ESTAMPA CAUDETANA
EL ALBARICOQUERO ALCANZÓ SU MAYORÍA DE EDAD.
Llegó al corralón del convento de San José (El Carmen) al mismo tiempo que yo.
Solo nos separaba una diferencia: él nacía, surgía con fuerza y viveza en la
dura tierra en la que se compactan los escombros de restauraciones antiguas
llevadas a cabo en el convento. Y, yo, ya granadito, licenciado de la
mili y de otras actividades por las que voy cobrando una pensioncica. Juntos
hemos ido viviendo a lo largo de casi tres años.
Le he visto crecer con fuerza agradeciéndome, con vistoso lustre, mis esmerados cuidados: unas paletadas de tierra enriquecida con abono al comenzar la primavera y cada viernes tres litricos de un elixir que les preparo yo a base de un saco de palomina (palomina que me agencia Paco "El Molinero") y agua del canal en un depósito donde el caldo resultante viene a ser una especie de "bocato di cardinale" para las plantas. Con ello pretendo enriquecer el terreno que está conquistando con sus raíces con las que tienen a su alcance el condumio que le voy suministrando con todo cariño, eso sí mientras voy oliendo "la fragancia" que va soltando porque, la verdad, no huele, precisamente, a ámbar.
Fruto de mis cuidados y el empuje tan fuerte que le imprime su naturaleza le han llevado en el tercero de los años de su vida, todavía no completado, a florecer y, al hacerlo, a adquirir SU MAYORÍA DE EDAD.
Yo creo que Dios Creador, en aquel día tercero de su quehacer maravilloso de sacar de la nada a la foresta (Gen. 1, 9-13), pensó, específicamente, en este ALBARICOQUERO del corralón del convento de San José (El Carmen) y al pensar en él, le amó como Dios ama y fue tan entrañable su amor que le hizo vivir y aquí le tenemos y, por ello, le estamos, a Dios, sumamente agradecidos.
Sí, el ALBARICOQUERO del corralón del convento de San José (El Carmen) anda luciendo sus galas y donaire con tantas ganas y fuerza que no ha esperado a que llegara la primavera, lo ha hecho cuando el invierno dispone, todavía, de veinte días antes de que la primavera se le lleve por delante con la fuerza de una Buldofer.
Bien es verdad que el jovenzuelo, por mucho que presuma ahora, no va a comportarse como sus congéneres mayores en crecimiento y dignidad y, por ahora, seguiremos necesitando de la generosidad de gentes de la Real Villa de Caudete que, año tras año, nos hacen copartícipes de sus cosechas de ALBARICOQUES con los que nos damos el placer de comer frutas autóctonas riquísimas e, incluso, hacer algo de mermelada para tiempos de escasez.
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Las flores del aprendiz de ALBARICOQUERO te llevan hoy mi saludo, mis
Le he visto crecer con fuerza agradeciéndome, con vistoso lustre, mis esmerados cuidados: unas paletadas de tierra enriquecida con abono al comenzar la primavera y cada viernes tres litricos de un elixir que les preparo yo a base de un saco de palomina (palomina que me agencia Paco "El Molinero") y agua del canal en un depósito donde el caldo resultante viene a ser una especie de "bocato di cardinale" para las plantas. Con ello pretendo enriquecer el terreno que está conquistando con sus raíces con las que tienen a su alcance el condumio que le voy suministrando con todo cariño, eso sí mientras voy oliendo "la fragancia" que va soltando porque, la verdad, no huele, precisamente, a ámbar.
Fruto de mis cuidados y el empuje tan fuerte que le imprime su naturaleza le han llevado en el tercero de los años de su vida, todavía no completado, a florecer y, al hacerlo, a adquirir SU MAYORÍA DE EDAD.
Yo creo que Dios Creador, en aquel día tercero de su quehacer maravilloso de sacar de la nada a la foresta (Gen. 1, 9-13), pensó, específicamente, en este ALBARICOQUERO del corralón del convento de San José (El Carmen) y al pensar en él, le amó como Dios ama y fue tan entrañable su amor que le hizo vivir y aquí le tenemos y, por ello, le estamos, a Dios, sumamente agradecidos.
Sí, el ALBARICOQUERO del corralón del convento de San José (El Carmen) anda luciendo sus galas y donaire con tantas ganas y fuerza que no ha esperado a que llegara la primavera, lo ha hecho cuando el invierno dispone, todavía, de veinte días antes de que la primavera se le lleve por delante con la fuerza de una Buldofer.
Bien es verdad que el jovenzuelo, por mucho que presuma ahora, no va a comportarse como sus congéneres mayores en crecimiento y dignidad y, por ahora, seguiremos necesitando de la generosidad de gentes de la Real Villa de Caudete que, año tras año, nos hacen copartícipes de sus cosechas de ALBARICOQUES con los que nos damos el placer de comer frutas autóctonas riquísimas e, incluso, hacer algo de mermelada para tiempos de escasez.
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Las flores del aprendiz de ALBARICOQUERO te llevan hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
3.3.202. Martes.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Entrañable imagen con magistral explicación del ciclo vital de la planta ayudada por cuidados expertos.
ResponderEliminarUn excelente día,Padre.
Buena historia la de hoy con ese árbol frutal,tubo suerte de caer en sus manos,manos expertas como ya nos cuenta con los cuidados de toda clase de plantas.Esperemos que no hiele mucho y siga creciendo para dar sus ricos frutos.Que tenga un buen martes usted también P.Alfonso.
ResponderEliminarMuy buenos días, P. Alfonso bonita la flor del albaricoque ro, que hoy nos saluda con tanto orgullo de sus cuidaos. Pues haber si hay suerte y no hiela para que se lleve acabo lo principal sus frutos y puedan degustarlo. Que tenga un buen día.
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