ESTAMPA CAUDETANA.
LAS BANDERAS A MEDIA ASTA.
¿Quiénes son los que no sufren de alguna manera el dolor que azota a todos esos connacionales que lo han perdido todo y, muchos de ellos, hasta la vida?
Los pobres, fueron sorprendidos por un turbión de agua que, caída en los montes, ha bajado encajonada en angostos barrancos como el que llaman "El Poyo",
pendiente abajo arrastrando todo lo que se encontraba en su camino y que, era muchísimo, porque quienes debieron prevenir situaciones como ésta, llevando a cabo una limpieza sistemática de lo que está llamado a ser cauce y, además, siguiendo directivas europeas de gentes que del campo, de los barrancos, de las torrenteras, de ramblas..., no saben nada, procedieron a autorizar la demolición de pantanos y azures en número no desdeñable que hubieran hecho de contención en gran parte, si no en toda, de esa avenida de agua y lodo que tanto destrozo ha causado y que otras políticas llevadas a cabo por otros políticos, en otros tiempos, previniendo lo que ha acontecido, se esforzaron por llevar a cabo.
Pero, eso, ahora, ya es otra historia. Ahora el dolor se expande como se expandió el agua embarrada inundando y destruyendo todo lo que cogió a su paso, tantas poblaciones con sus edificios, sus fábricas, y tantas vidas de sus pobladores, su todo. Y, ese dolor también se siente en esta Real Villa de Caudete que, otrora, perteneciera al Reino de Valencia y en la época de los Reyes Católicos vino a quedar, por haber sido esquilmada de grandes posesiones, en un mero condado valenciano, según dicen legajos que han llegado hasta nosotros. Por todo ello, nuestras autoridades han bajado las banderas desde todo lo alto en la balconada de la Casa Consistorial, hasta la mitad de su mástil manifestando, así, que, aquí , en esta villa, también se guarda luto por los difuntos y se comparte el dolor de aquellos que lo han perdido todo, aunque no la vida. Y esa es la razón por la cual el Ayuntamiento de esta Villa se suma al dolor de tantos pueblos vecinos que han sido pasto de torrenteras desmadradas, y han decretado días oficiales de luto, y las enseñas oficiales así nos lo recuerdan.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
6.11.2024. Domingo. C. 2.054)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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