lunes, 27 de julio de 2020

La Ofrenda

ESTAMPA CAUDETANA.

LA OFRENDA


También baje ayer tarde hasta La Glorieta de la Cruz. La pierna me pesaba más que de costumbre y a cada paso me gritaba como queriéndome decir-"¿Pero dónde vas?

Yo me hice el remolón y camine paseo de la Virgen abajo hasta la Glorieta de la Cruz y, en llegando a ella, en la soledad más absoluta, la contemple y al contemplarla me llamó poderosamente la atención, más que nunca lo había hecho, la bola que tiene en su mano derecha, bola que representa al mundo y, más concretamente, a todos los seres humanos, sus hijos, que en él vivimos.
Seguro, que has bajado más de una vez hasta la Glorieta de la Cruz.
Seguro, que has contemplado el monumento, más de una vez. Seguro, que siempre te ha llamado la atención esa Cruz que sostiene ella, la Virgen Nuestra Madre, la Patrona de la Real Villa de Caudete, la Madre de cada uno de los villanos del lugar.
Seguro, que has entrado al patio , tantas y tantas veces, en el ir y el venir por el Paseo que tiene su nombre, para hacer un alto, para detenerte un ratito, para saludarla, para decirla hola y ponerla al tanto de algo que te apretaba las carnes o el espíritu: 
"mira vamos de paseo o mira tengo un familiar que anda un poco pachucho o para encomendarle todo el pueblo  de Caudete.
Seguro, seguro que la has visto muchas veces, pero a que nunca la has visto cómo la ves ahora: todo el monumento, toda la cruz y la Virgen, Nuestra Madre, teniendo como fondo la bóveda celeste, oye toda azul, barrida por los rayos de un sol que va de caída, yo diría que con parsimonia, porque en el hemisferio Austral no va a gozar de tanta libertad de acción pues, allí, están en pleno invierno, pero, aún así y todo alumbra toda la bóveda celeste e impide que la luna, en cuarto creciente, se manifieste como ella quisiera y tú estás viendo a la Virgen María, nuestra Madre de GRACIA teniendo a su Hijo, bien agarradico, manteniéndole a la sombra de una de las columnas del monumento que le hace de parasol para que los rayos ardientes del sol no le dañen y Ella, iluminada casi toda, sostiene la bola del mundo en su mano derecha haciendo de él una ofrenda a Dios Padre en la tarde de este mes de julio, tarde fuerte, tarde calurosa, una tarde que, de seguir Don Quijote por las trochas y senderos de esta Mancha, seguro que estaría bien cocidito dentro de su armadura de metal.  Ella, la Madre, la Madre de todos los hombres porque así lo quiso Jesús su Hijo al entregárnosla durante la ofrenda de sí mismo en la Cruz, que presentiza, de alguna manera, el monumento que da nombre a la glorieta en la que me encuentro solo, sin nada ni nadie que rompa el silencio asfixiante de las 18,15 horas.
ELLA nos recoge a todos cómo recogió a Jesús allí en la Cruz y nos ofrece al Padre como le ofreció a ÉL, segura de que el Padre nos acepta como aceptó a Jesús en aquella tarde luctuosísima del Viernes Santo en Jerusalén.
Ayer, por el sábado, el pueblo de Caudete con sus autoridades civiles y militares, al frente, se dieron cita en la parroquia de Santa Catalina para ofrecer a Dios el sacrificio expiatorio de Cristo por aquellos hermanos nuestros que han sido llevados de este mundo a su vera de la mano de la pandemia traída por el Covid19.  Y esas autoridades, con familiares de los extintos, se trasladaron al cementerio municipal, donde yacen los fallecidos, para hacerles un homenaje civil, en la capilla del cementerio, consistente en la ofrenda de unas flores atadas por la Bandera Nacional.

Hoy, por ayer, contemplaba a la Virgen Santísima, Nuestra Madre de GRACIA, en su monumento de la Glorieta de la Cruz con el mundo en su mano derecha, entendiendo por mundo a toda la humanidad,  haciéndonos ofrenda al Padre para que el Padre nos reciba, cabe Sí, y nos libere del mal que nos afecta, la pandemia del coronavirus que llaman Covid 19.
Gracias, Madre, por hacernos OFRENDA al Padre sabiendo que lo mejor que tienes para ofrecerle somos nosotros, tus hijos de Caudete y los del mundo entero, los seres humanos.


Recibe mi saludo, mis

 

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

27.7.2020. Lunes. (C.971)

Nota. En la tarde de ayer se dieron cita el párroco y los abuelos de la Real Villa de Caudete, como es costumbre inveterada, en la explanada frente a la fachada de la ermita de Santa Ana para celebrar la FIESTA DE LOS ABUELOS con una  Eucaristía muy sentida.

La dichosa pandemia fue la culpable de que no tuvieran lugar las actividades lúdicas de costumbre. Acompañó a los asistentes el Edil de la Villa.

N.B. la foto de la capilla del cementerio la he tomado de la nota informativa del Ilmo. Ayuntamiento, aparecida en Facebook.

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

2 comentarios:

  1. Muy buenos días, P. Alfonso, ¡ Cómo se atrevió ayer de dar el paseo que tiene como costumbre los domingos ,con la que estaba cayendo , pero después de todo le ha servido para evangelizar y darme cuenta de muchas cosas que aunque esté delante no me percibo ellas , gracias por todo, Que tenga un buen día que hoy también va a estar calentito.

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  2. Fina Solera Rodriguez27 de julio de 2020, 9:09

    Buenos días P. Alfonso. Muchísimo calor hace estos días para darse su paseo a esas horas con tanto sol . La foto preciosa con ese cielo tan azul . Merecido tenían ese funeral los fallecidos de estos meses atrás que no se les pudo hacer en su momento por esta pandemia que no cesa. Y bonito el acto que se les tributó en la capilla del cementerio. Descansen todos en Paz . Amen.

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