ESTAMPA CAUDETANA.
HA SIDO EL INICIO.
Nunca, hasta el día de ayer, había ocurrido. Sí que me
dijeron que había habido alguna intentona pero en esta ocasión, después de
habernos liberado de la tiranía de una pandemia que se había instalado
groseramente en nuestro lar patrio, se han lanzado a tomar las calles de la
real villa de Caudete, los volanticos y multitud de niños. Unos ataviados con
el hato de alguna comparsa, otros, vestiditos de calle y, algunos, con hatos de
otros tiempos pero, todos, con una alegría desbordante al son de un par de bandas
de música.
Había partido EL DESFILE desde la Plaza Nueva pasadas las
doce del medio día. Subieron por la calle Eras. Tiraron por la calle San Antón,
para atravesar la plaza de Nuestra Señora del Carmen y, metiéndose por la
calle Mayor, llegaron a La Lonja. El gentío era multitud, no cabía ni un
alfiler. Era toda una rambla de gentes que arropaban a los ñacos. Bajaron por
la Avda. de la Virgen y, por la calle Mercado, llegaron al Paseo Luis Golf
donde el gentío hizo un círculo y, en su centro, los chicos, ataviados con la
vestimenta de la comparsa a la que pertenecían, llevaron a cabo el RUEDO DE
BANDERAS, cosa que hacían con un salero digno de verse.
Ciertamente ha sido todo un acierto haberle dado
protagonismo a los niños y creo que, con toda seguridad, este desfile de la
gente menuda ha adquirido carta de ciudadanía en la Villa y, sin duda
alguna, continuará a lo largo del devenir histórico. “Principio quieren las
cosas”.
(Mi tocayo Alfonso me presentó a su nieto Adrián que posó,
así de guapo, vestidico con el hato de morito).
Fue una gozada el recién estrenado desfile de los niños de
la villa.
Mientras en el exterior discurría EL DESFILE de los niños,
en la iglesia del convento de San José, El Carmen, tenía lugar otra fiesta.
Durante la celebración festiva de la Eucaristía renovaban sus votos
matrimoniales con motivo de sus bodas de oro, Antonio y Ofelia, él, hermano
pequeño del P. Prior de la Comunidad de frailes carmelitas, superviviente de
aquel luctuoso acontecimiento acaecido en las fiestas Patronales del año 1963,
en el que se prendió, y estalló la pólvora de sus cajas, a unos niños, lo que
provocó la muerte de dos de ellos y, a otros más, quemaduras en mayor o
menor grado.
Antonio, todavía hoy, luce, en distintos lugares de su
cuerpo, unas quemaduras, medallas gloriosas, recuerdo imborrable, de aquel
triste suceso.
(Los celebrantes, Antonio y Ofelia, con el hermano
mayor, P. Luis)
(Miembros de las familias Torres y Pérez en un momento de
esparcimiento en el claustro Barroco-Toscano, tras la celebración de la
Eucaristía, previo al ágape que había sido dispuesto en el Club de Tenis).
Todavía tendrían protagonismo los ñacos porque así que
dieron las 19 horas en el reloj de la torre de la parroquia de Santa Catalina,
iniciaron una RETRETA A SU MEDIDA en la que portaron su faroles por las calles
de la Villa. Y, como aconteciera por la mañana, las gentes del lugar se
agolaban en las aceras de las calles jaleando a los niños, contagiados por la
alegría de los críos, pasándolo maravillosamente.
Y, por la noche, la gran fiesta preparada por la Asociación
de LOS DE EL PALO para izar la Bandera Nacional en todo lo alto de la torre de
la parroquia de Santa Catalina y que, como todo acto festivo en esta Villa,
contó con toda una marea humana que se dio cita en la Plaza de la Iglesia.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
4.9.2022. Domingo. (C. 1.564)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
Días festivos muy significativos para mí....que además de acoger el nacimiento de mi Congregación.... también he sido ciudadana del pueblo .De hecho mi primer destino dentro de la Congregación.
ResponderEliminarMe considero muy bien nacida y por eso agradecida a las personas que me han ayudado y amado en Caudete.
Es una gran alegría ver y escuchar lo más hermoso de sus vidas.
Mis. felicidades a la familia del Padre Luis.
ResponderEliminarGracias por contar todo y hacerme gozar con mi querido CAUDETE.
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