ESTAMPA CONVENTUAL.
LA AMARILIS.
LA AMARILIS.
En el alfeizar de una de las ventanas del CONVENTO DE SAN JOSÉ que le abren a la calle del Molino, ha encontrado acomodo una de tantas jardineras que se vinieron conmigo desde mi bosquecillo madrileño hasta Caudete. En ella convive con otras plantas, UNA AMARILIS. A la AMARILIS suele llamársele, más que por su nombre, por el apodo de «La Suegra y la Nuera» porque echan flores vistosísimas de dos en dos, pero, eso sí, no se miran a la cara, perdón, a la corola y, por ende, mucho menos se acicalan una a otra los estambres y los pistilos. Vamos que son como los ojos, están juntas, pero «no se pueden ver». De ahí su apodo que no tiene nada de científico pero, no obstante, le viene como anillo al dedo.
Pues bien, LA AMARILIS de la jardinera que se luce en el alfeizar de la ventana que da a la calle, es curiosa, muy curiosa. Se había enterado estos días de atrás de que por la plaza aledaña del Carmen iba a pasar la procesión con EL SANTÍSIMO SACRAMENTO y, ella, se las ha apañado para salir de la postración a que la tiene sometida LA AZULONA, para no perderse detalle del acontecimiento religioso y de adoración por parte del pueblo fiel de Caudete al ver procesionar, al AMOR DE LOS AMORES, en su custodia, bajo el templete, por las calles acotadas para el desarrollo procesional. Así que, cuando la traca estalló avisando que el acto comenzaba y se dejaron oír los sones de la Banda Oficial del pueblo y los niños de PRIMERA COMUNIÓN andaban subidos bien altos en el pentagrama, LA AMARILIS se puso toda nerviosita. Iba a conocer a su creador, aunque le viera de lejos, HECHO SACRAMENTO.
Y, ocurrió. Había tenido que esperar 58 minutos desde que estallara la traca hasta el momento en que llegaba la carroza con ÉL EN LA CUSTODIA, BAJO EL TEMPLETE. Bien quería arrancarse de sí misma para ofrecerse en holocausto al CRISTO SALVADOR SACRAMENTADO. Pero no le fue dado. Y, así, allí permanece, en la jardinera que encontró acomodo en el alfeizar de una de las ventanas del CONVENTO DE SAN JOSÉ que dan a la calle del Molino desde la que, toda feliz y contenta, vio pasar a su CREADOR SACRAMENTADO en una bonita custodia bajo un sencillo templete, llevado en carroza por los miembros de LA SACRAMENTAL.
Pasó la CRUZ procesional, pasaron los peques de la Primera Comunión vestidos, así de guapos, como cuando se acercaron a recibir por primera vez a Jesús, luego iban los cofrades con sus velas de pila, tipo Duracell, para que no gotearan cera, la carroza con EL SANTÍSIMO, el clero, el Ayuntamiento en pleno con su Alcalde y la Sra. juez de paz y, los de la banda, cerrando la procesión.
Sí, la alegría lo envolvía todo y LA AMARILIS... tan contenta, pareciera como si quisiera echar a volar para seguir al AMADO por la calle Santa Bárbara arriba.
Como la AMARILIS, así de contento te va mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.6.2018 Martes. P. Alfonso Herrera, Orden Carmelitana
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