La Plaza de la Constitución

ESTAMPA CAUDETANA.
LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN, UNA FIESTA.

Ayer y el día anterior hubo fiesta en la PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN. La floristería del AVE DEL PARAISO monta y patrocina una fiestecita, yo diría que familiar.
Antes de ayer pasé por la plaza cuando Rosa, escoba y recogedor en mano, estaba barriendo y recogiendo los papelitos de las chucherías con las que el matrimonio LINARES, propietarios de la floristería, obsequiaba a la gentecica muy menudica que se lo habían pasado en grande solicos o de la mano de sus papás.
- Rosa, le dije, ¿te ha contratado el departamento de limpieza del Ilmo. Ayuntamiento para que tengas la plaza limpita como el jaspe?
- No, me dijo, es que se nos exige dejarla limpia tras finalizar el evento musico-festivo-familiar que montamos para los niños durante unas horas, hoy y mañana y que ya va cogiendo solera (este año ha sido el quinto)
Resulta que, motu propio, con todos los permisos en regla, vienen haciéndoselo pasar de rechupete a los pequeñines y, de paso, a los grandes, a sus padres y abuelos.
El montaje es de lo más sencillo que te puedas imaginar. Contratan a dos personas a las que enfundan en sendos disfraces de Disney alquilados, este año tocó a un pitufo y una pitufina (ahí arriba los ves). En un lado de la puerta de la tienda de flores, allí donde tiene escrito su nombre, una torre de bafles echa a volar canciones pegadizas, muchas de ellas villancicos, que se adueñan de toda la plaza porque rebotan de fachada en fachada y vuelven una  y otra vez e, incluso, se cuelan en las viviendas donde los sonidos bajos repetidos levantan de su silla a cualquier estudiante como le pasó, en la tarde de ayer, a una guapa caudetana que se vio en la necesidad de salir de casa a dar un paseo para tomar el aire y desintoxicase de tantas y tan alegres notas como los altavoces estaban echando por los aires.
- "Es que no hay quien se centre con el volumen tan alto de la música, decía la chavala, y, mucho menos, hacer propios los vocablos ingleses".
Y es que, la pobre, andaba preparando un examen de filología inglesa.
Decía verdad la joven que había salido de uno de los portales que abrían puerta a la Plaza de la Constitución, porque, la música, pasando por encima de la piscina municipal climatizada, se introducían, llenándolo todo, en el CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN). Ella, sus notas, que volaban hasta la paz del claustro conventual, fueron las que me llevaron hasta donde estaba teniendo lugar la alegre fiesta infantil a la que llegué cuando menguaba tanto, tanto, que estaba llegando a su fin. Sonaba una cancioncilla pegadiza que tenía enganchados a la pareja de pitufos a un puñadín de niños, algunas mamás y a Rosa, el alma de la fiesta, que se movía con soltura marcando el paso de una coreografía pergeñada sobre la marcha.
¡Daba gusto ver al grupito!
- Linares, a cuyo cargo corría la animación musical, me decía que,  durante el desarrollo de la fiesta, la afluencia infantil había sido masiva, porque los peques se lo pasaban maravillosamente, los papás disfrutando como enanos, si cave, más que los nenes con el aliciente añadido de chuches a discreción.
- Todavía hubo tiempo para que gente "crecidita" posara junto a los pitufos, como lo hice yo.
- Ya supe la razón, de que se hubieran colado entre los vetustos muros del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN), tomando posesión de cada recoveco del mismo, las notas redondas, blancas, negras, corcheas. Semicorcheas, fusas, semifusas y garrapateas y todos esos signos que plantados en el pentagrama, juegan con las notas que suben o bajan o hacen equilibrio sobre las barras o en los huecos de entre líneas.

Por entre las notas que andan flotando en el ambiente, sale como nota, como soplido de trombón, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
24.12.2018. Lunes. La noche de hoy será LA NOCHE BUENA, Y EN ELLA, LA MISA DEL GALLO EN LA QUE, AL CANTO DEL GLORIA, SE LLEVARÁ LA IMAGEN DEL NIÑO JESÚS A LA CUNITA, QUE HASTA ESE MOMENTO PERMANECE VACÍA.

P. Alfonso Herrera, O. C.