ESTAMPA CONVENTUAL.
SAN ANDRÉS CORSINI, CARMELITA.
Tras
San Elías le tocó salir de los pinceles
de REMIGIO SOLER LÓPEZ a Andrés
Corsini. Este es un santo viejo. Entró en la Orden del Carmen cuando ésta ya
tenía más de un siglo de existencia.
Vino al mundo
en Florencia el 30.11.1303. Y, mira por dónde, vino a caer en la cuna de una de
las familias chic de aquella ciudad. Sus padres fueron Nicolás y Gema. Vamos
que no le faltaron nunca unos doblones de vellón para darle a la
"marcha" en su juventud.
Se estaba
cumpliendo al pie de la letra aquel sueño de su madre cuando, embarazada,
"vio que iba a traer al mundo a un lobo que luego se convertiría en
cordero". Cuando más lanzado estaba en las francachelas y locuras de
juventud, su madre le refirió aquel sueño. Y, cosas que pasan, aquel vivales
recogió las bridas del corcel, tiró del bocado y frenó en seco a aquel animal
desbocado.
Le dio
fuerte, no vayas a creer, y cambió lo disoluto de una vida perdida (era
"un bala perdida") por el cultivo de una persona "hecha y
derecha". (El artista fijó el cambio operado en Andrés trayendo al cordero
aquel que apareciera en el sueño que
tuvo su madre mientras lo gestaba, a primer plano, mientras el lobo se
ausentaba de la escena).
Tras ser
ordenado sacerdote le mandó la superioridad a terminar de formarse a París y Aviñón.
Entró en el
convento de los frailes carmelitas y cuando volvió a su ciudad la encontró
asolada por la peste. Fue elegido Provincial en 1348 (jefe de las casas de un
lugar determinado) y dos años después fue nombrado obispo de Fiesole, al lado
de Florencia, para suplir al anterior que fue víctima de la peste que mantenía
en jaque a toda la zona. No quiso aceptar pero...
En su etapa
de obispo se preocupó un montón por la disciplina de los religiosos, del culto
a la pobreza y de la oración. También de su formación.
El papa
Urbano V le encomendó misiones de paz y concordia entre príncipes, que andaban
a la gresca, en distintos conflictos.
Dejó todo
quehacer humano el 6 de enero del año de gracia de 1375. Sus restos reposan en
el convento carmelita de Florencia.
Trescientos
años después (1629) el papa, otro Urbano, éste VIII, le canonizó elevándole al
honor de los altares.
Nosotros, en
nuestro convento de San José de Caudete contamos con su presencia, si quiera
sea, imprimado en el mural lateral derecho de la iglesia a continuación de San
Elías Profeta.
Está guapo.
Le sacó muy bien el bueno de REMIGIO
SOLER encerrado en un cuadro de 235 cms. por 390 cms., como todos los
demás.
Él te lleva hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
3.11.2017
Viernes, P. Alfonso Herrera. O.
Carmelitana
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