La Rambla

ESTAMPA CAUDETANA.
LA RAMBLA.

   - No me río, no. Yo no me puedo reír de una desgracia de tal calibre como fue la riada de Valencia acontecida el 14 de octubre de 1957, ya hace 62 años. Fue una catástrofe tremenda. Inundó toda la ciudad de Valencia y se llevó por delante casi un centenar de vidas. Aquí, en Caudete, también tuvo lugar durante toda la noche de antes de ayer una  rambla de proporciones nada desdeñables.
- Ayer mañana tuve que tomar el testigo del P. Ángel que se nos ha marchado de vacaciones a su querida Onda. Cuando salí de casa a las 7:30 para atender a las MONJAS CARMELITAS DE CLAUSURA, se me vino encima  la Rambla o mejor  me topé con ella. La noche que había dejado salir de sus entrañas al sábado se había vestido de luces para iluminar las corridas de la juventud autóctona. La calle El Molino hervía. Voces y gritos nuevos salían de las gargantas bien templadas. Se divertían. ¿Se divertían? Daba la sensación  de que todo el mundo  estaba de fiesta. En la calle El Molino y en la Plaza de la Constitución poca gente gozaría del apacible y reparador abrazo de morfeo. Como los pobres habitantes de Valencia en aquel fatídico día en que la riada todo lo llenó de barro, cieno y de personas descuidadas que se llevó por delante.
- En Caudete, en la noche del viernes al sábado no hubo muertos pero sí mucha gente despierta:
- Por un lado, la gente joven disfrutando de su juventud, una rambla imponente de vitalidad. Por otro, la gente mayor que ya no tiene el cuerpo para tantas alegrías y lo que debería ser ocasión para el disfrute del descanso no podía ser y es que, claro, los dos segmentos humanos no casan mucho, por no decir nada.
- Las ventanas abiertas dejaban entrar de todo. Las comunicaciones, a voz en grito, con muchos decibelios y los efluvios que dejaban salir la «Rambla» producida por la ingesta, posiblemente desmedida, de bebidas «diuréticas» que salían de los cuerpos «empapados», sin ninguna clase de tapujos y en cualquier lugar público. Y ya sabemos que esas bebidas tienen una fuerte carga de azúcar que, junto a una serie de minerales arrastrados fuera de sus cuerpos ya sea desde todo lo alto empujados por las contracciones estomacales provocadas por una entente entre un fuerte cólico etílico y sustancias de otra índole, dejaron las calzadas de las calles hechas UN ASCO pegajoso y maloliente y, como muestra, ahí tienes la calle del Padre Fray Elías Requena y la entrada a la piscina cubierta desde la calle El Molino.
- Viva la LIBERTAD pero respetuosa con LA LIBERTAD DE TODOS.
- Pienso y defiendo que la gente menuda tiene todo el derecho a disfrutar hasta allí donde deja de disfrutar (la demasía sobra). Pero también pienso y defiendo que otros segmentos de la población disfruten del descanso necesario porque  ya no cuentan con la energía de otras épocas anteriores.
-  A quienes corresponda les compete velar para que TODOS los estratos de la sociedad de la Villa disfruten a tope según sus apetencias y NECESIDADES (En Granada y en muchos otros lugares, han dispuesto un lugar donde la juventud disfruta a tope de su actividad cachorrera sin molestar nada a aquellos otros que disfrutan del descanso nocturno). Y, de paso, se eliminarían suciedades y malos olores que también molestan un montón y dejan una estampa fea que nada bueno dice de un pueblo tan alegre, vivo y festero, como es Caudete.
- En Valencia ya no volvieron a sufrir las ínfulas de los eventos atmosféricos porque les ayudó toda la nación con aquel impuesto de 25 ctms en todas las cartas y envíos postales para sacar de la ciudad el cauce del Turia y, de paso, ganar para la ciudad el cauce seco para el uso y disfrute de la ciudadanía.
- Sería buenísimo que, en Caudete, también se prevengan las «RAMBLAS»,  que tanto daño causan.

Recibe mi saludo, mis

¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
4.8.2019. Domingo P. Alfonso Herrera, de la Orden Carmelitana.

Además:
Desde la plaza de Santa Ana han venido volando sobre todo el pueblo las notas de una orquesta que acompañaban a solistas del bel canto. No subí hasta allí arriba, como tenía proyectado porque uno, aunque no disponga de una buena garganta, sí que poseo un oído estupendo que me mete en toda la cabeza los acompasados sones de una muy buena música.

   También hubo boda ayer en la iglesia del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN). Así lo anunciaba a los cuatro vientos una imponente traca que llenó, de su característico humo, toda la iglesia, mientras salían Francisco Javier e Isabel, ya casados, sobre los que caía una tupida lluvia de arroz y pétalos de rosa.