ESTAMPA CAUDETANA.
INICIAMOS LA PREPARACIÓN.
Así se encontraba, en el día de ayer, previo a la celebración de la Sagrada Eucaristía, el presbiterio de la iglesia parroquial de Santa Catalina.
Todas las cofradías y hermandades existentes y con raigambre en esta Real Villa de Caudete, en cualquiera de sus lugares de culto, se dieron cita, como lo hacen cada año la víspera del primer domingo de Cuaresma, para reunirse allí con el fin de echar a andar en los preparativos tendentes a poner en marcha las manifestaciones públicas de fe rememorando aquellos amargos tragos que pasó el Señor, previos a su muerte en la cruz a través de los cuales no solo se rememoran aquellos acontecimientos vividos por Jesucristo, eminentemente frustrantes y dolorosos, si no, y, sobre todo, triunfante, porque todos habían de quedar iluminados por el resplandor producido en la resurrección de Aquel al que van a acompañar, haciéndolo a sus pasos esculpidos por hábiles manos de famosos imagineros.
Todas ellas sitúan sus símbolos: estandartes o cruces, en el presbiterio con el fin de echar a andar en la preparación de los trabajos tendentes a poner en marcha esas manifestaciones de religiosidad popular que constituyen los actos y procesiones.
El Sacerdote celebrante les dio la bienvenida y les apercibió acerca de la gran importancia que tiene su labor porque, a través de las imágenes en torno a las cuales se reúnen cofradías y hermandades, ofrecen al pueblo una catequesis impactante sobre el misterio que entraña la persona de Jesucristo obediente al Padre y en su entrega generosa por los hombres, sus hermanos.
Que no tienen otro fin y meta que el de conducirnos hacia el momento cumbre de la vida de Jesucristo, cual es, su Resurrección venciendo a la muerte causada por el pecado de desobediencia del ser humano.
Y les convocaba, el antes dicho ministro de la Eucaristía, a que no se contentaran, solo y exclusivamente, con hacer manifestación ostentosa de su fe en los actos y procesiones que llenan toda la Semana Santa, sino que los vivieran todos los días del año, porque, de hacerlo así, se convertirían en punta de lanza para, viviendo el mensaje del Cristo sufriente y triunfante, fueran testigos preclaros de un mensaje de esperanza a un mundo bastante oscurecido y embotado por las exigencias materiales con las que se encuentra la sociedad de hoy.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
9.3.2025. Domingo. (C. 2.170).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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