ESTAMPA CAUDETANA.
UN RATO CON LA VIRGEN DE GRACIA EN LA GLORIETA DE LA CRUZ.
UN RATO CON LA VIRGEN DE GRACIA EN LA GLORIETA DE LA CRUZ.
Poco a poco fui acercándome a la Glorieta de la Cruz. Cuando llegué, el banco
situado frente al monumento de la Cruz, que es "mi" banco, digo mi
banco porque es en el que dejo caer mi humanidad cuando me llego hasta allí,
estaba barrido, casi todo él, por el sol. Así que el sol y yo le compartimos un
rato. Seguí rezando el rosario que había comenzado en la puerta del monasterio
de las MM. Carmelitas.
Desde hacía bastante tiempo, el sol estaba descolgándose desde el zénit, yo diría que se había esforzado mucho en su trabajo del domingo y se iba con sus rayos a otra parte. Pero lo hacía con suavidad, diríase que no deseaba que las gentes de la Real Villa de Caudete pasaran rápidamente del horno al frigorífico.
Durante ese tiempo, mantuve la mirada en la imagen de la Virgen de Gracia esculpida en piedra. Cuando llegué, el sol iluminaba toda la cara de la Virgen y comenzaba a sacar la carita del Niño de la sombra que proyectaba la columna iluminada por el sol en su caída.
Una abuela entró con su nietecita de la mano en el patio desde el Paseo y, tras dar dos pasos hacia dentro se paró y empezó a enseñar a su nietecica a tirarle besicos a la Virgen y, luego, se fueron.
Un mosquito con trompa afilada me puso los tobillos al rojo vivo y cuando andaba yo tratando de paliar el picor, aparecieron otros dos abuelos con sus nietas, tres o cuatro, la más pequeñita sentadita en su cochecito.
"Ejerciendo de abuelos", les dije.
"Hay que darles un descanso a los padres, las llevamos al parque porque ya le han abierto, me dijo el abuelo.
Bajaron al "recorte" del cochecito
Desde hacía bastante tiempo, el sol estaba descolgándose desde el zénit, yo diría que se había esforzado mucho en su trabajo del domingo y se iba con sus rayos a otra parte. Pero lo hacía con suavidad, diríase que no deseaba que las gentes de la Real Villa de Caudete pasaran rápidamente del horno al frigorífico.
Durante ese tiempo, mantuve la mirada en la imagen de la Virgen de Gracia esculpida en piedra. Cuando llegué, el sol iluminaba toda la cara de la Virgen y comenzaba a sacar la carita del Niño de la sombra que proyectaba la columna iluminada por el sol en su caída.
Una abuela entró con su nietecita de la mano en el patio desde el Paseo y, tras dar dos pasos hacia dentro se paró y empezó a enseñar a su nietecica a tirarle besicos a la Virgen y, luego, se fueron.
Un mosquito con trompa afilada me puso los tobillos al rojo vivo y cuando andaba yo tratando de paliar el picor, aparecieron otros dos abuelos con sus nietas, tres o cuatro, la más pequeñita sentadita en su cochecito.
"Ejerciendo de abuelos", les dije.
"Hay que darles un descanso a los padres, las llevamos al parque porque ya le han abierto, me dijo el abuelo.
Bajaron al "recorte" del cochecito
y todos juntos desaparecieron por la puerta del patio para irse al parquecito
infantil.
Mientras tanto, el sol había esculpido con sus rayos de luz la carita del Niño y, de paso, nos mostraba a su Madre iluminada casi del todo.
Mientras tanto, el sol había esculpido con sus rayos de luz la carita del Niño y, de paso, nos mostraba a su Madre iluminada casi del todo.
El mosquito era voraz. No contento con la sangre succionada en los tobillos se
subió hasta el brazo y ¡No daba yo con él!
A punto de marcharme entró la abuela con su nieta y se llegaron hasta el mismo monumento. Una vez allí, la abuela subió a la nieta hasta la altura de la imagen. La nena quería subir hasta donde estaba el Niño y la abuela se las veía y se las deseaba para sujetarla:
"No, no, que no llegamos, que nos vamos a caer".
Cuando me ausentaba, allí quedaron la abuela y la nieta diciéndole cosicas a la Virgen y al Niño Jesús.
El sol estaba ya muy bajo, tanto, que los árboles iban haciendo de parapeto a sus rayos y, éstos, ya solo alumbraban los bustos de la Madre y del Hijo.
A punto de marcharme entró la abuela con su nieta y se llegaron hasta el mismo monumento. Una vez allí, la abuela subió a la nieta hasta la altura de la imagen. La nena quería subir hasta donde estaba el Niño y la abuela se las veía y se las deseaba para sujetarla:
"No, no, que no llegamos, que nos vamos a caer".
Cuando me ausentaba, allí quedaron la abuela y la nieta diciéndole cosicas a la Virgen y al Niño Jesús.
El sol estaba ya muy bajo, tanto, que los árboles iban haciendo de parapeto a sus rayos y, éstos, ya solo alumbraban los bustos de la Madre y del Hijo.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
1.7.2020. Miércoles. Comenzamos el mes dedicado a la VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO. Este año, a causa de la pandemia que nos trajo "esa cosa" que llaman Covid 19, no se celebrarán los fastos populares de costumbre. La imagen de la VIRGEN DEL CARMEN no procesionará por las calles de la Villa y LA ALCACHOFA, que convoca a tantísima gente en la Plaza del Carmen, tampoco tendrá lugar.
Solo celebraremos en la iglesia del convento de San José (El Carmen) la NOVENA EN SU HONOR Y EL DÍA DE SU FIESTA (16), guardando, escrupulosamente, las medidas promulgadas por las autoridades competentes.
(C. 945).
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Buenos días P. Alfonso . Muy valiente es usted de ir paseando bajo del sol que nos está haciendo estos días . Este año los mosquitos pican y bien fuerte tenemos que llevar cuidado . Otra fiesta que perdemos por culpa del Covid. La Virgen del Carmen no saldrá y la plegaria del angelito no la disfrutaremos como otros años . Todo es raro este año .
ResponderEliminarQue pasemos un buen 1 de Julio . Estrenamos mes .
Muy buenos días, P. Alfonso, primer día del mes de Julio , este mes dedicado a Nuestra del Carmen.Aunque también se suspenda procesión y la plegaria de la alcachofa como todo se está suspendido , los demás actos que se puedan celebrar los tendremos presentes para pedirle a ELLA que cese está pandemia.Que tenga un buen día.
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