El Artista

ESTAMPA CAUDETANA.
EL ARTISTA.

Se llama Alberto PUCHE.
No hace mucho salía yo de hablar con la Madre Superiora del Monasterio de Madres Carmelitas de Clausura cuando coincidí con él en la misma puerta.
Alberto es un caudetano que ya empleó su tiempo hábil, según estipula la legislación, y ahora, ya jubilado, sigue prestándose a echar una mano para beneficiar a los demás y, entre éstos, se encuentran las monjas del Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen de Gracia, donde viven su consagración al Altísimo y a sus hermanos caudetanos un puñado de monjas carmelitas de clausura. Alberto, para las Madres Carmelitas, es el "IBM":
"Alberto IBM a la farmacia. Alberto.IBM a la floristería. Alberto IBM a Santa Catalina a por formas. Alberto IBM a esto o a aquello..." Vamos, que Alberto es o desempeña la labor nunca bien pagada, del "demandadero" de tiempos pasados, porque no le voy a llamar "mantelato", pues "mantelata", se llamaba, antiguamente, a la mujer que ese oficio tenía.
Pero esa atención a las Monjas Carmelitas "LAS ENCERRÁS" , no le ocupa todo el tiempo. No vayas a creer. ¡Qué va! Dedica su tiempo, también a "jugar" con bolis de colores, con una regla y con folios en blanco, pero no para hacer malabarismos, ni lo pienses. Lo dedica a hacer ARTE.
Aquel día que coincidimos a la puerta del monasterio. Él, de recibir algún encargo, yo de la parleta con la Madre Superiora, llevaba en una carpeta unas láminas plastificadas que, en el transcurso de la conversación que manteníamos, se le vinieron al suelo porque la dichosa carpeta no estaba bien cerrada. El hecho me dio la oportunidad de contemplar aquellas maravillas. Todas hechas con líneas rectas (verlas y recordarme al pintor murciano Ruzafa -q.p.d.- al que conocí personálmente en casa de mi hermano José Luis, en Kierdorf, de Alemania, que en sus obras jamás empleó otros trazos que los rectos y que pintó a mis dos hermanos mayores).
Las láminas que se la cayeron al suelo fueron éstas:

"Tengo más y de cuando en cuando apago la Tv y me pongo a pintar, y si quiere se las enseño todas", me dijo
"Claro, quisiera verlas", le dije.
Y, ni corto ni perezoso, se me presentó en el convento de San José (El Carmen) con su abultada carpeta y me fue mostrando una tras otra.
Cuando terminé de verlas esclamé:
"la sala de exposiciones Pérezgil" de la casa de cultura del pueblo, luciría, pero que muy bien, montando una exposición con la obra de Alberto".
Le pedí permiso para fotografiarlas con el fin de publicárselas en mis "Buenos días" y como no tuvo inconveniente, aquí seguido te las envío junto con mi saludo y mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

13.9.2019. Martes. P. Alfonso Herrera, de la Orden Carmelitana.