viernes, 11 de mayo de 2018

Una Rosa


ESTAMPA FLORAL.
UNA ROSA

 Ayer estuve de viaje. Fue un viaje pesado, no tanto por el kilometraje, que sí, cuánto por la faena que me hizo una simple tacita de café bajo en droga, de esos que dicen descafeinados. Resulta que la noche anterior me dio por ahí y, mira por dónde, la dichosa tacita quiso compartir conmigo la noche y el sueño y, claro,  me le quitó durante una buena parte de aquella, la primera parte haciéndome añicos el primer sueño, el bueno, el que te anestesia, el que los especialistas llaman Rem o Ram, o algo parecido. Sí, eso trajo consigo el que  tuviera que hacer paradas de cuando en cuando para estirar las piernas o, en su caso, cerrar los ojos y echar un sueño. Claro que la faena que me jugó el cafelico no me adormiló tanto como para que no me percatara de la maravilla que emergía, tras un seto, en el parterre del número 4 de aquella calle  por la que pasé para hacer un encargo. Como no tenía prisa, y el lugar a dónde iba no se podía escapar porque carecía de pies, patas o de ruedas, me entretuve un buen rato contemplando la maravilla que, sin ningún recato ni pudor mojigato, se enseñoreaba del rosal, su madre, y en él se pinaba para ver y, sobre todo, para ser vista por la tropa que desfilábamos por la acera de aquella calle. Pausadamente, como si quisiera no hacerla daño, ni espantarla, saqué el telefonillo, busqué el mejor enfoque, le puse en ristre y sin  hacerla daño le saqué la foto para que hoy te lleve mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
11.5.2018 Viernes. P. Alfonso Herrera. O. C.

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