ESTAMPA CAUDETANA.
¡¡¡ESTA ES MI CHICA!!!
LA ANUNCIACIÓN (Lc. 1,26-38)
Lienzo de Pérezgil en el Santuario
¡¡¡ESTA ES MI CHICA!!!
LA ANUNCIACIÓN (Lc. 1,26-38)
Lienzo de Pérezgil en el Santuario
Ya iba siendo tiempo en el que poner en marcha el plan para restaurar la
situación en la que se encontraba el ser humano desde el momento en que le dijo
a Dios, ahí te quedas que nosotros nos vamos fuera del paraíso y así les fue y
así nos va.
Así que, cuando decidió Dios iniciarlo, en su providencia, envío a un ángel a aquel pueblecito del norte de Israel, del que te hablaba ayer, a Nazaret, para comunicarse con aquella muchacha que había salido maravillosamente de sus manos. "Ipso facto" el Arcángel San Gabriel, salvando la distancia que va desde el cielo hasta aquella aldeíca, se presentó ante la joven María. El evangelista Lucas que es el único que nos cuenta la infancia de Jesús y que no hay duda alguna que es fruto de la información de primera mano que le diera la misma Virgen María no nos aporta información alguna acerca de cómo se llevó a efecto aquel encuentro que los pintores sitúan en su casita de Nazaret recogida en oración. Pero muy bien pudo ser mientras estaba en el majuelo que tenían Joaquín y Ana, sus padres, fuera de la aldea; posiblemente se hizo presente el arcángel en la fuente que estaba unos cientos de metros más abajo de su casa a la que fue con su cántaro la cabeza o a la cadera; pudo llevarse el encuentro en plena faenas caseras o, ¿por qué no?, en medio de un momento de oración, de encuentro con Yahvé.
Nada nos dice, tampoco, de las características de aquel mozo, a todas vistas, forastero que se le apareció a la muchacha, nada. Simplemente deducimos que no le causó mayor impresión sino que ella, muy dueña de sí misma, le dijo:
" que de qué iba, que no entendía ni una palabra de lo que le estaba diciendo"
porque, en la cabeza de la joven María, adquiría vida la noticia que le dieran Joaquín y Ana acerca de que, un tiempo antes, los padres de un joven muchacho de la aldea, que respondía al nombre de José, se habían llegado hasta casa y les habían dicho que no estaría nada mal formalizar matrimonio, de acuerdo con la costumbre ancestral del pueblo, entre la hija de ellos y su hijo. Nada nos dice el evangelista Lucas acerca de lo que diría la Virgen Santísima a sus padres cuando le comunicaron aquella proposición, pero, sin duda alguna, a la Virgen le habría producido una alegría inmensa porque el joven José era un "buen partido", que diríamos hoy. Con toda seguridad le habría visto intervenir en algunas reparaciones como reparando alguna rueda del carro de su padre o le había visto restaurar algún paño de la pared de la viña. Un joven que concitaría la atención de todas las chicas del pueblo. Y, cada sábado le vería sentado en el lugar destinado a los hombres, en la sinagoga del lugar, haciendo la oración al Señor.
Y aquella muchacha despierta, con todo el desparpajo del mundo, le dijo al enviado de Dios:
" no te entiendo, explícamelo de nuevo porque me estás pidiendo algo que no te puedo conceder pues has de saber que yo ya estoy comprometida con el joven José, el carpintero
" ¡¡¡ESA ES MI CHICA!!!, esclamaría Dios Padre" y, acto seguido, puso en la boca de su enviado para que se lo dijera a la joven María:
"que la misión para la que era requerida por Dios, no era asunto de hombres, que era asunto exclusivo suyo y que no trataba, de ninguna manera de romper el compromiso, que habían formalizado los padres de ambos jóvenes de un matrimonio ya fijado".
Ante la aclaración del arcángel San Gabriel, la joven María decidió, libre y voluntariamente, plegarse a la voluntad divina y aceptar la llamada que le hacía para ser MEDIO, dando entrada en este mundo al Hijo del Altísimo, EL REDENTOR, por obra de la acción del Espíritu Santo, dejando a su cuidado que él pusiera en antecedentes a aquel al que se debía aunque, todavía, no convivieran juntos:
"Hágase en mí, según tu Palabra". Yo creo que el bueno del Arcángel , al retirarse de con María, se secaría el sudor de la frente mientras diría:
¡Vaya con la joven humana!, mientras se abanicaba con las preciosas plumas de su ala derecha, o ¿acaso fue con las de la izquierda? ¡Va! ¡Tanto da! Como San Lucas no nos dice nada... mira que fue parco, el hombre.
En la Anunciación a la Virgen María por parte del Arcángel San Gabriel, asistimos a un canto a LA LIBERTAD DEL SER HUMANO:
Dios no la violenta, solo llama, solo pide colaboración.
María, la joven nazaretana, la enarbola, rompe lanzas por ella, la defiende. Nada la coacciona. Es libre y desde esa libertad le dice al Arcángel:
"Dile a Dios que aquí estoy para lo que guste mandar".
Qué ejemplo de ELLA, de la MADRE, para todos nosotros, sus hijos.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.5.2020. Martes. Día 53 de confinamiento.
Así que, cuando decidió Dios iniciarlo, en su providencia, envío a un ángel a aquel pueblecito del norte de Israel, del que te hablaba ayer, a Nazaret, para comunicarse con aquella muchacha que había salido maravillosamente de sus manos. "Ipso facto" el Arcángel San Gabriel, salvando la distancia que va desde el cielo hasta aquella aldeíca, se presentó ante la joven María. El evangelista Lucas que es el único que nos cuenta la infancia de Jesús y que no hay duda alguna que es fruto de la información de primera mano que le diera la misma Virgen María no nos aporta información alguna acerca de cómo se llevó a efecto aquel encuentro que los pintores sitúan en su casita de Nazaret recogida en oración. Pero muy bien pudo ser mientras estaba en el majuelo que tenían Joaquín y Ana, sus padres, fuera de la aldea; posiblemente se hizo presente el arcángel en la fuente que estaba unos cientos de metros más abajo de su casa a la que fue con su cántaro la cabeza o a la cadera; pudo llevarse el encuentro en plena faenas caseras o, ¿por qué no?, en medio de un momento de oración, de encuentro con Yahvé.
Nada nos dice, tampoco, de las características de aquel mozo, a todas vistas, forastero que se le apareció a la muchacha, nada. Simplemente deducimos que no le causó mayor impresión sino que ella, muy dueña de sí misma, le dijo:
" que de qué iba, que no entendía ni una palabra de lo que le estaba diciendo"
porque, en la cabeza de la joven María, adquiría vida la noticia que le dieran Joaquín y Ana acerca de que, un tiempo antes, los padres de un joven muchacho de la aldea, que respondía al nombre de José, se habían llegado hasta casa y les habían dicho que no estaría nada mal formalizar matrimonio, de acuerdo con la costumbre ancestral del pueblo, entre la hija de ellos y su hijo. Nada nos dice el evangelista Lucas acerca de lo que diría la Virgen Santísima a sus padres cuando le comunicaron aquella proposición, pero, sin duda alguna, a la Virgen le habría producido una alegría inmensa porque el joven José era un "buen partido", que diríamos hoy. Con toda seguridad le habría visto intervenir en algunas reparaciones como reparando alguna rueda del carro de su padre o le había visto restaurar algún paño de la pared de la viña. Un joven que concitaría la atención de todas las chicas del pueblo. Y, cada sábado le vería sentado en el lugar destinado a los hombres, en la sinagoga del lugar, haciendo la oración al Señor.
Y aquella muchacha despierta, con todo el desparpajo del mundo, le dijo al enviado de Dios:
" no te entiendo, explícamelo de nuevo porque me estás pidiendo algo que no te puedo conceder pues has de saber que yo ya estoy comprometida con el joven José, el carpintero
" ¡¡¡ESA ES MI CHICA!!!, esclamaría Dios Padre" y, acto seguido, puso en la boca de su enviado para que se lo dijera a la joven María:
"que la misión para la que era requerida por Dios, no era asunto de hombres, que era asunto exclusivo suyo y que no trataba, de ninguna manera de romper el compromiso, que habían formalizado los padres de ambos jóvenes de un matrimonio ya fijado".
Ante la aclaración del arcángel San Gabriel, la joven María decidió, libre y voluntariamente, plegarse a la voluntad divina y aceptar la llamada que le hacía para ser MEDIO, dando entrada en este mundo al Hijo del Altísimo, EL REDENTOR, por obra de la acción del Espíritu Santo, dejando a su cuidado que él pusiera en antecedentes a aquel al que se debía aunque, todavía, no convivieran juntos:
"Hágase en mí, según tu Palabra". Yo creo que el bueno del Arcángel , al retirarse de con María, se secaría el sudor de la frente mientras diría:
¡Vaya con la joven humana!, mientras se abanicaba con las preciosas plumas de su ala derecha, o ¿acaso fue con las de la izquierda? ¡Va! ¡Tanto da! Como San Lucas no nos dice nada... mira que fue parco, el hombre.
En la Anunciación a la Virgen María por parte del Arcángel San Gabriel, asistimos a un canto a LA LIBERTAD DEL SER HUMANO:
Dios no la violenta, solo llama, solo pide colaboración.
María, la joven nazaretana, la enarbola, rompe lanzas por ella, la defiende. Nada la coacciona. Es libre y desde esa libertad le dice al Arcángel:
"Dile a Dios que aquí estoy para lo que guste mandar".
Qué ejemplo de ELLA, de la MADRE, para todos nosotros, sus hijos.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.5.2020. Martes. Día 53 de confinamiento.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Buenos días P. Alfonso . Preciosa rosa nos trae hoy martes en la foto que ilustra su bonito relato de La Anunciación de Maria . Sin duda fué algo muy hermoso para ella y para todos nosotros que han pasado mas de 2.000 años y nos emocionamos al leerlo .
ResponderEliminarBuen día tengamos todos .
Gracioso relato del momento dónde se inicia la Salvación de la humanidad.
ResponderEliminarUn día grande,Padre Alfonso.
Muy buenos días, P. Alfonso con toda su explicación y también redactada hace que me translade a Nazaret,pues hace unos años que viví esa experiencia , ¡Que viaje! Me encantaría volverlo a repetir.¡ Quien sabe!!!! Bueno que tenga un buen día.
ResponderEliminar( perdón también bien redactada)
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