ESTAMPA MADRILEÑA
SÍMBOLO CRISTIANO. LA CRUZ. P. Alfonso Herrera. O. Carmelitana
En los
tiempos que corren, a la velocidad del rayo, no es frecuente, no, ver brillar
una CRUZ. Los luminosos de las calles dan la impresión de que quieren poner luz
de colorines a la tiniebla que tiende su manto cuando el Doncel celeste apaga
su antorcha y éste, en nuestro SISTEMA
SOLAR encuadrado en la VÍA LACTEA, que cuenta con unos cuantos planetas que, a
lo mejor, alguna vez, en sus inicios, cuando vinieron a ser, puede que
guardaran por algún tiempo la luz del estallido inicial que los puso a dar vueltas
en torno al "gallo" del corralito. Ahora, con el ir del tiempo, se apagaron y solo
brillan cuando se encuentran de frente con los rayos que el rey lanza a diestro
y siniestro, sacándolos de la oscuridad sideral y, a éstos (Mercurio, Venus, la
Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno Y Plutón aunque he oído decir
que los señores que andan escudriñando el cielo cada noche porque de día se lo
tiene prohibido el que impone su ley celeste, han descubierto a otro al que le
han puesto de nombre un número y unas letras). Pues sí, el sol, compadeciéndose
de ellos, les da figura y existencia a todos esos planetas circundantes porque,
la verdad, se han apagado hace mucho, mucho, tiempo.
Esa
CRUCECITA luminosa, brillando en lo alto de una figura metálica de la que dicen
que pasa por ser ÁRBOL DE NAVIDAD a lo moderno, a la vera de los caminos del
hombre para indicarle que la LUZ más brillante y chispeante para alumbrarle no
es la que proporciona
el ÁRBOL,
sino AQUEL del que es símbolo la cruz iluminada, CRISTO, PALABRA ENCARNADA DEL
PADRE que nos indica el camino, más aún, que se HACE ÉL MISMO, CAMINO. Y quién
a ÉL se llega también se hace camino al andar con ÉL y no estela en el mar,
como canta el poeta Antonio Machado y musicalizara el cantautor Juan Manuel
Serrat.
No está
levantada la CRUZ LUMINOSA en los Cuatro Caminos de aquí de Madrid (está
levantada en la Castellana, en la arde de Plaza de San Juan de la Cruz) sino
que es ELLA la que indica, alumbrándole, el camino a los que a ÉL, al clavado
en ELLA, se allegan, no importa por qué camino.
Fue luz,
guía y camino para aquel, P. Enrique Oria que fuera mi Rector de joven profeso
y estudiante de filosofía en Onda (Castellón de la Plana) en aquel año de
1963-1964. Él me convocó hoy a Madrid en un viaje relámpago para celebrar la
victoria de nuestro Dios en Cristo, el Funeral por su eterno descanso porque en
la tarde de antes de ayer dejaba este mundo para, por el CAMINO, QUE ES CRISTO,
ENTRAR A LA PRESENCIA DEL PADRE. (Descanse en Paz)
inmerso en
ESPERANZA CRISTIANA camina a tu encuentro mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
13.12.2017
Miércoles.
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