La Compasión

ESTAMPA CAUDETANA.
LA COMPASIÓN

A raíz de haber empleado las preciosas flores de color amarillo oro de un lirio que crece frondoso en el corralón del convento de San José (El Carmen), la buena de María Virtudes Sánchez me remitió  una fotografía obtenida desde la ventana de su casa, teniendo  cómo estupendo fondo las cubiertas de la parroquia de Santa Catalina. Entre la parroquia y la fotógrafo, en el alfeizar mismo de la ventana, crecía, desde una jardinera, un lirio  que había levantado el pedúnculo como si fuera un periscopio de submarino para que no se le escape detalle porque, al parecer,  los lirios son curiosos por naturaleza y todo lo observan desde lo alto  donde abren su flor un par de capullos qué buscaban abrirse y así ofrecerse a Santa Catalina, que con nosotros comparte, desde muy antiguo, el devenir histórico de la familia de los hijos de Dios que habitan en la Real Villa de Caudete (desde hace unos sesenta años concedió su independencia a la zona baja de la Villa que corre al cuidado de San Francisco de Asís). Los habitantes de la Villa se reúnen junto a la virgen mártir, Catalina, la titular de nuestra parroquia, de nuestra Iglesia particular para las celebraciones festivo-litúrgicas, para la alabanza de Dios Uno y Trino y para honrar a la Patrona, LA VIRGEN DE GRACIA y al Copatrón SAN BLAS.

En aquella ocasión, la flor del lirio, era solamente un proyecto porque solo era un capullo. Por lo que se me ocurrió pedirle a María Virtudes que repitiera la foto, pero con los capullos abiertos, florecidos.
Y esperó.
Pasados unos día una flor
azulona, como ves, siendo igualita a las de mi corralón, resulta que es totalmente distinta y las hace distintas el color con que las viste la naturaleza.
Inmerso en este encerramiento al que nos vemos sometidos por la guerra que nos ha declarado una insignificante cosa a la que denominan Covid 19 que corretea por el mundo con pasaporte chino y que se ha  dado el gustazo de llegarse hasta la Real Villa y pringarse en 40 vecinos, según nos dijo el alcalde ayer, a través de uno de sus mensajes informativos en torno a la marcha de la pandemia en sus dominios. Dos, nos dijo, se encuentran hospitalizados, SEIS han fallecido y el resto se encuentra incomunicado en su propia casa, bajo atención médica.
Y, en medio de esta angustia que va creciendo como un globo al ser  insuflado, va y florece el lirio de María Victoria y lo hace vestidico a lo triste, triste porque no nos ve por la calle yendo de un lado a otro, triste, porque estamos encerraditos en nuestras casas y a seis vecinicos se los ha llevado, a los pobres, con los pies por delante, sin ninguna clase de compañía ni despedida.
Por eso y no por otra cosa, el lirio de la jardinera de María Virtudes se ha vestido así, de esa manera, dando a entender que está muy triste, de luto, como triste se encuentra Santa Catalina porque hermanos tiene que mueren y hermanos tiene que no van a saludarla porque han sido privados de libertad de movimientos.
Y es que la pandemia provocada por un virus, trae por la calle de la amargura, a mucha gente y, a muchos, muchos más, de los que son indicados, se los ha llevado de este mundo, barriéndolos  como un aire  barre las pavesas en un incendio.
Sí, viendo la fotografía se me instaló en la cabeza el pensamiento de que el sufrimiento y dolor compartido, del qué es símbolo ese  lirio que ha levantado su flor, vestida de luto, para darle sus condolencias a Santa Catalina. Así he querido ver yo la imagen de un lirio florecido en el alféizar de una ventana proyectando su figura sobre un fondo que no es otro que el de la parroquia de Santa Catalina.

Recibe mis saludos, mis


      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.4.2020 Martes.

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.