ESTAMPA CAUDETANA.
TUVE QUE ECHARME A UN LADO.
Me encaminaba, ayer tarde, como hago cada día de esta semana, hacia la parroquia de Santa Catalina, dando el acostumbrado paseo que me lleva hasta la Glorieta de la Cruz desde donde dejo el Paseo de la Virgen de Gracia, para tirar por la Avenida de la Libertad y subir, después, por la Avenida de las Jornetas. No los he medido pero, seguramente sean casi tres los kilómetros que empleo para llenar mi paseo vespertino.
Ayer, al entrar en la Avenida de la Virgen de Gracia, el resonar de los cascos de caballerías al chocar con el duro suelo, llagaba hasta mí encajonado en la pérgola verde que cubre la Avenida. Levanté la vista y miré allá, a lo lejos, más allá de la calle Concha Espina, y descubrí las siluetas de tres esbeltos especímenes provenientes de alguna yeguada cercana.
No venían al trote, venían de paseo. Dos de ellos llevaban, sobre sí, dos jinetes y el tercero cargaba, además de jinete, a las grupas del animal, una linda jovencita.
Con el zun de la cámara del teléfono agrande la ESTAMPA ECUESTRE, todavía lejana, en el momento en que pasaban por delante de la puerta del monasterio de las monjas Carmelitas de clausura, a las que, aquí, en esta Real Villa de Caudete y en villas colindantes, como la murciana Yecla, llaman cariñosamente, "las encerrás".
Mientras contemplaba la estampa ecuestre vino a mi memoria aquel juego de cuando niño consistente en que, toda la pandilla, agarrados de la mano, corríamos calle arriba y calle abajo mientras gritábamos con todas las fuerzas que permitían nuestras voces atipladas:¡"a tapar la calle para que no pase nadie"! porque, eso mismo acontecía, en ese momento. Los tres nobles animales, de esbelza alzada, ocupaban todo el paseo y era una temeridad intentar hacerles la competencia, razón, por la cual, me eché a un lado y, detrás de un banco, grabé su caminar en un corto vídeo que pongo a tu disposición seguidamente.
"Bien vas a grupas del animal", refiriéndome al equino, en modo alguno al jinete, le grité a la joven caballista:
"Como una reina", me contestó la joven mientras, en su cara, se dibujaba una sonrisa.
Yo seguí mi camino sin mirar atrás, por lo que no supe por dónde tiraron en el punto de la Avenida de Gracia desde donde parten las calles Puerta de la Villa y la de Echegay o si siguieron por la Avenida metiéndose de lleno dentro de la Villa. Luciendo empaque.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
21.6.2025.Sábado.(C. 2. 267).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
Muchas gracias se agradece que un caudetano como usted salgan estas palabras
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