lunes, 30 de noviembre de 2020

El Invento

ESTAMPA CAUDETANA.
EL INVENTO


Sólo los muy ancianos del lugar conocerán el artilugio ese que te muestro ahí arriba. Solo ellos disfrutarán, con fruición, volviendo a contemplar, siquiera sea en fotografía, ese artefacto que tantos momentos agradables les proporcionó en aquellos tiempos del cuplé y, al decir tiempos del cuplé, me estoy refiriendo, precisamente, a aquellos tiempos en que las composiciones musicales vistosas, chispeantes, que alegraba al personal que frecuentaba los antros madrileños para escuchar a las vedettes que interpretaban con maestría inusitada, no solo con la voz, sino con el porte y los gestos, esas composiciones de las que nos han llegado piezas maravillosas, que han sobrevivido a las celebérrimas intérpretes, de aquel momento.
Ese artefacto fue producto de la imaginación de un villano de la Real Villa de Caudete que le bajó, de lo etéreo a la realidad, en su taller de forja, para uso y disfrute de los caudetanos que frecuentaban aquel bar con nombre de la capital francesa, el París, que abría sus puertas a la antigua Plaza de El Carmen  y cuya alma mater  no era otro que Francisco Solera Rodríguez conocido como "El Pollo".

Vio la luz mucho antes de que los italianos pusieran en el mercado otro aparatico de aluminio que  tenía como fin el mismo que el que había diseñado y construido el caudetano conocido como EL ROJO.

El ROJO, en sus tiempos jóvenes, colaboraba en el horno familiar. Su cometido era ir a las brañas del entorno a por leña para alimentar el fuego con el que habrían de cocerse los panes y las llandas que llevaban, hasta allí, las amas de casa del pueblo.
Un buen día se presentó en el horno y dijo:
"hasta aquí he llegado"
y dejó sus acciones, en el negocio familiar, para dedicarse a bajar, desde el mundo de las ideas, cosas para uso y servicio del ser humano. Se hizo INVENTOR.
La fotografía te muestra uno de los primeros que tomaron forma y cuerpo en el taller de forja que montó aquí, en su pueblo.

Hace dos años, el Viernes Santo, la presidente de la cofradía del Santo Sepulcro, Fina Solera, hija de El Pollo, tuvo a bien invitarme a desayunar, como es costumbre por estos pagos, a chocolate humeante con churros. Cuando entré en el porche donde había dispuesta una mesa larga, perfectamente montada para el desayuno de  cofrades e invitados, lo primero que me llamó la atención, estaba en lugar de privilegio, fue ese aparato. Me acerqué a él.

Detrás de mí, Fina, hija de Francisco, el Pollo, que, en vida, regentara el bar París hasta que un fallo cardiaco se le llevó a La Ciudad de Silencio, me dijo:

"¿Sabe Ud. Qué es ese artilugio?
" Ni idea, le contesté. ¿Qué es?"
"Una cafetera. Mucho café hizo y muchísimos caudetanos bebieron el elixir que ella hacía aflorar.

Un buen día se presentó, en el Bar París, el bueno de EL ROJO con él bajo el brazo y le dijo a mi padre:
"Pollo aquí te traigo este artefacto para que nos hagas buen café todos los días y deja, de una vez para siempre, la jarra para la cábila de los gitanos".

A la muerte de mi padre me tocó a mí y, desde entonces, se encuentra ahí. Y, como ve, limpio y perfectamente cuidado y conservado a pesar de cargar, sobre sí mismo, un siglo de existencia. Un siglo de la historia de la Real Villa de Caudete se ha ido escribiendo en su presencia. Es un recuerdo de mi padre y, de paso, de EL ROJO".

Ayer, repasando la galería de mi telefonillo, me topé con su fotografía, fotografía que obtuve aquel Viernes Santo en que me abrió Fina su casa para que compartiera, con cofrades e invitados, el tradicional desayuno a base de chocolate calentito con churros.

Recibe mi saludo, mis

    ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.11.2020.  Lunes. ( C. 1 097)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

 

2 comentarios:

  1. Fina Solera Rodriguez30 de noviembre de 2020, 0:55

    Buenos días P. Alfonso. Hoy me e llevado la sorpresa de que dedica sus buenos días al buenísimo inventor que tuvimos en Caudete y que no es otro que el Rojo .Esa cafetera que conservo en mi casa como recuerdo del Bar Paris donde nací y permanecí hasta los 22 años. Esta cafetera cuando el Rojo la hizo puede que yo no hubiera ni nacido . Mi padre y el eran buenos amigos.
    Ojalá el próximo año podamos tomar el desayuno de Viernes Santo,eso querría decir que el virus desaparezca y podamos celebrar de nuevo la Semana Santa. Muchas gracias por dedicar este relato a el Rojo y a mi padre y a mi por la parte que me toca.Que tenga un buen lunes.

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  2. Muy buenos días, P. Alfonso, buen recuerdo guarda Fina de su padre y el Rojo además que un buen invento seguro que ese café estaría muy bueno . Que tenga un buen día de San Andrés , tres semanas y días tres para Navidad, decía siempre mi abuela Ana María.

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