ESTAMPA
CAUDETANA.
LA CALLE
MOLINO ILUMINADA.
No son tres
elementos luminosos, no.
Son CUATRO. Sólo
CUATRO.
No sé a qué
se deberá porque, si hay alguna arteria en el pueblo que canalice tráfico, es
esta calle y las luces son para ver y ser vistas. No sé cómo se ordena y pone
en marcha la iluminación navideña en este pueblo. Si fuera como en Madrid... lo
entendería. Porque no veo que el comercio pueda afrontar los gastos que
llevaría consigo la colocación y el suministro de energía eléctrica en los más
de 100 números de la misma. No lo sé. Pero el caso es que el tramo que ocupan
las fachadas de la piscina cubierta y climatizada del pueblo y toda la del
CONVENTO DE SAN JOSÉ, no gozan del variopinto toque que les daría la inventiva
de la luminotecnia.
Ninguna de
las calles del pueblo, fuera de la
nuestra de El Molino, cuenta con unos vehículos con ruedas de luz cargados con
cajas que nos llevan al mundo de la ilusión, al mundo de la niñez. Ya están los
niños (y los mayores, no vayas a creer) todo revolucionados. Ya han escrito sus
cartitas a los REYES MAGOS pidiéndoles que no pasen de largo por sus casas sin
haberles dejado los juguetes. Ya andan buscando en sus papás la ayuda para que
dejen unas copitas para los REYES y un poco de alfalfa para los camellos. Pero
esta costumbre tiene un largo recorrido.
Hace
Hace mucho, mucho tiempo, 2017 años, una estrella sacó de sus palacios a unos REYES
y los puso en camino siguiéndola por caminos ignotos.
En un momento determinado parece como si la estrella quisiera jugar con
ellos al escondite. Habían llegado a una ciudad muy famosa entonces (también
hoy porque se la disputan dos pueblos, el judío y el palestino). Aquella ciudad
es Jerusalén. Así que se vieron en la necesidad de preguntar
POR EL LUGAR DONDE HABÍA NACIDO EL REY DE LOS JUDÍOS. Tras el estupor causado
en la ciudad, fueron llevados al palacio del rey del lugar, un tal HERODES EL
GRANDE (grande por sus conquistas y por haberles reconstruido el templo a los
judíos. Pero con una sombra muy grande también: había mandado ejecutar a su
mujer y a sus dos hijos mayores porque dio en pensar que querían arrebatarle la
corona y algo más, la cabeza que la sustentaba). HERODES, de asuntos judíos...
nada de nada, así que se vio en la tesitura de preguntarle a gente sabia (esto
de los consejeros, como ves, no es solo un asuntillo de ciertos políticos
actuales). Los sabios le dijeron que los encaminara a BELÉN porque los PROFETAS
de tiempos antiguos así lo habían transmitido.
Cuando salieron a terreno abierto, volvieron a ver la estrella que les condujo
hasta el lugar mismo donde se encontraba el rey al que venían a agasajar.
Y al llegar
a aquel lugar se encontraron al CHAVALITO en una especie de lugar al que hoy llamamos
con propiedad, cuadra. No se amilanaron por ello y de las albardas de los
camellos sacaron un regalo cada uno: ORO, INCIENSO Y MIRRA.
Y desde
entonces vienen repitiendo cada noche del cinco al seis de enero aquel viaje
para dejar los juguetes-regalos a todos los niños buenos (y a los grandes
también).
Eso es, y no
el que sean cuatro los adornos luminosos de mi calle El Molino, lo que me
sugieren los cuatro motivos luminosos con vehículos con ruedas de luz que no
tienen ninguna de las otras calles del pueblo.
Como si
fuera un paquetito-regalo más de esos que transportan los vehículos de los
motivos luminosos de mi calle, te llevan hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
23.12.2017
Sábado. P. Alfonso Herrera. O. Carmelitana
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