ESTAMPA CAUDETANA.
LLEGUÉ A TIEMPO.
No eran las nueve de la mañana, todavía, cuando saqué la fotografía de ese capullo que ilustra estas letras.
Se le veía como una especie de periscopio asomado por encima de la tapia de obra del chalet, en cuyo jardín se encuentra el almendro que ayer te llevó mi saludo, para enterarse de lo que pasa por la Avda. de la Virgen de Gracia, arriba y abajo, principalmente para asistir al paso de la gran riada de niños que van, a paso raudo, camino de las aulas de los colegios Alcázar y Serrano, el del Amor de Dios y del IES que se encuentra ya a la altura de la Glorieta de la Cruz. O, a lo mejor, presumidillo, él, para que le viéramos, todo guapo, todo hermoso, a punto de abrirse en una hermosa rosa para decirle cositas bonitas al sol o para que el sol resaltara el color de sus pétalos que iba a desplegar prontamente.
Pero no. Era simplemente un futurible. No iba a concluir la obra que empezara, con toda la fuerza e ilusión, el rosal que lo sostenía cimbreándose para llamar la atención.
No, no pudo ser. No se cumplió el proyecto de la naturaleza programado para ese rosal.
Pero yo LLEGUÉ A TIEMPO porque al salir de la Eucaristía en el monasterio de las monjas Carmelitas de clausura me encontré a cuatro señores pertenecientes a una empresa de jardinería que estaba podando toda la foresta del jardín de la que forman parte todos los rosales que jalonan la valla de obra.
Se lo hice notar a los jardineros:
"Menos mal que LLEGUÉ A TIEMPO y les enseñé las fotos que había tomado con anterioridad".
Ellos se llamaron andanas como diciendo, a nosotros qué nos importa, nosotros estamos con tijera eléctrica echando abajo todas las varetas nacidas el año pasado para que surjan, desde las yemas, otras nuevas que traigan consigo capullos tan lindos como ese que nos muestra o más. Y siguieron con su trabajo mientras yo emprendí el camino de vuelta a casa.
Mientras volvía di en pensar que "la naturaleza manda sus emisarios con la noticia de que pronto va a llegar la primavera a pesar de que, como sabemos, nos encontramos en pleno invierno y ya se encargan de recordaárnoslo los chicos sabios de la AEMT en las distintas cadenas de televisión o mediante industria propia, como lo hace un joven pastorcillo que se apellida Rey muy entendido en las Cabañuelas, interpretación del tiempo sin base científica, (observación de los 12 primeros días del año según haga en esos días harà cada mes del año) que son las que le van poniendo al tanto y adelantándole, en su caso, el tiempo que va a tener lugar prontamente.
Sí, creo que la naturaleza es mucho más sabia que las ciencias de la meteorología y de aquellos que las interpretan. Ella, la naturaleza, nos lo va poniendo delante de los ojos para que nos apercibamos de ello. Muestras de lo mismo son esas rosas que os he enviado estos días de atrás y el capullo, llamado a florecer,": que ilustra hoy mis letricas, aviso son de que el tiempo bueno se va acercando.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
5.2.2025. Miércoles. ( C. 2.140).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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