jueves, 26 de junio de 2025

La pupa.

ESTAMPA CAUDETANA.

LA PUPA

Al leer el título que doy hoy a mis "Buenos días" seguro que estarás pensando:

" Este Alfonso va a hablarme ahora acerca de que cuando era niño se pegó un trompazo y se raspó las rodillas o se hizo una herida en la cara y llorando a lágrima viva, corrió a casa para echarse en los brazos de su mamá y gritando a voz en cuello:

" ¡Mamá, PUPA, mamáaaa PUPAAAAAAAAA!".

Y nada más lejos de la realidad, aunque, ciertamente,  en más de una ocasión se encontró mi  ángel distraído o durmiendo y, en aquellos casos, acontecieron los eventos dolorosos en los que el triste suelo se puso más triste porque  me recibía en su seno, muy áspeto, él, y las rozaduras fueron inevitables.

Pero, no. No me estoy refiriendo a mi avatar personal de aquel entonces de mi niñez, me estoy refiriendo a LA PUPA que se lleva a efecto en ciertos anélidos en su proceso de maduración, proceso que culminará en una metamorfosis total porque de ser un bicho feo y, a veces, hasta repugnante, que se arrastra por la tierra con sus múltiples patitas, pasa a ser una criatura totalmente nueva y diferente. Se ha desprendido de sus patitas  y su cuerpo, hecho de anillas,  ha adoctado una forma guapa, guapa, bella, totalmente diferente. Vamos que se ha convertido ni más ni menos, que en una preciosa criaturita voladora por todo lo alto, por los cielos, lejos de andar arrastrándose por la nada agradable corteza terrestre.

Me estoy refiriendo a lo que en biología se conoce, también con los nombres de CRISÁLIDA, NINFA O LARVA.

Y todo ello para darte a conocer que, ayer tarde, cuando fui a cerrar el grifo en el corralón del convento de San José (El Carmen), la vi, me llevé la grata sorpresa de descubrirla pegadita  a la pared. Y al verla por encima de mi cabeza y con tan de buen porte, y a semejante altura, dí en pensar:

"Esta CRISÁLIDA tuvo que ser toda una deportista para bajar de uno de los árboles, recorrer un largo treco y, encima, subir pared arriba, hasta alcanzar los dos metros de altura donde se pegó, se deshizo de su piel exterior y se sacó esa otra piel córnea que la preserva de daños exteriores a su cuerpo sin osamenta y, cerrándola a conciencia, ha iniciado  su cambio, su metamorfosis. Voy a ver si tengo la suerte de que los pájaros respeten su autocambio y, llegado el momento, pueda disfrutar con el parto asistiendo a su despegue para surcar los cielos.

Ni que decir tiene que, ese hecho, ese acontecer por el que un feo gusano se transmutará en otra realidad maravillosa, encendió en mí la lucecita de la fe que me trasladaba a LA RESURRECCIÓN a que está llamado el ser humano. Nosotros, pobres seres, que vamos de un lado a otro de este mundo como lo hiciera el gusano de LA PUPA pegada a la pared, estamos llamados, también, a experimentar otra especie de metamorfosis inducida por el poder de Dios que desembocará en una nueva creación que surgirá de la muerte (PUPA, CRISÁLIDA,NINFA, LARVA) totalmente otros, totalmente glorificados, RESUCITADOS.

Si tuviera la suerte de asistir al despertar nuevo de la oruga y ver cómo despega, desde sí misma, para volar..., pierde cuidado, te daría cuenta de ello.

Hoy, solo recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

26.6.2025. Jueves. (C. 2.272).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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