jueves, 18 de enero de 2024

Los Besos.

ESTAMPA CAUDETANA.

LOS BESOS.

No, no vayas a creer que al titular mis letricas de hoy "LOS BESOS", me estoy refiriendo a ese spot televisivo que abre la puesta en marcha a la TV.  cuando la enciendes, en el que se dice que en 2023 la gente se dió un montonazo de besos y se espera que a lo largo de este nuevo año, se multipliquen por muchos puntos más.

No, no me estoy refiriendo a ese Spot televisivo. Me estoy refiriendo a unos BESICOS, los que ayer por la tarde, a las 18,57 dio una niña, ante mi mirada sorprendida.

Me encontraba, como otras veces, en el corralito de la Glorieta de la Cruz, sentado en el banco de siempre a donde había llegado poco antes y, sentado allí, frente al monumento de la Cruz y de la imagen de la Patrona donde acababa de rezar el Santo Rosario que había comenzado con anterioridad, aconteció lo que no me esperaba.

La mamá de la niña se encontraba "charrando" con otra mujer en la esquina del lugarcico acotado para el esparcimiento de los visitantes al monumento de la Cruz, allí donde la Avda. de la Libertad hace ángulo recto con la Avda. de la Virgen de Gracia.

Apareció, de improviso, corriendo la criaturica, una niña de pocos añitos. Yo diría que aprovechando un descuido de su madre,  me vió, pero no sé arredró y, ni corta ni perezosa, comenzó a escalar el monumento hasta situarse a la altura de la imagen de la Virgen. Tenían la misma altura. (- Que no se caiga, pedía yo en mi interior a la Virgen-) y, una vez allí, abrazó a la sagrada imagen de la Patrona y fue poniendo besitos, uno tras otro, en la cara de la Virgen y en la carita del Niño Jesús.

¡Qué bendita inocencia!¡Qué manifestación de cariño! ¡Qué acto de amor! el que llevó a cabo, aquella nena, ayer tarde para con la Virgen de Gracia y para con su Hijo Jesús  y yo tuve la inmensa suerte, eso sí con el pecho encogido temeroso de que se cayera, de ser testigo de tan candoroso acto de amor por la Virgen, pues lo llevó a cabo  delante de mí mismo.  

Ya te digo,  contuve la respiración. Me encontraba fuera de mí con la preocupación de que se pegara un porrazo. Pero no se lo pegó. ¡Tenía un ángel que la cuidaba! (Mi madre lo decía cuando nos dábamos un trompazo:"este hijo mío tiene un ángel").

Como subió al monumento, bajó del mismo, dominando, en todo momento, el arte del ascenso y del descenso.

Mientras desaparecía del corralito detrás del seto que lo delimita corriendo a donde estaba su madre de cháchara con la otra mujer, yo pedía a la Virgen de Gracia que no se le cayeran de su cara ni de la de su Hijo Jesús, los besicos que los había dado la niña. Que cuidara de aquella criaturica tan candorosa y que la tuviera para sí.

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

18.1.2024. (C. 1.778)

P. Alfonso Herrera- Carmelita.

1 comentario:

  1. Buenas noches P. Alfonso .
    Sigo todos los días que escribe sus crónicas , siempre aprendo algo de ellas ya bien de cultura , historia, religión, cosas y casos de Caudete, todas son interesantes y sustanciosas , pero esta me ha parecido una de las más emotivas, bonitas y tiernas de las que te llegan al alma ( me he emocionado al leerla.)
    Gracias por describir y contarnos el precioso hecho ,sus crónicas no tienen desperdicio.


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