jueves, 20 de agosto de 2020

Vuelta a la Normalidad

ESTAMPA CAUDETANA.
VUELTA A LA NORMALIDAD.

 
(Imagen de la "iglesia" improvisada en La Avda. de La Paz del cementerio, donde celebramos la Eucaristía-sufragio, en la mañana de ayer).


El día 14 de marzo pasado, las autoridades competentes del lugar, mandaron echar el cerrojo a las verjas del cementerio, de modo y manera, que no pudiera entrar nadie en el recinto, salvo para cumplir con la necesidad de dar tierra a aquellos que el Covid 19 se había llevado por delante o cualquier otro fallecido por otra causa. Eso sí, sometidos a una estricta legislación que dejaba mucho que desear desde el punto de vista humano.
La pandemia que trajo consigo el tal Covid 19 así lo exigía, puesto que, al evitar la aglomeración de personas en el momento del sepelio del ser querido, se evitaba la posibilidad de que se expandiera el contagio.

No solo se redujo el cortejo fúnebre a los oficiales del cementerio, a los agentes del tanatorio y a tres familiares del difunto, sino que se suprimió, de un plumazo, por la misma razón, la celebración de la Eucaristía-sufragio por los difuntos del pueblo que yacen a la espera de la Resurrección en el cementerio y que viene celebrándose cada tercer miércoles de mes desde hace medio siglo, en que la instituyera el primero de los párrocos Carmelitas, P. Rafael López-Melús, nombrado por el señor obispo para la Real Villa de Caudete.
Cinco meses después. En el día de ayer, tercer miércoles del mes de agosto, los oficiales del cementerio habían dispuesto, fuera de la capilla, en la Avenida de la Paz, del susodicho cementerio, el altar y los bancos, de tal manera que, entre los asistentes pudiera haber una distancia de metro y medio, tal y como ordena la legislación vigente, en el momento actual.

No sé si se debió a que la pandemia sigue metiendo miedo o a que no fue suficientemente anunciado, el caso es que, ayer por la mañana, en la iglesia improvisada al aire libre, nos reunimos para la Eucaristía una decena de personas. Bien es verdad que, todo el cementerio, todos los seres humanos que reposan en él, estuvieron presentes, ¡cómo no!, en la celebración festiva del misterio de la Pascua, que es paso de la muerte a la vida y que, al haber tenido ya lugar en la Persona de Cristo, el Hijo de Dios que tomó nuestra naturaleza humana para sacarnos, desde dentro, desde la misma naturaleza humana, del embrollo en que nos habíamos metido "de hoz y coz" por un egoísmo soberbio, ya desde los primeros tiempos de la existencia del ser humano (Gen. 2,16), constituye, para ellos, el cimiento donde se levanta su esperanza de auparse, también, hasta la plenitud de Dios Padre y alcanzar, así, en Él,  la satisfacción plena del cumplimiento de los deseos, de las expectativas, del proyecto de felicidad con el que el mismo Dios les dio la vida.

La mañana fue ideal. Eran las 10 horas cuándo Domingo, el sacristán de San Francisco, daba el toque de campanilla convocando a la misa a los que, en ese momento, se encontraban girando una visita a sus difuntos. Tras un segundo toque dimos comienzo a la Eucaristía. El sol, que estaba levantándose a esa hora, desde la orilla del mar Mediterráneo, encontraba en los cipreses de la Avenida de la Paz un parapeto que le impedía proyectar sus rayos, ya calientes, sobre la concurrencia. Además se movía un airecillo, ni frío ni caluroso, un airecillo que ponía un ambiente agradable en el encuentro de aquellos que nos dimos cita para orar por nuestros hermanos difuntos.

Media hora después, al finalizar la oración por excelencia de la Santa Madre Iglesia, la Eucaristía, por sus hijos difuntos, el sol ya había escalado un tanto la cuesta que le lleva hasta su cénit y, desde la altura alcanzada, se entretenía molestándonos con sus certeros rayos.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
20.8.2020. Jueves. (C. 994)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

 

1 comentario:

  1. Muy buenos días , P. Alfonso, es bueno volver a retomar algo que se prohibió por el covid 19, y que es un motivo tan importante de poder hacer una Eucaristía por nuestros difuntos, esperemos poder ir retomando todas las cosas que nos han sido prohibidas, aunque la cosa no pinta muy bien.Que tenga un buen día.

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