ESTAMPA CAUDETANA.
VUELVO A VISITAR A LA VIRGEN DE GRACIA.
Volví a dejar que mis pies me acercaran hasta la Glorieta de La Cruz. Alguna
persona me dijo algo que yo ya sabía:
"Parece que cojea un poco. ¿Es cosa de la rodilla?"
Acabábamos de salir de la ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO Y DE RECIBIR SU BENDICIÓN, antes de hacer la reserva. Hacía calor, mucho calor. Pero, por entre las mantas de Calor que dejaba caer el sol desde todo lo alto, alguna corriente de aire se abría paso. No era fresco, qué va, ya se encargaban las mantas de calor de ponerle a tono. Pero, mira, al chocarse con uno le traía una sensación agradable en medio de tanto sofoco. Y es que, amigo, nos encontrábamos a la puerta del monasterio del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María de Gracia, donde liban su miel espiritual un grupito de mujeres, LAS MM. CARMELITAS DE CLAUSURA. (Hay que pedirle al Espíritu Santo que repueble con generosidad las celdillas de esa hermosa colmena). Y, sí subía, Paseo de la Virgen arriba, un agradable vientecillo que venía en nuestra ayuda.
Cuando llegué a la Glorieta de la Cruz eché una ojeada a "mi banco". Estaba sufriendo, el pobre, un repaso de cuidado por parte del sol. No me lo explicaba yo porque el domingo anterior compartimos banco el sol y yo, él, como ayer, dándole el repaso acostumbrado. Yo, aprovechando la sombrita de un árbol. Pero ayer, no. Ayer era el sol el dueño absoluto del banco. Cualquiera se sentaba allí con los modales que se gastaba ayer el sol.
Dos bancos gozaban de una sombra acogedora. Uno en la trasera del monumento del HIJO Y DE LA MADRE y otro, junto al Paseo, que permitía contemplar la imagen de la Virgen de Gracia de perfil, tal y como la ves en la fotografía que ilustra mi saludo. No es lo mismo verla de frente, como el domingo pasado, a verla de perfil, como la vi ayer, pero cada modo de verla tiene su aquel. También se la veía ayer guapa, muy guapa ¿o no?
Ayer no recé el rosario, lo haría en el camino que me llevara a la parroquia de Santa Catalina para celebrar la Eucaristía vespertina del domingo, ayer me metí en el WhatsApp para contestar a un comunicante que hablaba de que se llega a conocer a Dios, así de rotundo:
"si me conozco a mí mismo conozco a Dios".
Mi comunicante iba más allá que los filósofos griegos, digo los filósofos griegos, porque se atribuye el aserto a un buen ramillete de ellos a cual mejor:
"Conócete a ti mismo" que no recuerdo cómo se escribe en griego pero sí en latín:
"Nosce te ipsum".
Cuando volví a casa, mientras la pelota iba de un lado a otro por el campo del equipo azulejero, del Villarreal, volví a abrir el WhatsApp y descubrí que mi comunicante había leído mi respuesta y contestaba con una frase escueta:
"Me gusta tu reflexión".
Una cosa es llegar al conocimiento de la existencia de Dios por medio de lo creado (Santo Tomás de Aquino) y otra, muy distinta, es CONOCER A DIOS. Además, si llegáramos a conocer a Dios, conociéndonos a nosotros mismos ¡qué pequeñito e imperfecto iba a ser el SER POR EXCELENCIA porque, la verdad, si resulta que nosotros tenemos gran dificultad en conocernos a nosotros mismos, de ahí la recomendación de los pensadores griegos, cómo podremos meter a DIOS entre parietales y entre frontal y occipital y afirmar, luego, con toda rotundidad, que conoceré a DIOS, AL QUE NO CABE EN EL UNIVERSO por la sencilla razón de que el universo es una realidad creada por ÉL, exterior a ÉL, "una cosa" en su presencia y el ser humano, con su preciosa cabeza pensante, un elemento, solo un elemento, de todo lo creado . Eso sí, el más importante de todo lo que cae bajo nuestra experiencia.
Solo después de pasar de este al otro lado de la vida llegaremos a conocer a Dios según nuestra capacidad. "Ahora somos Hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que llegaremos a ser. Sabemos que cuando se nos manifieste como es ÉL, seremos semejantes a ÉL porque le veremos como es ÉL" (1 Jn. 3, 2). Pero entonces, ¡SOLO ENTONCES!, no mientras nos encontremos vestidos con este bonito cuerpo con que nos vistió DIOS.
Se dejaron oír las campanadas de las 18,45 horas en el reloj de la torre de la Parroquia de Santa Catalina, momento que aproveché para levantar mi humanidad del banco sombreado en el patio del monumento y, mientras miraba el perfil de la imagen de piedra de Nuestra Madre la Virgen de Gracia, desgranaba, a modo de despedida, la Salve.
Mucho calor me acompañó durante el camino hacia la parroquia de Santa Catalina por la Avda. de la Libertad y, luego, por la Avenida de las Jornetas arriba, hasta la calle Sacramento que me dejó a la puerta misma de la iglesia.
El sol, sin nada que se interpusiera entre los dos, aprovechó para darme a base de bien.
Con mi pierna quejándose, llegué, empapadito de sudor, a la quietud fresca y acogedora del interior de la parroquia.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
6.7.2020. Lunes. (C. 950)
Acabábamos de salir de la ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO Y DE RECIBIR SU BENDICIÓN, antes de hacer la reserva. Hacía calor, mucho calor. Pero, por entre las mantas de Calor que dejaba caer el sol desde todo lo alto, alguna corriente de aire se abría paso. No era fresco, qué va, ya se encargaban las mantas de calor de ponerle a tono. Pero, mira, al chocarse con uno le traía una sensación agradable en medio de tanto sofoco. Y es que, amigo, nos encontrábamos a la puerta del monasterio del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María de Gracia, donde liban su miel espiritual un grupito de mujeres, LAS MM. CARMELITAS DE CLAUSURA. (Hay que pedirle al Espíritu Santo que repueble con generosidad las celdillas de esa hermosa colmena). Y, sí subía, Paseo de la Virgen arriba, un agradable vientecillo que venía en nuestra ayuda.
Cuando llegué a la Glorieta de la Cruz eché una ojeada a "mi banco". Estaba sufriendo, el pobre, un repaso de cuidado por parte del sol. No me lo explicaba yo porque el domingo anterior compartimos banco el sol y yo, él, como ayer, dándole el repaso acostumbrado. Yo, aprovechando la sombrita de un árbol. Pero ayer, no. Ayer era el sol el dueño absoluto del banco. Cualquiera se sentaba allí con los modales que se gastaba ayer el sol.
Dos bancos gozaban de una sombra acogedora. Uno en la trasera del monumento del HIJO Y DE LA MADRE y otro, junto al Paseo, que permitía contemplar la imagen de la Virgen de Gracia de perfil, tal y como la ves en la fotografía que ilustra mi saludo. No es lo mismo verla de frente, como el domingo pasado, a verla de perfil, como la vi ayer, pero cada modo de verla tiene su aquel. También se la veía ayer guapa, muy guapa ¿o no?
Ayer no recé el rosario, lo haría en el camino que me llevara a la parroquia de Santa Catalina para celebrar la Eucaristía vespertina del domingo, ayer me metí en el WhatsApp para contestar a un comunicante que hablaba de que se llega a conocer a Dios, así de rotundo:
"si me conozco a mí mismo conozco a Dios".
Mi comunicante iba más allá que los filósofos griegos, digo los filósofos griegos, porque se atribuye el aserto a un buen ramillete de ellos a cual mejor:
"Conócete a ti mismo" que no recuerdo cómo se escribe en griego pero sí en latín:
"Nosce te ipsum".
Cuando volví a casa, mientras la pelota iba de un lado a otro por el campo del equipo azulejero, del Villarreal, volví a abrir el WhatsApp y descubrí que mi comunicante había leído mi respuesta y contestaba con una frase escueta:
"Me gusta tu reflexión".
Una cosa es llegar al conocimiento de la existencia de Dios por medio de lo creado (Santo Tomás de Aquino) y otra, muy distinta, es CONOCER A DIOS. Además, si llegáramos a conocer a Dios, conociéndonos a nosotros mismos ¡qué pequeñito e imperfecto iba a ser el SER POR EXCELENCIA porque, la verdad, si resulta que nosotros tenemos gran dificultad en conocernos a nosotros mismos, de ahí la recomendación de los pensadores griegos, cómo podremos meter a DIOS entre parietales y entre frontal y occipital y afirmar, luego, con toda rotundidad, que conoceré a DIOS, AL QUE NO CABE EN EL UNIVERSO por la sencilla razón de que el universo es una realidad creada por ÉL, exterior a ÉL, "una cosa" en su presencia y el ser humano, con su preciosa cabeza pensante, un elemento, solo un elemento, de todo lo creado . Eso sí, el más importante de todo lo que cae bajo nuestra experiencia.
Solo después de pasar de este al otro lado de la vida llegaremos a conocer a Dios según nuestra capacidad. "Ahora somos Hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que llegaremos a ser. Sabemos que cuando se nos manifieste como es ÉL, seremos semejantes a ÉL porque le veremos como es ÉL" (1 Jn. 3, 2). Pero entonces, ¡SOLO ENTONCES!, no mientras nos encontremos vestidos con este bonito cuerpo con que nos vistió DIOS.
Se dejaron oír las campanadas de las 18,45 horas en el reloj de la torre de la Parroquia de Santa Catalina, momento que aproveché para levantar mi humanidad del banco sombreado en el patio del monumento y, mientras miraba el perfil de la imagen de piedra de Nuestra Madre la Virgen de Gracia, desgranaba, a modo de despedida, la Salve.
Mucho calor me acompañó durante el camino hacia la parroquia de Santa Catalina por la Avda. de la Libertad y, luego, por la Avenida de las Jornetas arriba, hasta la calle Sacramento que me dejó a la puerta misma de la iglesia.
El sol, sin nada que se interpusiera entre los dos, aprovechó para darme a base de bien.
Con mi pierna quejándose, llegué, empapadito de sudor, a la quietud fresca y acogedora del interior de la parroquia.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
6.7.2020. Lunes. (C. 950)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, sí hizo ayer bastante calor durante todo el día y la noche también, pero bueno estamos en plena cosecha , muy bonita la Imagen de nuestra Señora de Gracia aún que se vea de perfil, nosotros siempre la vemos muy guapa. Que tenga un buen día también con mucho calor.
ResponderEliminarBuenos días P. Alfonso. Tenga mucho cuidado en darse esos paseos con tantísimo calor . Es usted demasiado atrevido. La Virgen da igual por donde la miremos siempre está guapa .Hoy seguirá el calor estamos en la estación de que las temperaturas siguen subiendo . Aprovechemos las horas mas fresquitas para salir. Buen lunes tengamos todos .
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