ESTAMPA CAUDETANA.
QUINTO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DE GRACIA, PATRONA DEL LUGAR.
Una vez concluida la liturgia del Manifiesto en el
monasterio de las Madres Carmelitas de clausura bajé dando un paseo hasta la
Glorieta de la Cruz. Se movía, de un lado a otro, un aire que hacía remolinos
con las hojas de los árboles, todavía verdes, que habían sido desprendidas por
la corta, pero fuerte tormenta con que se despertó el día.
El aguacero matutino y el viento reinante durante la tarde
se habían llevado, de un plumazo, el fuerte calor que nos tenía ahogaditos
desde hace unas semanas en que, una tras otra, se han ido sucediendo olas de
calor. En mi pueblo de Oropesa hay un dicho que afirma:
"con la primera tormenta de agosto se va el
verano". Esperemos que por estos ámbitos, que son las antípodas
autonómicas de mi pueblo, ocurra otro tanto y nos dé respiro la tormenta de
ayer por la mañana quitándonos tanto agobio.
La Glorieta estaba desierta y sombreada, solo se oía el
suave charrar de dos mujeres jóvenes en el cercano ámbito reservado para los
juegos infantiles, quizá porque, así, no interrumpían el plácido sueñecico de
sus bebés que dormitaban en sendos cochecicos.
Ella, la imagencica pétrea de la Virgen de Gracia permanecía a la sombra de una inoportuna nube que se levantaba por occidente, allí por donde el sol resbala suavemente, hemisferio abajo, sobre las olas del Atlántico para llegarse hasta las costas argentinas y, más allá, correteando por encima de las pampas, donde pastan placenteramente ingentes cabezas de ganado ovino y bovino, para zambullirse en las heladas aguas del Pacífico antes de comenzar, de nuevo, a plantar en nuestro predio un nuevo día. Sí, la imagencica pétrea de la Virgen de Gracia estaba sombreada, si bien, de cuando en cuando, el sol encontraba un huequecico o un roto en la nube tan inoportuna para dedicarle a Ella, a su Reina, su pleitesía iluminando aquella parte de su figura que no ocultaba una de las columnas que sostienen el templete sobre el que se eleva, enhiesta, la Cruz que da nombre a la Glorieta.
Desde lejos, posiblemente desde a la altura del monasterio
de las Madres Carmelitas, llegaban hasta la Glorieta los alegres sones de una
banda de música.
"Son los de la Antigua", se oyó decir a un
caminante.
Tenía razón porque, ayer, era el QUINTO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA PATRONA, LA VIRGEN DE GRACIA y es a esa comparsa, a La Antigua, a la que correspondía dar realce al día y a la liturgia en honor de Ella. No tardaron mucho en aparecer Avda. de la Virgen de Gracia abajo. Al frente, tres maravillas, las tres volanticos de la Comparsa.
Daba gusto verlas con su lindo y precioso hato lucido con
donaire por las tres criaturicas en cuyas manitas portaban otros tantos ramicos
de flores para ofrecérselos a la Virgen de Gracia, depositándolos a sus pies,
como signos de su propio ofrecimiento a su Madrecica del cielo.
Como llegaron se fueron, pendiente suave abajo, hasta el
santuario, dejando detrás del numeroso grupo que componía la comparsa, los
sones de la banda que, hasta la Glorieta, les había precedido.
Sí ayer fue el QUINTO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN
DE GRACIA, LA PATRONA DE LA REAL VILLA DE CAUDETE.
(vídeo).
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
28.8.2023. Lunes (C. 1.674)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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