ESTAMPA CAUDETANA.
EL ARBOLITO
DE LUZ DE LA PLAZA NUEVA.
Había pasado
por la placita uno de los días de atrás en que me tocaba bajar a la parroquia
de San Francisco. El arbolito de metal, todo él sembrado de bombillitas, estaba
a oscuras.
Ayer lucía todas
sus galas, ahí lo ves, teniendo por tocado, una estrellita que le ha
"birlado" a la bóveda celeste.
No, no me he
equivocado. Es un arbolito.
Lo ha
levantado el Ayuntamiento en una placita recoleta y pequeñita. En esa placita
adquieren entidad los niños, pues toda ella está dedicada a la gente
menudita. Claro que, por ese capote
friísimo que deja caer un triste sol al caerse por el horizonte, no aparecen
corriendo y chillando los niños en torno
del arbolito encendido. Y es que,
con el relente que traen las farolas a la plaza cada anochecida, no hay madre
lo suficientemente valiente como para exponer a sus hijos al sibilino fresquito
que reinaba estas tardes-noches en toda la placita.
Yo he metido
al arbolico en todo el objetivo de mi telefonillo desde muy cerca y, encima,
apliqué el zoom y así da la sensación de
que sea tan grande, tan grande, como sus hermanos de la capital de España. Pero
¡quía!, ni mucho menos.
Al ser la
plazuela tan pequeñita, diríase que de juguete, el arbolico, todo iluminado, da
el pego, presume de buen mozo y resulta que esa estrella se encuentra al alcance de la mano de
cualquiera y no allí arribita, clavada en mitad del cielo.
Frotando las
manos, sale bufando de la placita Nueva para ir en tu busca mi saludo, de mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
22.12.2017
Viernes. P. Alfonso Herrera. O. Carmelitana
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