ESTAMPA CAUDETANA.
LAS ESPADAS SIGUEN EN TODO LO ALTO.
La cosa tuvo que ser dura de verdad porque LAS ESPADAS SIGUEN EN TODO LO ALTO.
Caminaba ayer por la tarde para hacer un recado y, al pasar por la entrada de un garaje, me llamó la atención el gran mensaje escrito en la pared (no voy a repetirte aquello de que el papel de la canalla es la muralla. Ya te lo he dicho en otras ocasiones).
No me detuve de inmediato fue un flash que se metió subliminalmente por el rabillo del ojo y, yo, curioso de mí, di marcha atrás y me paré para contemplar la obra pictórica en su conjunto.
Había una palabra escrita en mayúsculas a las que se le daba más importancia colocándola entre admiraciones
"¡PERDONAME!" (sin acento), ponía, a grandes rasgos, en aquel paño de pared.
Desde luego la faena cometida contra "un quidam o una quidam", tuvo que ser de importancia y el infractor, arrepentido por la felonía, a todas luces, ofensiva e improcedente, pedía perdón.
Si malo fue su comportamiento con el amigo/a, loable fue, a su vez, el pedir perdón. Hubiera sido más loable hacerlo, de tú a tú, personalmente, y no utilizar la muralla con tal fin.
No encontró eco favorable ese "¡PERDONAME!" En la persona ofendida porque, debajo de la solicitud, a la derecha de las letras, sin duda alguna, iniciales que escondían un nombre, aparecía una pintada desenfadada, inconfundible, símbolo de una NEGATIVA: una "cagada" o "mierda" dentro de la cuál aparece una inscripción que dice: "pa tí". Lo que manifiesta a las claras, a todas luces, que LAS ESPADAS SIGUEN EN TODO LO ALTO.
Es de desear que la rambla vuelva a su cauce y todo quede en una simple tormenta tras la cual aparezca el sol poniendo luz en la oscuridad de una relación rota.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
17.9.2024. Martes. (C. 2.015)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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