ESTAMPA CAUDETANA.
FIESTA EN EL BARRIO DE SAN FRANCISCO DE LA REAL VILLA DE CAUDETE.
No hubo varales para llevarle en andas. No hubo bandas de música que le
abrieron el paso por las calles del barrio.
No hubo tracaserpenteando por la calle marcando inicios o finales.
No hubo cohetería que subiera zumbando al cielo para poner allí arriba ruido y
manchones de humo blanquecino que se llevara el viento.
No hubo gente asomándose a las ventanas, ni en las aceras de las calles.
No hubo representantes institucionales.
No hubo presencia de aquellos que otros años llevan la voz cantante en el
organigrama festivo del Barrio, con ocasión de la fiesta de San
Francisco. Los dos bancos a ellos reservados, no por el sacristán, sino por
costumbre inveterada, permanecieron vacíos.
Sí pusieron su punto, con su presencia, el Presidente de la Asociación de
Cofradías y el Presidente de la Cofradía de San Francisco, confundidos con el
pueblo, como unos fieles en la nave derecha de la iglesia. No hubo nadie más.
¡Qué pena!
Pero no hizo falta que vinieran a lucir medallas porque la fiesta en Honor del
Santo que da nombre al barrio, del Santo que es titular de la parroquia, del
Santo que, como pastor, va delante o detrás o confundido entre ellos, según las
exigencias de cada momento de la vida de aquellos que le escogieron como
compañero de camino, se celebró litúrgicamente.
¡PERO SE CELEBRÓ!
Fue honrado, fue festejado por un montón de fieles que se sometieron, en todo
momento, a la estricta y dura normativa sanitaria dentro de su iglesia dentro
de la parroquia de San Francisco de Asís.
En la homilía, el celebrante, hizo hincapié en tres aspectos de la vida del
Santo Titular de la parroquia, San Francisco de Asís, el Poverello, a asumir
por los fieles junto a los que permanece:
El primero fue acerca del desprendimiento, de su opción por la pobreza.
Renunció
A una pingüe herencia de una familia muy bien situada para ofrecerse totálmente
a Dios y a sus hermanos, los seres humanos.
En el segundo hizo hincapié en la profunda y total devoción por la Eucaristía
donde el Señor, que tantas veces se le hizo presente místicamente, lo hacía
realmente "escondido" dentro de pan. La Eucaristía, para San
Francisco, lo era todo y estaba, a la base de todo, en su vida.
Y en el tercero puso de manifiesto algo en su vida que está de rabiosa
actualidad, su consagración al cuidado de la Naturaleza en la que él entablaba
un entrañable diálogo con Dios por lo que era menester cuidarla, mimarla.
Sí, San Francisco tuvo su fiesta. Un buen puñado de fieles se dio cita en la
iglesia parroquial del Barrio de San Francisco para festejar al Santo Titular
de la Parroquia que da, a su vez, nombre al Barrio donde está enclavada,
animados por la impagable colaboración del grupo musical de la parroquia
dirigido por José y por Mariló.
De la ausencia de festejos lúdico religiosos se encargó eso que llaman Covid 19
que ha tendido sobre la humanidad una pesada manta, pandemia, más pesada que
las que ostentan ese privilegio, las mantas palentinas.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.10.2020. Lunes. (C. 1040)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso,que bien nos muestra todo los frescos que nos muestra hoy , de los cuales todo caudetano podernos sentirnos orgullosos de lo que allí en el barrio que lleva su nombre de San Francisco además de esas pinturas es todo en sí una joya , su iglesia, con todo su entorno que muy a bien nos dejó D. Francisco Albalat.Fue una pena que se pudiera celebrar su fiesta pero más aún la falta de algunas representantes del pueblo y del Barrio.Que tenga un buen día.
ResponderEliminar( perdón , no sé celebrar su fiesta)
ResponderEliminar