ESTAMPA CAUDETANA.
LA FUERZA DE LA COSTUMBRE.
(Vista parcial del carril bici tomada desde la Avda. de
Villena)
Ocurrió hace unos días, no muchos. Delante de mí, como a unos 50 pasos,
caminaba un matrimonio. Ya tenían sus años pero no muchos, no vayas a creer.
Los tres llevábamos la misma dirección, íbamos avenida del atleta Antonio
Amorós adelante por la acera del IES. Al llegar a la avenida de Miguel
Ángel Blanco, aquel chaval de Ermua, lleno de vida y, al que le privaron de
ella los terroristas de la ETA, cruzaron por el paso de peatones y se
dirigieron Avenida abajo hacia la Avenida de Villena. No habían andado mucho,
yo todavía no había llegado a la confluencia de ambas avenidas, cuando delante
de ellos aparecieron dos bicicletas en las que montados venían dos muchachos
jóvenes hablando en alto, no lo suficiente para que me enterara yo de su
conversación, pero aquel matrimonio sí que se enteró y, al verlos, con una
agilidad que yo presumía que no tendrían, se echaron a la izquierda,
hasta el aparcamiento que ha realizado allí el Ayuntamiento en las tierras
cedidas por los hermanos, "los Torrecica".
Cuando los ciclistas pasaron se les quedaron mirando, como diciendo ¡Qué poca
vergüenza!, ¡qué incivismo! Volvieron al camino pero no pasó mucho tiempo
antes de que se pararan y, tras mirar a un lado y a otro de la Avenida, la
atravesaron y siguieron su paseo por el lado derecho de su marcha. En esas, yo
llegué al cruce de ambas avenidas y torcí con dirección a la Glorieta de la
Cruz para seguir, Avenida de la Libertad adelante, en busca de la Avenida de
las Jornetas. En mis pensamientos no encajaba el que la pareja dejara de ir
bien, según mandan las normas, para hacer lo no recomendado cuando se anda a la
vera de una vía de circulación. Yo seguí reflexionando sobre aquello que
me tenía entretenido y me olvidé completamente de la acción de aquellas dos
personas mayores. Saludé a la Virgen de Gracia como cada vez que paso delante de su
imagen de piedra bajo el templete sobre el que se levanta la Cruz de su Hijo
Jesús y la Avda. de la Libertad se abrió, diáfana, ante mÍ y la Avda. de las
Jornetas me devolvió al centro de la Real Villa de Caudete.
Dos días después subía yo por la Avenida de Villena desde el Santuario de la
Virgen hacia Caudete y, una vez que crucé la Avenida de Miguel Ángel Blanco,
una luz se encendió en mi cabeza y, a su fulgor, me quedó clara la razón por la
cual, dos días antes, aquella pareja de personas provectas, sin serlo mucho, se
habían cambiado de lugar en su paseo y, al mismo tiempo, apareció, en la
pantalla del recuerdo, la información que el Señor Alcalde, haciendo las veces
de enviado especial, informaba, in situ, a los ciudadanos sobre la
finalización de unas obras que se habían venido realizando o que se estaban
haciendo, para proveer de un carril bici a los aficionados a pasear en el
artilugio de las dos ruedas.
La cosa estaba clara ya. Aquel matrimonio, llevado por la INERCIA DE LA
COSTUMBRE, ¡cuántas veces habrían hecho ese paseo!, sin prisa, se había metido
de hoz y coz en el carril bici que acababa de construir el Ilmo.
Ayuntamiento para favorecer el tránsito de las bicicletas por un carril que,
partiendo del casco urbano en la Avenida de Villena, se llega hasta la Avenida
de Miguel Ángel Blanco y, por ella, sube hasta la Avenida del Atleta Antonio
Amorós. El Ayuntamiento había previsto, y llevado a su culminación, un proyecto
para uso y beneficio de aquellos que usan la bicicleta a lo largo de la avenida
de Miguel Ángel Blanco y al hacerlo, se han llevado por delante el mini arcén
por el que los viandantes que dirigen sus pasos a la Avda. de Villena
transitan, no disponen ya de una acerica, por la que transitar, de acuerdo con
la seguridad vial, como sí disponen los que lo hacen por la Avenida de Villena,
por la que pueden pasar, sin peligro alguno, los viandantes que no gustan de ir
en bicicleta.
Esa fue la razón por la que aquel matrimonio, que habían ido de la mano delante
de mí, por la Avda. del Atleta Antonio Amorós, al darse cuenta de que se
encontraban en el carril bici, decidieron, con buen criterio, tras mirar a un
lado y a otro de la calzada, cruzar al lado contrario para dejar expedito el
paso a los ciclistas.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
1.12.2020. Martes. (C. 1098)
Con hoy iniciamos la pronunciada pendiente de diciembre que nos expulsará de un
año, si allí llegamos, en el que un virus nos puso de rodillas a los
seres humanos. Me viene a la memoria la afirmación del físico Albert Einstein:
"un virus acabará con el ser humano".
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, con toda su explicación que hoy nos ha dado , nos ha puesto al corriente de la nueva forma como tenemos que hacer uso del nuevo sistema que se ha puesto en circulación , en especial para las bicis ,muchas gracias por información. Que tenga un buen día.
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