miércoles, 14 de agosto de 2019

La Venganza


ESTAMPA CAUDETANA.
LA VENGANZA.
   La pérgola verde del Paseo de la Virgen lucía guapa a esa hora temprana de la mañana. Invitaba a bajar hasta el Santuario de la Virgen. Pocos amigos de la marcha a esas horas tempraneras
- Después de haber celebrado la Eucaristía en el monasterio de las "ENCERRÁS", las Madres Carmelitas de clausura, bajaba yo tan contento por el Paseo de la Virgen, bajo la pérgola, con dirección al santuario de la Patrona. Y digo, "tan contento", porque estrenaba unas zapatillas de esas de deporte que había comprado, baratitas, en el Lidel de Almansa, aprovechando mi quehacer en el hospital.
-  Ya te digo, iba más contento que "un gitanillo con zapatillas nuevas".
- Y, tan contento iba que no ponía todos los sentidos en lo que iba haciendo. Posiblemente buscaba inspiración para mis "Buenos Días" y en eso estaba cuando a la altura del 143 del paseo miraba yo la campiña y, absorto en unas tórtolas que, revoloteaban y zureaban, alegrando la mañana, hicieron que no mirara de reojo al camino y ocurrió.
- El paseo no estaba a nivel con la entrada a un chalet y ¿dónde crees que fue a posarse mi pie izquierdo?
- Pues, mira, en el desnivel y mis cien kilos y pico se fueron detrás de mi pie  doblado y todo yo, con toda mi humanidad, se fue buscando lo llano del camino con la entrada al chalet.
- ¿Resultado? El lógico:
- Un "guarrazo" de padre y muy señor mío. Un metro setenta y cinco de largo por 55 centímetros de diámetro tirado y magullado a todo lo largo.
- Mi rodilla, la de la pierna izquierda, gritaba de dolor. En el pantalón, a la altura de la rodilla, apareció una mancha. La sangre había traspasado la tela que traslucía al exterior que el suelo no era, precisamente, una alfombra persa, ni siquiera un felpudo que diera  la bienvenida al chalet de marras y, en consecuencia, la piel que sujeta la rótula quedó hecha cisco. Ya, el dolor, no se encontraba solo, le acompañaba el jirón causado en la piel al chocar la rodilla  contra el duro suelo.
- Todavía, ahora, el dolor me sigue acompañando. No es de extrañar porque tanto peso, en caída libre, sobre una rodilla, hizo de las suyas.
- Cuando llegaron a mi altura un par de señoras, que fueron testigos de la caída, para echarme una mano, para auxiliarme, ya me había levantado del duro suelo. Una de ellas me ofrecía el brazo para reemprender el camino. No hizo falta. Pude llegarme hasta el Santuario de la Virgen y volver a casa.
- Cuando llegué al pueblo por primera vez no me bajé del coche, ni me tiré al suelo para besar la tierra de la Villa Caudetana y ésta me la tenía guardada.
- ¡Ayer se vengó!

Libre de impedimentos marcha a buscarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
14.9.2019 Miércoles. P. Alfonso Herrera, de la Orden Carmelitana.

7 comentarios:

  1. Muy buenos, P.Alfonso, ¡como siento su porrazo! Pero puede dar gracias a Dios , si todo ha quedado en el rasguño y el dolor, que no haya sido nada más. Que vaya recuperándose , porque seguro que hoy le dolerá todo el cuerpo, que tenga un buen día.

    ResponderEliminar
  2. es genial comprobar tu buen humor con tus zapatillas nuevas,tu paseo y tu besar devotamente el suelo caudetano.
    Estupendas Visperas de la Virgen de Agosto,Padre.

    ResponderEliminar
  3. Ha habido suerte ahora porque esta mañana temprano no me dejaba escribir.

    ResponderEliminar
  4. Tus buenos dias son lo mejor...porque siempre son originales y simpaticos. Ole

    ResponderEliminar
  5. Siento mucho el "rodillazo" que sufrió ayer y me alegro de que no llegara a mayores,pues se podría haber roto un hueso,...siempre dando gracias a Dios!!No creo que fuera una venganza de esta tierra que tan bien lo acojio,pero quién sabe? Que tenga un buen día de miércoles P.Alfonso!!

    ResponderEliminar
  6. Vaya por Dios . Mal estreno tuvo de zapatillas nuevas . menos mal que todo quedó en el golpe y no se rompió nada . Cuidese que hoy le dolerá seguro. Y a seguir escribiendo que lo seguimos mucha gente . Que pase un buen día P. Alfonso

    ResponderEliminar