
República de Bogotá (Colombia), en la sala 18 del Museo del Prado, donde penden
en sus paredes obras con temas religiosos de Claudio Coello, Francisco de
Herrera, el Mozo y José Antolínez, como obra invitada en un programa
patrocinado por la Fundación Amigos del Museo del Prado. Permaneció entre
nosotros desde el día 3 de marzo al 31 de mayo de 2015.
Junto a la preciosa obra de orfebrería de José de Galaz, “LA
LECHUGA”, y la también guapa Custodia de Santa Catalina, te envío mi saludo,
mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS
DÍAS!!!!!!
16.6.2022. Jueves. (C. 1.527)
(*) La Custodia “LA LECHUGA”, que fuera de la
iglesia de San Ignacio de Bogotá, tuvo su avatar desconocido e incierto pero
felizmente se conservó intacta hasta nuestros días. Algo semejante le
aconteció a nuestra Custodia de ARFE, esa en la que ha procesionado, en el día
de hoy, el Santísimo Sacramento por las calles de la Imperial Toledo.
Según noticias que tuve durante mis estudios de bachiller en
el colegio de San Servando de Toledo: “en los inicios de la guerra civil
española de 1936, se ordenó desmontar la maravillosa obra de orfebrería y
meterla en una caja de madera para su traslado a ¿…? Pero no se llegó a
realizar el traslado. Parece ser que un “olvido providencial” fue la causa de
que permaneciera en la sacristía de la catedral, tal como la dejaron,
desmontada y en la caja, durante los tres años que duró el conflicto armado”.
Gracias a aquel “olvido” podemos contemplarla hoy portando al Santísimo en todo
su esplendor.
La fotografía, como las notas históricas las he tomado del
folleto ofrecido por el Museo del Prado a los visitantes y que, a mi vez, me ha
cedido Doña Juli.
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
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