lunes, 4 de junio de 2018

El Corpus Cristi en Caudete


ESTAMPA CAUDETANA.
EL CORPUS CRISTI EN CAUDETE.




No eran las 2 de la madrugada cuando comenzó a hacerse presente una fuerte tormenta con gran aparato eléctrico que alumbraba el agua que dejaba caer sobre el pueblo. Vaciados sus depósitos (40 litros por metro cuadrado) se ausentó dejando todo el espacio  libre para que pudiera trabajar muy a gusto el sol. Y lo hizo, vaya si lo hizo. Había que preparar el día porque iba a salir por las calles del pueblo su Creador, la Palabra de Dios que le puso en lo alto del cielo el cuarto día de la creación, para que presidiera el día.
Concluida la Eucaristía a la que asistió el Consistorio municipal con su Alcalde Presidente, al frente y su Señoría, la Juez de Paz, en la que el párroco cargó el mensaje del CORPUS EN DOS SENCILLITOS CUENTOS para que lo percibieran los niños que han recibido a Jesús Sacramentado este año en el pueblo y, también para la gente mayor, se puso en marcha la procesión.
Cuando a las 20,37 minutos salía de la parroquia de Santa Catalina la carroza con la custodia y en ella el Santísimo Sacramento,  sonaba una traca y, al callar, dio la entrada a las notas del Himno Nacional. En ese momento, las calles y el ambiente, estaban limpísimos. La tormenta que se había enseñoreado del pueblo durante la noche y un sol esplendente durante el día, perfectamente conjugados, habían culminado una obra magnífica.

Abría la procesión la Cruz  a la que seguía el estandarte de LA SACRAMENTAL. Luego, en dos hileras iban los niños de la Primera Comunión que,  animados por Maruja, animaban el cortejo con los cánticos en lo alto de sus voces blancas. Desde lo alto se les unían los vencejos con su piar característico mientras cortaban el cielo vespertino antes de subirse a 2.000 metros para echar un sueñecillo. Seguían a los niños los muchos miembros de LA SACRAMENTAL con vela en su mano, a cuyo cuidado ha estado la preparación de la novena y de la procesión. Seguían fieles y a éstos la carroza con el Santísimo, detrás de la cual iba el clero y la Corporación Municipal.
Todo el trayecto estuvo jalonado por las gentes del pueblo que se echó a la calle para asistir, ver y adorar al SANTÍSIMO. Las puertas de las casas abiertas dejaban ver a personas sentadas porque las piernas no aguantaban tanto. Miles de pétalos llovían desde   los balcones alfombrando la calle por donde iba a pasar el SANTÍSIMO y sobre la carroza donde ÉL VIAJABA. Todo el trayecto por el que procesionaba el SANTÍSIMO estaba  salpicado con motivos eucarísticos y alfombrado por hojas y ramas verdes, de modo especial aquellos donde se hacía parada estacional de alabanza al SANTÍSIMO SACRAMENTO.

El templete bajo el cual iba el SANTÍSIMO no tiene nada que ver con la obra de Arfe, (que, con el primer oro que vino de América confeccionó la maravillosa custodia que le porta por las calles de Toledo. Custodia que, después de haber sido introducida en unas cajas de madera para ser trasportada con el destino, ya sabido, de toda la riqueza patria por orden de aquel político [he leído que fue un tal Negrín], incomprensiblemente, nadie la sacó de la sacristía de la catedral toledana y en ella permaneció durante todo el tiempo de la refriega entre españoles, cosa que hace posible que cada año, por EL CORPUS cumpla con la finalidad para la que fue realizada, PARA LLEVAR AL SANTÍSIMO por las calles de la Imperial Toledo, mi tierra).
No, el templete bajo el cual pasea el SANTÍSIMO por Caudete ni se le parece de lejos en riqueza ni en obra artística. Ni falta que hace. Al SANTÍSIMO no le aporta nada este o aquel metal, esta o aquella obra. Porque es ÉL el verdaderamente importante. Y hoy, por ayer, paseó por las calles para encontrarse con su pueblo. Daba gloria ver la carita de personas ancianitas o de impedidos sentaditos a la puerta de su casa para verle, para rezarle, para decirle:
«Mira cómo estoy. Yo sé que tú me dispensas por no acercarme a estar contigo un ratito en la capilla de la comunión. ¡Gracias por venir a verme!» Durante todo el recorrido sonó la música. En la cabecera, los niños de Primera Comunión, en las paradas para la alabanza del SANTÍSIMO, el grupo Renacer y, siempre, la Banda Oficial del Pueblo.
Cuando entraba la carroza con el SANTÍSIMO en el templo de Santa Catalina volvían a sonar las notas del Himno Nacional y, a lo lejos, en la calle Sacramento una estruendosa traca daba a conocer que el acto público de ADORACIÓN AL SANTÍSIMO por las calles del pueblo, había finalizado. Las manecillas del reloj marcaban las 22,13 horas.
Cuando volvía al CONVENTO DE SAN JOSÉ, mi casa, se me llenó la cabeza de recuerdos de mi infancia en Oropesa y, tal día como hoy, aparecía con su procesión del SANTÍSIMO portado por el párroco, Don Eduardo, por las calles del pueblo alfombradas, principalmente con juncos cortados en las riveras de los arroyos de La Corchuela (anejo de mi pueblo) y, como ocurriera ayer aquí, desde los balcones de las casas acontecía allí, una lluvia de pétalos de rosas y otras flores caían al paso del palio bajo el cual iba el SANTÍSIMO.

Pisando pétalos de rosas se encamina en tu busca, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
4.6.2018 Lunes. P. Alfonso Herrera, O. C.






No hay comentarios:

Publicar un comentario