ESTAMPA CAUDETANA.
LA LÁMPARA DE LA CAMBRA.
LA LÁMPARA DE LA CAMBRA.
Ya llevo un tiempo fijándome en ciertos artilugios, muy pocos, que se
encuentran sujetos en los lugares altos de ciertas fachadas, algunas en el
barrio de San Francisco, pero no es el único sitio donde lucen su óxido,
todavía, esos artilugios que sobresalen de las paredes.
Son los soportes de la lámpara de iluminación pública sujetados por unos
tirafondos que la herrumbre no los ha debilitado y, de ahí, que su propio peso
no haya tirado de ellos dejándose caer por los suelos, por las aceras, permaneciendo
a la espera de que los agentes de la limpieza urbana los retire para su reciclaje
y puesta al día y ni la eléctrica, ni el Ayuntamiento, ni los propietarios de
las fincas donde se encuentran han hecho nada para retirarlas. En otros tiempos
representaban un lujo para aquellos lugares donde contaban con ellos porque
lugares había en que no los disfrutaban, porque no disponían de ellos. En
mis tiempos por los Picos de Europa cuando subía por el collado de Hoz para
rendir viaje, ya tarde, en casa, sabía que, a mi derecha, en el fondo del
valle, se encontraba el pueblo de Cicera pero solo existía en mi imaginación,
la oscuridad más absoluta le borraba del mapa y yo pensaba: "la luz que se
derrocha en la plaza del Callao de Madrid serviría para iluminar los cinco
pueblucos del Valle de Peñarrubia y sobraría energía". Pero, claro,
Peñarrubia no era Madrid, ni siquiera una de sus plazas. Y el relato que te
hago no era de siglos atrás, ¡qué va! era 1976.
Recuerdo que de unos cables de la luz que discurrían, a media altura, por encima de los dinteles de las puertas, subía uno en línea recta hasta la lámpara a la que suministraba un hilillo de luz que prendían en una bombilla de pocos watios, suficientes para iluminar un trecho de la calle favoreciendo el tránsito de los que tardaban en llegar a casa a causa de una u otra razón. A algunos molestaba un tanto porque querían pasar desapercibidos o porque ponían de manifiesto sus actuaciones, razones por las cuales algunas de aquellas bombillas eran objeto de su dañina puntería.
En el día de hoy esos soportes y esas lámparas han dejado de cumplir con su impagable oficio, cediendo el testigo a hermosas lámparas que colocadas a su misma altura
Recuerdo que de unos cables de la luz que discurrían, a media altura, por encima de los dinteles de las puertas, subía uno en línea recta hasta la lámpara a la que suministraba un hilillo de luz que prendían en una bombilla de pocos watios, suficientes para iluminar un trecho de la calle favoreciendo el tránsito de los que tardaban en llegar a casa a causa de una u otra razón. A algunos molestaba un tanto porque querían pasar desapercibidos o porque ponían de manifiesto sus actuaciones, razones por las cuales algunas de aquellas bombillas eran objeto de su dañina puntería.
En el día de hoy esos soportes y esas lámparas han dejado de cumplir con su impagable oficio, cediendo el testigo a hermosas lámparas que colocadas a su misma altura
cumplen el mismo oficio pero con más potencia, con más generosidad de luz
"y es que los tiempos, como canta la Zarzuela, adelantan que es una
barbaridad".
Las fotos de los soportes de las lámparas que te muestro hoy las fui sacando tiempo atrás, según daba con ellas, porque lo que es hoy, como comprenderás, no ha sido porque no he salido del convento, estoy encerradito porque así lo ha dictaminado la autoridad competente para ponerle freno a la pandemia provocada por el Covid 19.
Esas fotos las fui guardando en el fondillo de mí telefónico para mejor ocasión y esa ocasión se ha presentado estos días. Ya sabes que llevo unos días enfrascado en la limpieza de las cambras de este vetusto convento de San José aprovechando este tiempo de inacción pastoral, de encerramiento, dentro de los muros del convento. 12 días llevo, con la ayuda de Juan Manuel, en la tarea. Y en ese proceso, un buen día, me topé con el soporte intacto de una vieja lámpara como esas que todavía quedan prendidas en las fachadas de algunas casas antiguas y, enseguida, la asocie con aquellos soportes de lámparas que en tiempos pasados favorecieron el tránsito en horas de la noche por las calles de la Rea Villa de Cadete y decidí utilizarla para que te llevará hoy, no la luz que dejo de encenderse en ella, pero si mi saludo. La lámpara encontrada en la cambra es guapa tiene un pie labrado precioso y se conserva, como te digo, estupendamente. El plato REFLECTOR con su porcelana blanca impoluta sin desportillar con el casquillo en su sitio como si estuviera esperando una bombilla nueva para seguir alumbrando pero en la cambra dormía el sueño de olvido sin la chispita de luz.
Las fotos de los soportes de las lámparas que te muestro hoy las fui sacando tiempo atrás, según daba con ellas, porque lo que es hoy, como comprenderás, no ha sido porque no he salido del convento, estoy encerradito porque así lo ha dictaminado la autoridad competente para ponerle freno a la pandemia provocada por el Covid 19.
Esas fotos las fui guardando en el fondillo de mí telefónico para mejor ocasión y esa ocasión se ha presentado estos días. Ya sabes que llevo unos días enfrascado en la limpieza de las cambras de este vetusto convento de San José aprovechando este tiempo de inacción pastoral, de encerramiento, dentro de los muros del convento. 12 días llevo, con la ayuda de Juan Manuel, en la tarea. Y en ese proceso, un buen día, me topé con el soporte intacto de una vieja lámpara como esas que todavía quedan prendidas en las fachadas de algunas casas antiguas y, enseguida, la asocie con aquellos soportes de lámparas que en tiempos pasados favorecieron el tránsito en horas de la noche por las calles de la Rea Villa de Cadete y decidí utilizarla para que te llevará hoy, no la luz que dejo de encenderse en ella, pero si mi saludo. La lámpara encontrada en la cambra es guapa tiene un pie labrado precioso y se conserva, como te digo, estupendamente. El plato REFLECTOR con su porcelana blanca impoluta sin desportillar con el casquillo en su sitio como si estuviera esperando una bombilla nueva para seguir alumbrando pero en la cambra dormía el sueño de olvido sin la chispita de luz.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
20.4.2020. Lunes. Día 36 del confinamiento.
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
20.4.2020. Lunes. Día 36 del confinamiento.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Buenos días P. Alfonso . Ayer puse mi comentario sobre la campana que tienen en el pasillo del convento pero no se porque no se publicó.
ResponderEliminarHoy nos muestra esa lampara de antaño que seguro dió luz en algún lugar del convento . Ya le dije que en los rincones de las cambras siempre salen sorpresas y seguro que todavía irá encontrando mas . Comenzamos otra semana y seguimos confinados en casa . Que tengan un buen lunes .
Buenos días,P,Alfonso,,va a dejar la cambra limpia como los chorros de oro a ver si va a encontrar algun tesoro,,bueno nos enteraremos porque lo cuenta todo,,, feliz lunes y siga con sus tareas,,,
ResponderEliminarMuy buenos días, P.Alfonso , comenzamos semana en casita y cada cual a su manera usted con la tarea de la cabra , que seguro encuentra más cosas interesantes para mostrarnoslas, en estas tareas siempre encuentras algo que no recordabas que existía lo digo por experiencia que a mí también lo estoy viviendo.Que tenga un buen día.( Cómo dice Fina no seque pasó con los comentarios que no se publicaron a mí me pasó igual).
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