martes, 31 de diciembre de 2024

El Hibiscus Siriacus.

ESTAMPA CAUDETANA. 

EL HIBISCUS SIRIACUS.

Yo te hablé este verano un par de veces acerca de esta planta que resaltan de modo especial delante de la pared del monasterio de las monjas Carmelitas de clausura toda ella jalbegada, blanca, que le sirve de espejo donde mirarse. 

Entonces te decía en primer lugar que, a pesar del duro castigo al que la habían sometido los oficiales de parques y jardines del Ilustrísimo Ayuntamiento, se había puesto guapísimo levantando desde su tronco varetas cuajaditas de capullos que iban a reventar en un vergel de flores para alegría gozo y disfrute de aquellos villanos de esta Real Villa de Caudete que bajaren o suban, paseando, por la avenida de la Virgen de Gracia.

Más tarde puse en tu conocimiento que, unas manos provistas de unas tijeras alevosas, había cercenado bastantes ramas nuevas que lucían sus hermosas flores azulonas diciéndote aquello que acuña a la sabiduría popular:

"Para vestir a unos hay que desnudar a otros" porque, con toda seguridad, aquellas ramas floridas habrían ido a parar a un florero en el que darín su vida adornando, dando prestancia, a alguna estancia noble del ladrón que se las llevó consigo.

Hoy vuelvo a servirme de él para acercarte mi saludo de fin de año porque la imagen que aparece ante nosotros no es otra cosa que el signo o símbolo de la finitud del momento, del paso del tiempo, del día de hoy que es el último de un año, de este año de 2024. Pero no se queda, solo y exclusivamente, en eso, sino que se proyecta más allá en el tiempo, mientras permanece a la espera de un nuevo resurgir que vendrá cuando el sol haya recargado sus pilas y venga con fuerza poniendo luz y calor en estas frías tierras de La Mancha que miran hacia el mar en la próxima primavera. 

Ahí está, ahí le tienes, ya han pasado los oficiales de parques y jardines del Ilustrísimo Ayuntamiento y han hecho de las suyas: ¡le han dejado mocho! Sólo unas yemitas en los muñones de las que fueron jóvenes y pujantes ramas nacidas en el año que hoy termina. 

No tiene ojos EL HIBISCUS SIRIACUS, pero sí siente y, seguramente, se vislumbra en la integridad de sí mismo totalmente desnudo, un tanto vergonzoso por mostrarse así, de esa manera, totalmente desnudo y sin arreglarse un poco, ante la vista de aquellos que van y vienen. La poda lo ha dejado tiritando.

Recibe con mi saludo, el deseo de que tengas unas excelentes salida y entrada de año.


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

31.12.2024. Martes. FIN DE AÑO. (C. 2.105)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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