ESTAMPA FORÁNEA.
LA PLAYA ESTÁ TRISTE.
LA PLAYA ESTÁ TRISTE.
Hoy, por ayer, la playa está triste, tristísima. Nadie ha bajado a estar con
ella. Nadie ha paseado por ella, ni allí donde las olas del mar la besan ni por
el carrer de la mar, por su paseo.
Por el paseo de la mar nadie va.
Nadie se ha tumbado en ella, nadie yace tendido en ella.
Sí, está triste, muy triste está la playa. Triste y sola. Pareciera como si hubiera hecho una tontería y el sol la hubiera castigado a vivir en una penumbra, oscura, acongojante y fría, muy fría, asfixiante.
- El sol, enfadado e indolente, la ha introducido en un saco que se ha traído de otros lugares que en nada se parecen al de aquí y ha pasado de largo dejándola encerrada. No se ha detenido para templar sus arenas. No ha querido pararse para que aquí y allí de la playa crezcan setas multicolores bajo las cuales toman el aire cargado de yodo las gentes.
Triste está la playa. Sí, muy triste. Hoy no le sacan sus cosquillas los niños quitándole arena de aquí y levantando con ella un castillito allí. No, no corretean los niños de un lado a otro. No chapucean, no gritan cuando el agua juega con ellos a tragárselos y luego los deja tumbaditos, a su orilla, en la playa.
No, no brilla hoy la playa. El sol no le pone a la arena de la playa, el color del oro. Tampoco les saca los fulgores, a los cuerpos embadurnados de aceites donde rebotan sus rayos porque, hoy, el sol se tomó vacación y nadie bajó a la playa.
Triste se encuentra la playa porque se han confabulado los elementos y a toda la gente han echado de la playa:
- El frío porque pone las pieles al modo de la de las gallinas,
- el viento porque lanza la arenilla como si fueran alfileres que se clavan allí donde la tela o el plástico no protegen,
- y los rayos del sol porque hoy no salieron de casa para poner ese color tostado claro, que tanto busca la gente que se acerca a la playa, a lo chocolate con leche.
Sí. Los elementos han dejado a la gente encerrada en casa.
Hoy: ¡Nada de playa!
Triste la han dejado porque está sola.
Sí, la playa está tristísima. Ni siquiera la ha hecho reír un tractor que estuvo mucho rato, de un lado a otro, rascándole la espalda.
Sí, la playa está triste, muy triste. Y sola, muy sola.
Nadie ha bajado hoy a estar con ella. Nadie bajó a la playa.
Nadie la ha consolado.
Yo tampoco he bajado hoy a la playa.
¡Qué triste está hoy la playa!
- Yo diría que está llorando con las lágrimas que le presta el mar que hasta ella se llega y la consuela, una y otra vez, con cada ola.
Cabizbajo va a buscarte hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
31.10.2018. Miércoles. Estamos en el vagón de cola del décimo mes
Por el paseo de la mar nadie va.
Nadie se ha tumbado en ella, nadie yace tendido en ella.
Sí, está triste, muy triste está la playa. Triste y sola. Pareciera como si hubiera hecho una tontería y el sol la hubiera castigado a vivir en una penumbra, oscura, acongojante y fría, muy fría, asfixiante.
- El sol, enfadado e indolente, la ha introducido en un saco que se ha traído de otros lugares que en nada se parecen al de aquí y ha pasado de largo dejándola encerrada. No se ha detenido para templar sus arenas. No ha querido pararse para que aquí y allí de la playa crezcan setas multicolores bajo las cuales toman el aire cargado de yodo las gentes.
Triste está la playa. Sí, muy triste. Hoy no le sacan sus cosquillas los niños quitándole arena de aquí y levantando con ella un castillito allí. No, no corretean los niños de un lado a otro. No chapucean, no gritan cuando el agua juega con ellos a tragárselos y luego los deja tumbaditos, a su orilla, en la playa.
No, no brilla hoy la playa. El sol no le pone a la arena de la playa, el color del oro. Tampoco les saca los fulgores, a los cuerpos embadurnados de aceites donde rebotan sus rayos porque, hoy, el sol se tomó vacación y nadie bajó a la playa.
Triste se encuentra la playa porque se han confabulado los elementos y a toda la gente han echado de la playa:
- El frío porque pone las pieles al modo de la de las gallinas,
- el viento porque lanza la arenilla como si fueran alfileres que se clavan allí donde la tela o el plástico no protegen,
- y los rayos del sol porque hoy no salieron de casa para poner ese color tostado claro, que tanto busca la gente que se acerca a la playa, a lo chocolate con leche.
Sí. Los elementos han dejado a la gente encerrada en casa.
Hoy: ¡Nada de playa!
Triste la han dejado porque está sola.
Sí, la playa está tristísima. Ni siquiera la ha hecho reír un tractor que estuvo mucho rato, de un lado a otro, rascándole la espalda.
Sí, la playa está triste, muy triste. Y sola, muy sola.
Nadie ha bajado hoy a estar con ella. Nadie bajó a la playa.
Nadie la ha consolado.
Yo tampoco he bajado hoy a la playa.
¡Qué triste está hoy la playa!
- Yo diría que está llorando con las lágrimas que le presta el mar que hasta ella se llega y la consuela, una y otra vez, con cada ola.
Cabizbajo va a buscarte hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
31.10.2018. Miércoles. Estamos en el vagón de cola del décimo mes
P. Alfonso Herrera, O. C.
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