lunes, 18 de julio de 2022

La Alcachofa.

ESTAMPA CAUDETANA.

LA ALCACHOFA  

 Había ganas, muchas ganas e que la dichosa pandemia implantada por el Covid-19, que llaman, dejara de imponer su autoridad prohibiendo a diestro y siniestro toda actividad lúdico-festiva de nuestros pueblos.  Este año, tras dos años de impás, volvió una tradición linda y muy querida por las gentes de esta Noble y Real Villa, la de LA ALCACHOFA.

Viene teniendo lugar desde principios del siglo XX (1911) y es, al parecer, una manifestación popular que emula el Misterio de Elche, al que copia. Era patrimonio común de muchos de los pueblos de la región valenciana donde perdura en algunos, pocos, pueblos y, en esta Villa caudetana, de honda ascendencia valenciana a la que perteneció por espacio de 400 años, se sigue con entusiasmo, fervor y muchísima emoción.

Durante algún tiempo se dejó de celebrar por presiones ajenas a la fe y tradición de un pueblo, pero en la década de los 80 del siglo pasado (1984), impulsado por el que fuera fraile carmelitas y, a la vez, cura pilón, párroco de las parroquias del pueblo, se volvió a retomar con  gran  éxito esta práctica, volviendo a formar parte del elenco amplísimo de las tradiciones y costumbres del lugar.

Ayer, 38 años después de haberse reimplantado y tras dos años de impás impuesto por la pandemia del Covid-19, volvió por sus fueros con la misma ilusión y sentimiento popular. La plaza de Ntra. Señora de El Carmen encontraba llena, de bote en bote, cuando la imagen de Ntra. Señora del Monte Carmelo hacía su entrada en ella tras haber recorrido las calles de la Villa en añorada procesión.

El azogue del termómetro, hacía un ratico que se había bajado de los 40º C. y se podía respirar y es que cuando salió la Sagrada Imagen de la Virgen del Monte Carmelo de la iglesia del convento de San José,

 cumplidas que fueron, las 21 horas, comenzó a moverse un airecillo que, aunque calentico,  hacía un tanto agradable el ambiente porque movía la imponente manta de calor que había dejado el sol sobre la Villa a lo largo del día.  Abría la procesión la Cruz, portada por José Antonio, no podía ser de otra manera, detrás de ella, los niños que habían tomado a Jesús Sacramentado por primera vez este año, todos ellos vestidicos con su hato de Primera Comunión.

 Detrás de los niños, Eusebio, enarbolaba el estandarte o pendón de la Virgen del Carmen… Seguía la carroza en la que se había instalado la imagen de la Virgen adornada con profusión de flores. Una nueva instalación de luces Led, llevada a efecto por Domingo, iluminaba la preciosa imagen de La Virgen. A su lado, tomando el cordón, caminaban Asunción e Isabel. Seguían a la Sagrada Imagen, el cura párroco, Luis Torres Pérez, carmelita, el P. Antonio Graciá Albero, carmelita,  Don Ramón Gisbert Conejero, que en sus tiempos de fraile carmelita y párroco del lugar, retomó tan linda tradición de la ALCACHOFA,  los tres naturales de la Villa, y el coadjutor P. Alfonso Herrera Serrano, también carmelita, venido de las antípodas de la Autonomía, del pueblo toledano de Oropesa.  El Sr. Alcalde con varios de los miembros del Consistorio Municipal que preside, daban realce con su presencia al acto religioso-popular.

 La banda de música Oficial, “Amigos de la Música Santa Cecilia”, cerraba la procesión.

Fieles de toda edad caminaban dando escolta a la Virgen durante todo el trayecto. Desde los balcones una tupida lluvia de pétalos de rosas caía, como fina lluvia, sobre la carroza de la Virgen. Quiénes estáticos en las aceras, quiénes desde los quicios de las puertas y quiénes, desde las ventanas y balcones saludaban emocionados a la  Madre del Carmelo que pasaba.

De vez en cuando, a la indicación de Joaquinico, hacía un alto la carroza y, con ella paraba la procesión. Significativas fueron las paradas delante de las puertas abiertas de par en par de la parroquia de Santa Catalina,

en cuyo ámbito se encuentra enclavado el convento de San José (El Carmen) y la realizada delante de la puerta del Ilmo. Ayuntamiento de la Villa

Cuando la Carroza con la Virgen del Carmen entraba en la Plaza que lleva su nombre, todo estaba preparado. Domingo y José, ya lo tenían todo a punto, Angelita Olimpia, Amorós Aniorte,

la niña que habría de cantarle a la Virgen ya se encontraba dentro del artilugio en forma de ALCACHOFA o ESCARCIL, que dicen por aquí,

con su palomica blanca en las manos. Los niños de la Primera Comunión formaban una corona en torno al entramado de la ALCACHOFA y dentro de la misma el conjunto de músicos que iban a acompañar a la nena en su primoroso canto a la Virgen del Carmen. Detenida la carroza con el sagrada imagen de la Virgen del Carmen delante de la ALCACHOFA, izaron el artilugio con la niña dentro y cuando estaba en todo lo alto se abrió lentamente igual que acontece cuando se le quitan las hojas duras al producto huertano momento en el que se encendieron las luces y apareció la niña con la palomica blanca en sus manos. Los cientos de personas que asistíamos al acto prorrumpimos en un atronador aplauso y, una vez silenciado, la niña dio suelta a la palomica que salió volando despavorida perdiéndose en la noche, más allá de las luces que tenuemente iluminaban el recinto. En ese momento la batuta del director hacía que los músicos sacaran lo mejor de sí mismos para dar la entrada y luego acompañarla, a la niña cantora.

Finalizado el canto oracional a la Virgen María del Carmen, presente, justo delante de la nena y a su misma altura, ésta, la Nena profirió, con todo el aire de sus pulmones un VIVA A LA VIRGEN DEL CARMEN que fue coreado por todos los presentes.

 Finalizado el acto, la Cruz, el estandarte y los niños de Primera Comunión se abrieron paso entre el gentío para concluir un acto religioso y popular, muy entrañable en la Real Villa de Caudete. Arriba, en la torre del convento, las campanas volteaban sobre sí mismas  acompañando a la Sagrada Imagen hasta la iglesia del convento de San José donde se puso el broche de oro a todas las fiestas, que han venido celebrándose en esta Villa, en honor de la Virgen María del Monte Carmelo, con el  canto de la Salve y del Flor del Carmelo. Tras lo cual volvieron a oírse los Vítores en honor de la Virgen.

 Recibe mi saludo, mis

 

      ¡¡¡¡¡¡ BUENOS DÍAS!!!!!!

18.7.2022. Lunes. (C. 1.538)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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