ESTAMPA CAUDETANA.
LA GACHAMIGA.
LA GACHAMIGA.
Allí donde comienza el camino que te lleva a la Toconera (la Toconera es un
lugar donde Caudete tiene un espacio privilegiado allí campan las aguas a flor
de suelo y en el humedal, con agua encerrada en una especie de lagunas
viven bien unos patos), han edificado en unas parcelas muy guapas, sus casas de
campo algunos caudetanos. Uno de ellos es Batiste, Antonio Conejero Rodríguez.
Batiste puso su parcela y Paco Molinero fue el chef.
El día 20 del mes que se fue se reunió el grupo de CAMPANEROS para darse un homenaje el gustazo de zamparse unas gachamigas y a tal pitanza el más joven de los CAMPANEROS, Joaquinico, me invitó. No pudo ser. Coincidía la pitanza con la hora de la Eucaristía. Seguía a la espera para degustar el plato típico caudetano, junto a los gazpachos.
El domingo siguiente, día 27, las GACHAMIGAS volvieron a lanzar al aire esos olores característicos a ajos fritos que lo llenaban todo. Un montón de cocinillas con sus sartenes aspiraban a ganar el concurso que había convocado la COFRADÍA DE SAN BLAS.
Al igual que el día de los CAMPANEROS, no me fue posible ir a degustar el plato tan celebrado, que abre siempre acontecimientos festivo-populares, por la misma razón, coincidía con la celebración de la Eucaristía. A seguir esperando la ocasión, tocan.
No sé cómo se enteró Paco el Molinero y se dijo:
-"este hombre va a probar la GACHAMIGA sin que pase una semana" y se puso manos a la obra. Tras podar los árboles en una finca en las tierras altas bajó con su sartén (los buenos cocineros de GACHAMIGAS quieren a su sartén de la misma manera que se quieren a sí mismos, porque viene a ser como una prolongación de ellos), con la leña para la lumbre, por si hiciera falta, y los condimentos necesarios para la confección del guiso.
Se había puesto de acuerdo, para armar el encuentro en torno a la sartén, en el campo de Antonio Conejero.
Hasta allí nos llegamos mis compañeros Ángel , Luis y yo para compartir mesa con Antonio y señora, con Miguel, el profesor en universidades de Italia y Alemania y en Barcelona, que fue donde se bajó de la tarima fijando su residencia en Caudete desde donde salió en sus tiempos mozos, ahora emplea su tiempo en investigar, escribir y en cultivar el vate poético con el que vino cargado cuando puso su pie en este mundo, y con el chef que, en 40O gs de aceite frió, no menos de dos cabezas de ajos rojos que sacó de la sartén cuando habían dejado en el aceite todo su sabor y los apartó para dejar espacio al kilo de harina, no antes de que se atemperara el aceite para evitar que la harina, al meterse en él, se hiciera grumos. Unas vueltas para que la harina, tomara colorcito y llegado a este punto, puso a su disposición tanta agua como apeteciera la harina.
Y vuelta va y vuelta viene, un montón de tiempo. Mientras tanto, los ajos contemplaban, desde su plato, toda la faena de Paco el Molinero mientras estaban a la espera de que el chef los hundiera en la GACHAMIGA para terminar de perfumar toda la masa y puedo decirte que los ajos rojos, además de impregnar el aceite con su rico sabor, completó su misión hundidos, en el anonimato dentro de la masa.
Los haceres de Paco, la cara de la GACHAMIGA y, sobre todo, el sabor del plato cocinado, nos hablaban a gritos del maestro que tuvo nuestro chef, nos hablaban de Bienvenido, su abuelo, que fue quien puso, en sus manos de niño, la paleta o espumadera.
La GACHAMIGA ya en la mesa hacían chiribitas en las pupilas de los siete comensales. Mientras, en las brasas de la chimenea, soltaban su grasita, mientras pugnaban por saltar a la mesa para hacer compañía a la GACHAMIGA, unas chuletas de cordero recental, unas tiras de panceta muy entreverada y unas morcillicas de sangre y cebolla de la zona, también unas salchichas.
Para hacerlo como se hacía en este pueblo siempre, la tradición es la tradición, ahí ves el pan candeal, bien cocido, en una tahona de la calle La RAMBLA del pueblo. La gente con un pellizco de pan tomaba un pellizco de GACHAMIGA. Yo no lo hice y no lo hice llevado por el refrán aquel que dice "pan con pan comida de ...", sino porque era mucho "carbón para la estufa" y, yo, no iba a levantarme de la mesa y ponerme a segar seguidamente como se hacía antiguamente. Pero, eso sí, salí del encuentro entre amigos, muy ilustrado en costumbres y, sobre todo, muy puesto al día en eso de "zampar" GACHAMIGA, cosa que en año y medio (el tiempo que llevo viviendo en Caudete) no me había favorecido la fortuna de comer el plato típico del lugar. (Espero no ser tocado con frecuencia por esa señora, la fortuna, porque tiene sus riesgos... y si, encima, añadimos chuletillas, panceta entreverada..., pan candeal del lugar y buen vino de La Encina variedad FORCALLAT... ni te cuento.
Danzando va mi saludo (por aquello de "de la panza sale la danza") a buscarte mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
1.2.2019. Viernes. Hace un rato enero le entregó el pañuelo a febrero para que eche a correr porque, la verdad, el tiempo corre y corre y corre.
El día 20 del mes que se fue se reunió el grupo de CAMPANEROS para darse un homenaje el gustazo de zamparse unas gachamigas y a tal pitanza el más joven de los CAMPANEROS, Joaquinico, me invitó. No pudo ser. Coincidía la pitanza con la hora de la Eucaristía. Seguía a la espera para degustar el plato típico caudetano, junto a los gazpachos.
El domingo siguiente, día 27, las GACHAMIGAS volvieron a lanzar al aire esos olores característicos a ajos fritos que lo llenaban todo. Un montón de cocinillas con sus sartenes aspiraban a ganar el concurso que había convocado la COFRADÍA DE SAN BLAS.
Al igual que el día de los CAMPANEROS, no me fue posible ir a degustar el plato tan celebrado, que abre siempre acontecimientos festivo-populares, por la misma razón, coincidía con la celebración de la Eucaristía. A seguir esperando la ocasión, tocan.
No sé cómo se enteró Paco el Molinero y se dijo:
-"este hombre va a probar la GACHAMIGA sin que pase una semana" y se puso manos a la obra. Tras podar los árboles en una finca en las tierras altas bajó con su sartén (los buenos cocineros de GACHAMIGAS quieren a su sartén de la misma manera que se quieren a sí mismos, porque viene a ser como una prolongación de ellos), con la leña para la lumbre, por si hiciera falta, y los condimentos necesarios para la confección del guiso.
Se había puesto de acuerdo, para armar el encuentro en torno a la sartén, en el campo de Antonio Conejero.
Hasta allí nos llegamos mis compañeros Ángel , Luis y yo para compartir mesa con Antonio y señora, con Miguel, el profesor en universidades de Italia y Alemania y en Barcelona, que fue donde se bajó de la tarima fijando su residencia en Caudete desde donde salió en sus tiempos mozos, ahora emplea su tiempo en investigar, escribir y en cultivar el vate poético con el que vino cargado cuando puso su pie en este mundo, y con el chef que, en 40O gs de aceite frió, no menos de dos cabezas de ajos rojos que sacó de la sartén cuando habían dejado en el aceite todo su sabor y los apartó para dejar espacio al kilo de harina, no antes de que se atemperara el aceite para evitar que la harina, al meterse en él, se hiciera grumos. Unas vueltas para que la harina, tomara colorcito y llegado a este punto, puso a su disposición tanta agua como apeteciera la harina.
Y vuelta va y vuelta viene, un montón de tiempo. Mientras tanto, los ajos contemplaban, desde su plato, toda la faena de Paco el Molinero mientras estaban a la espera de que el chef los hundiera en la GACHAMIGA para terminar de perfumar toda la masa y puedo decirte que los ajos rojos, además de impregnar el aceite con su rico sabor, completó su misión hundidos, en el anonimato dentro de la masa.
Los haceres de Paco, la cara de la GACHAMIGA y, sobre todo, el sabor del plato cocinado, nos hablaban a gritos del maestro que tuvo nuestro chef, nos hablaban de Bienvenido, su abuelo, que fue quien puso, en sus manos de niño, la paleta o espumadera.
La GACHAMIGA ya en la mesa hacían chiribitas en las pupilas de los siete comensales. Mientras, en las brasas de la chimenea, soltaban su grasita, mientras pugnaban por saltar a la mesa para hacer compañía a la GACHAMIGA, unas chuletas de cordero recental, unas tiras de panceta muy entreverada y unas morcillicas de sangre y cebolla de la zona, también unas salchichas.
Para hacerlo como se hacía en este pueblo siempre, la tradición es la tradición, ahí ves el pan candeal, bien cocido, en una tahona de la calle La RAMBLA del pueblo. La gente con un pellizco de pan tomaba un pellizco de GACHAMIGA. Yo no lo hice y no lo hice llevado por el refrán aquel que dice "pan con pan comida de ...", sino porque era mucho "carbón para la estufa" y, yo, no iba a levantarme de la mesa y ponerme a segar seguidamente como se hacía antiguamente. Pero, eso sí, salí del encuentro entre amigos, muy ilustrado en costumbres y, sobre todo, muy puesto al día en eso de "zampar" GACHAMIGA, cosa que en año y medio (el tiempo que llevo viviendo en Caudete) no me había favorecido la fortuna de comer el plato típico del lugar. (Espero no ser tocado con frecuencia por esa señora, la fortuna, porque tiene sus riesgos... y si, encima, añadimos chuletillas, panceta entreverada..., pan candeal del lugar y buen vino de La Encina variedad FORCALLAT... ni te cuento.
Danzando va mi saludo (por aquello de "de la panza sale la danza") a buscarte mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
1.2.2019. Viernes. Hace un rato enero le entregó el pañuelo a febrero para que eche a correr porque, la verdad, el tiempo corre y corre y corre.
P. Alfonso Herrera, O. C.
Buenos dia P.Alfonso,buen comentario de la gachamiga un plato muy tipico de Caudete y ademas para tomar fuerza y beber un buen vino
ResponderEliminarOyendo el agua caer y leyendo el sabroso comentario sobre las gachasmigas. ....De buena gana me comería un buen plato. Buenos días Padre
ResponderEliminarMuy buenos días P.Alfonso, con toda su elaboración de la receta de la gachamiga y las fotos se han puesto las papilas gustativas a tope, menos mal que no estoy embarazada, me ha recordado mi niñez , pues a estás hora en casa era el de sayuno diario de mis padres y hermano, el y yo reñiamos para ver a cual le salían más ajos .Que tenga un feliz día
ResponderEliminarNo sé puede esplicar mejor,la receta de la gachamiga caudetanas.Dan ganas de sacar la sartén y demás ingredientes y ponerse a cocinar tan digno plato....vamos si yo supiera hacerlo,que aunque parezca sencillo,tiene su aquel.Me alegro que probara tan "rico alimento" y departieron en tan grata compañía.Buenas tardes noches ya P.Alfonso.
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