martes, 23 de enero de 2018

ESTAMPA CONVENTUAL. La Huida a Egipto



ESTAMPA CONVENTUAL.
LA HUIDA A EGIPTO.


A lo largo de los cuatro meses cumplidos que llevo en mi nuevo destino, en el CONVENTO DE SAN JOSÉ de CAUDETE te he ido dando a conocer mucho de lo concerniente al mismo. Te he hablado de su historia, lo he hecho de su arquitectura y, ¡cómo no!  te he dado a conocer los cuadros que penden en el claustro alto y, también te puse al día de las pinturas de personajes egregios del Carmelo que pintara al fresco REMIGIO SOLER en la iglesia del CONVENTO a lo largo de la década de los años cincuenta del siglo pasado. Te he contado algunas cosas del corralón del CONVENTO  haciendo referencia a los árboles que tenemos plantados.  Pero no te había hablado, hasta hoy, de que los frailes, desde tiempo inveterado, tenemos una capillita recogida y recoleta en el claustro alto, en su ala sur. En esa capillita tenemos la reserva del SANTÍSIMO y, en ella, nos reunimos los frailes de LA COMUNIDAD y quienes nos visitan,  para rezar el OFICIO DIVINO o para que cada cual tenga sus encuentros personales con JESÚS SACRAMENTADO.
Pues bien. En una de sus paredes cuelga un cuadro que, como  casi todos los que están a la vista (no disponemos de  sótanos llenos de obras de arte, como El Prado), no tiene firma a la vista. Claro que acopio de adendas del paso del tiempo...las que quieras. A lo mejor está cubierta la firma con la pátina y resulta que tenemos un «joyón».
En un vistazo nos relata la HISTORIA de aquella sencilla FAMILIA  que se vio obligada a emigrar por motivos políticos puesto que el pollo que se ceñía la corona de rey en el Israel de entonces dio en pensar que un «CRIO» que había nacido hacía na y que, le dijeron, iba a ser REY DE LOS JUDÍOS, le sacó de sus casillas. Y el fantoche aquel, que no tuvo escrúpulos para llevarse por delante a su mujer y a sus dos hijos mayores porque dio en pensar que andaban trampeando para quitarle la corona y, de paso, la cabeza de encima de sus hombros, tal cual él mandó que hicieran con la de JUAN EL BAUTISTA, tomó la cosa muy en serio y, para que no escapara, ordenó sacar de este mundo a todos los que hubieran entrado en él desde dos años antes y, así... imposible que se escapara el MUCHACHITO. Claro que él no sabía, que por encima de las nubes le estuvieran leyendo el pensamiento y, claro, sangre hubo, y bastante, porque por aquella época no era como en ésta nuestra, nacían bastantes infantes. Pero con ÉL no dio la mesnada del rey infame, de nombre HERODES EL GRANDE, porque, de noche, «pusieron pies en polvorosa», que dice un dicho de por aquí o, si quieres, «tomaron las de Villadiego».  Pues ambas afirmaciones quieren decir lo mismo

Ese, sí, y no otro, es el tema que fijaron en lienzo con óleo, los pinceles de un cuidan, de un pintor: LA HUIDA A EGIPTO DE LA SAGRADA FAMILIA.

Llegó a casa de pura chiripa. Aledaña a la parroquia de Santa Catalina había una casa que siempre había estado habitada por el sacristán. La casa vino a menos y el agua se adueñó de ella y, como dicen en los  Valles de los Picos de Europa: «una gotera, si no se tapa... hace un casar» Eso mismo ocurrió con aquella casa,  se vino abajo y todo quisque entraba en ella como «1Pedro por la suya». La luz del sol que pegaba de lleno en el desván porque el tejado se vino abajo, iluminó un royo de lo que parecía piel y era él, nuestro protagonista, una pintura sobre urdimbre de tela pintado al óleo. Alguien lo trajo al CONVENTO por aquello de que «para el CONVENTO todo vale». Mis predecesores lo llevaron a Valencia. No le dieron mayor importancia. Pero lo que sí hicieron fue estirar el rollo y enmarcarle. Y ahí le tienes. ¡BIEN CHULO! Dándonos noticia de aquella familia que se vio en la necesidad de emigrar a otras tierras huyendo de la quema. ¿Ves? como aconteces acontece hoy día, si bien, hoy no nos lo cuentan pintando un cuadro, sino que la tele nos muestra el «cuadro cruel de tantos que se ven en las misma tesitura o muy parecida que aquella pobre familia de NAZARET que, por circunstancias políticas del momento ( un censo) se encontraban accidentalmente en Belén de Judea. La razón era que, por ser SAN JOSÉ de la familia de David, debía inscribirse en el censo en la ciudad de sus ancestros.

Para que le recibas bien y le des cobijo, emigra hasta ti mi saludo, mis

                ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
23.1.2018 Martes. P. Alfonso Herrera. O. Carmelitana

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