viernes, 30 de noviembre de 2018

La Amistad




ESTAMPA BÍBLICA.
LA AMISTAD.
Hoy es fin de mes. Hoy con San Andrés, hermano de San Pedro y apóstol de Jesús, se cierra noviembre. Ya te lo decía el día uno con el dicho popular: "noviembre comienza con los Todos Santos y termina con San Andrés".
Alguien me mandó ayer mañana los buenos días con la frase cervantina que trae impresa y se me encendió la "bombilla"
Hoy es San Andrés. San Andrés era amigo de Jesús, como todos aquellos que eligió para dejarles la responsabilidad de continuar su obra en el mundo. Pero, al igual que acontece de tejas abajo, aconteció en aquel grupito, según el decir de quienes sesudamente profundizan en el estudio de las relaciones entre ellos y los retazos que encontramos en la Sagrada Escritura, había clases. Pedro fue escogido por Jesús para ser el asiento en el que se cimentaría su obra, la Iglesia(Lc.22,31-32). Era, por lo tanto, el hombre de confianza por excelencia. Juan, el hermano de nuestro Patrón Santiago, era el discípulo amado según se autodenomina el propio Juan y, en la Cena de despedida, se dice que apoyaba su cabeza en el pecho del Maestro(Jn.13,23). Judas el de Iscariote, andaba con ellos, Jesús le llamó, pero andaba, como diría mi compañero el P. Ángel, "a la suya, a la suya". No obstante, Jesús contaba con Andrés en momentos importantísimos de su misión como en la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5,21-43). Claro que, a pesar de ello, Andrés no ocupaba en el corazón del Maestro el primer puesto, ese estaba reservado a su hermano Simón Pedro a pesar de que tratara de descarrilarle en el camino que le llevaba a Jerusalén y, al llegar allí, a la muerte y, en aquella noche fatídica, le iba a dejar "en la estacada" hasta tres veces antes de que el gallo (Mt 26,69-75) comenzará su retahíla de cantos para indicar que la noche va de caída.
Como mucho, deducimos de la lectura del Evangelio, que el bueno de Andrés ocuparía el tercer puesto tras el jovencito Juan. Te aclaro que esta escala es la que hacemos "de tejas abajo" porque en el corazón de Cristo, el Maestro, todos están en primera línea. Ya lo dijo en otro momento: "cuando ocurran estas cosas, os sentaréis en doce sillas para juzgar a las doce tribus de Israel (Mt.19,28).
Lo importante para el apóstol Andrés y para todo el mundo, también para ti, es permanecer metidito en el corazón de Cristo.
Eso lo sabía muy bien Don Miguel de Cervantes y Saavedra porque, a través de la pluma de ganso con la que escribía, puso en labios del protagonista, aquella frase que, tan bien ilustra el caso de San Andrés Apóstol, de su inmortal obra de caballería, que universalizó con el nombre de Don Quijote, hidalgo de la Mancha, de un lugar que, aunque no quería recordar, era la patria chica de Don Alonso Quijano, el caballero con los sesos licuados (loco, iluminado) que se echó a recorrer La Mancha "para desfacer entuertos" con su fiel escudero Sancho: "SANCHO, CUANDO ENTRES EN EL CORAZÓN DE UN AMIGO, NO IMPORTA EL LUGAR QUE OCUPES, LO QUE IMPORTA ES QUE NO SALGAS DE AHÍ"
Andrés, el Apóstol, desde que Jesús le llamó en medio de su quehacer en las riveras del marga Galilea (Mt. 4,19) jamás, jamás salió del corazón del Maestro aunque no ocupara, según nuestro decir, el primero de los lugares.
Pero a ningún Apóstol le cupo la gloria, según  recoge  nuestro refrán castellano, de ser gozne de dos meses y, sí al bueno del hermano de San Pedro: "En San Andrés entra mes y sale mes"

Antes de que se escape noviembre, sale volando a buscarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.11.2018. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.

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