ESTAMPA CAUDETANA
EL ANGELITO DE RAYUELA.
¡UFFF! qué frío hace en Caudete, dice el angelito.
Como si fuera un cernicalito recién salido del nido, un
simple hueco entre dos piedras berroqueñas horadadas por los elementos
(recuerdo que en mis años de infancia nos hacíamos con los pollos de cernícalo.
Para lo cual nos agenciábamos un pedazo de espejo y cuando el sol se había
subido a lo más alto del cielo, desviábamos sus rayos hasta los agujeros donde
se apretujaban tres o cuatro crías que, al ir creciendo, se les quedaba
bastante angosto. Los rayos desviados cegaban a alguno y el pobre caía en nuestra
manos evitando así el golpazo contra las duras piedras de granito del suelo),
vuela, el ángel, paradito en mitad del escaparate de La Rayuela.
Me preguntaba esta mañana, cuando pasaba a la altura de la
tienda, tras salir del monasterio de las MM. CARMELITAS de celebrar la misa y
enderezaba mis pasos al centro de salud para que la ATS vampirito me sacara
sangre para el examen del sintrón (estaba dentro de parámetros 2,8), ¿por qué
estará paradito en el cielo del escaparate? Y, tonto de mí, pues ¿qué iba a
hacer el angelito allí parado como si le tuvieran sujeto con finos hilos al
techo? Pues lo que tiene que hacer: indicarnos que abajo, en el suelo del escaparate, pegado a la gran luna
de cristal del mismo, estaba el MISTERIO. Y allí se encontraba. Claro que sí.
Allí estaban los buenos de José, María y, cosa que espanta, el mismo Dios
encerradito en un chavalín acunado tiernamente en los brazos de su joven Madre,
María.
¡Qué cosas! ¡Qué maravilla!
Y por pastores o reyes, que tanto da, unos cucuruchos de colores
boca abajo con una bolita en lo alto de la punta del mismo, que semejaban sus
cabezas. Y a los pies de la MADRE el libro de LA BUENA NOTICIA donde se guarda
con delicadeza, amor y cariño el relato de este hecho con el que todo RECOMENZÓ
de nuevo.
El MISTERIO del escaparate de LA RAYUELA se encuentra en un
lugar adecuado. No es una cueva, no es un portal, es el escaparate de una
tienda en la que se vende ilusión, alegría, conocimiento, sabiduría, señales
para el camino. Porque saben mucho de cómo ayudar a la gente, principalmente a
la menuda y a la sencilla, a los niños. Se venden: juegos y cuentos adecuados a
sus añitos que les hace bajar hasta tiempos muy lejanos, hasta los primeros
pasitos de su niñez. También les ofrecen posibilidades de evadirse de la plena actualidad como juegos para las
ESTACIONES DE JUEGOS, para las TABLETAS y para LOS TELÉFONOS MÓVILES. También
venden libros y, entre todos ellos el más universal, el más publicado, el
traducido a todas las lenguas del mundo. Venden EL LIBRO POR EXCELENCIA, LA
BIBLIA. En Él se nos cuenta un sueño de DIOS que se hacía realidad. Había
soñado que sus hijos, los hombres, que habían sido engañados por el diablo muy
al principio de los tiempos, encontraban el camino para volver a casa y este
camino no era otro que, aquel que tenía como puerta de entrada a su PROPIO
HIJO. Los dos habían tomado la decisión de que ÉSTE, EL HIJO, tomara nuestra
naturaleza, que se hiciera como uno de nosotros. Y esa decisión la estamos
celebrando en estos días. En el escaparate de LA RAYUELA se lo está gritando a
todo aquel que pasa por la acera delante de su escaparate un angelito mofletudo
que guiña un ojo mientras nos indica el lugar donde se está haciendo realidad
el SUEÑO DE DIOS, EL MISTERIO.
Volando a lomos de un cernícalo te llega hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
29.12.2017 Viernes. P. Alfonso Herrera. O. Carmelitana
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