ESTAMPA CAUDETANA
NI UN ALMA.
La fotografía lo dice todo. Eran las 18,17 horas de ayer. Volvía a casa después de ver cerrado el manifiesto en la iglesia del monasterio de las Madres Carmelitas de clausura.
Siempre que celebro esa liturgia, al terminar, suelo dejarme caer hasta la Glorieta de la Cruz o, incluso, hasta el Santuario de la Virgen, Nuestra Madre de Gracia, para dar un paseo pero, ayer, ayer, fue imposible. Fue imposible porque por la Real Villa de Caudete, por sus calles, por todo su predio, correteaba un viento que, más que viento, parecía un cuchillo afilado que cortaba.
Los chicos del tiempo nos decían desde la pantalla de la televisión que por el norte de España estaba cayendo nieve a mansalva y, claro, desde allí nos venían unos vientos heladores que nos invadieron y camparon a su aire, nunca mejor dicho, en toda la Villa y durante todo el día pero, de modo especial, por la tarde.
Al salir de la iglesia no pude saludar ni "charrar" un momentico, como suelo hacer cada domingo, con aquellos que acompañan a las monjas de clausura en la adoración al Santísimo Sacramento del altar y que se detienen para echar unas parrafadas. Habían desaparecido todos como por ensalmo y, es que, el frío que hacía, era muy notorio e hizo que todos desaparecieran sin dejar rastro.
Ya, subiendo por la Avenida hacia la calle Echegaray me crucé con dos mujeres jóvenes que bajaban a toda prisa, paseo de la Virgen abajo. Se veía que, más que prisa, lo que tenían era frío y trataban de contrarrestarlo haciendo mover el corazón con una marcha más que ligera, como si quisieran romper un récord en unos juegos Olímpicos.
Me permití el lujo de dirigirme a ellas y decirles, un tanto jocosamente:
”¡ánimo! que, ahí, más abajo hace calor"
Las dos mujeres me miraron y se echaron a reír, solo a reír. No articularon palabra. Tenían prisa. El frío que a mí me estaba asaeteando, también las asaeteaba a ellas.
Cuando llegué al paseo Luis golf me quedé contemplando el lugar donde suelen pasarselo pipa los "ñacos" de la Villa saltando por entre los elementos lúdicos con que se lo favorece el Ilustrísimo Ayuntamiento.
¡NO HABÍA NADIE! Ni un niño y, por ende, ninguna madre ni padre que estuviera al tanto de ellos y, mirando hacia arriba, los bancos en los que estas tardes de atrás se sentaba la gente para hablar de todo un poco disfrutando de un tiempo de maravilla, ayer, aparecían desiertos.
Es que, ciertamente, ayer nos cayó de sopetón, nos llegó el invierno. Razón tienen las gentes de los valles de los Picos de Europa cuando dicen, con la sabiduría acuñada por el tiempo, y que es acervo popular que:
"Al invierno no se lo come el lobo".
Ayer por la tarde en el lugar de juegos para los niños, ni en el Paseo Luis Golf, ni en el lugar donde suelen sentarse placenteramente las gentes del lugar para hablar de todo un poco, como antes te decía, ni en las mesas de la cafetería La Torre, HABÍA UN ALMA.
Recibe mi saludo, mis
¡¡!BUENOS DÍAS!!!
9.12.2024. Lunes. (C.2.085)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
Buenos dias P. Alfonso. Soy una seguidora de sus articulos y le animo a que siga escribiendo cada dia. Por favor, me gustaría que escribiese acerca de los saludos, rituales, comportamientos formales e informales en los lugares sagrados, ante imagenes de santos, santas, hornacinas o incluso azulejos que se ponen en las fachadas de las casas, edificios civiles, militares, ...
ResponderEliminarGracias.