El Árbol de la Plaza de la Iglesia

ESTAMPA CAUDETANA.
EL ÁRBOL DE LA PLAZA DE LA IGLESIA

Ayer te llevó mi saludo  el árbol de luz que los oficiales del Ayuntamiento de la Real Villa de Caudete, pinaron en el centro de la plazuela de Santa Ana, árbol que no solo inundaba de luz la corona de la Villa, sino que se elevaba sin dificultad alguna, como un chorro a reacción, pero más rápido para decirles a los que viajaban en avión:"¡Eh! que ahí abajo de donde vengo hay una Villa con título mobiliario que es frontero con dos Autonomías, la Murciana y la Valenciana, desde la misma linde de aquella otra que, otrora, fuera el ámbito en el que tuvieron lugar las correría del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha.
Aquel árbol se encuentra en un lugar privilegiado de la Villa, pero no es el único. Hay más. Hoy te presento al árbol que asienta sus reales en el centro neurálgico de la Plaza de la Iglesia, a "la coñita", que dirán en mi pueblo de Oropesa, sobre la fuente allí existente.  Está tan directamente dotado este árbol que, aunque lo intentan, no pueden anularle los focos que siembran de luz toda la plaza. Pero, no, ella ni siquiera les anda a la zaga, ella se hace la dueña del lugar y somete, con toda su luminiscencia, a las farolas repartidas estratégicamente por las esquinas del lugar.  Y, además, saca de la oscuridad a la torre de la parroquia de Santa Catalina que quería pasar desapercibida escondidica entre las tinieblas de la noche.
El diseño es totalmente diferentes al del árbol de la plazuela de Santa Ana, salvo en la estrella que corona ambos árboles. El árbol de la Plaza de la Iglesia es de un diseño sencillísimo y, de puro sencillo, destaca grandemente y, además, todo lo difuminaba con su luz, con la que envolvía  a aquella pareja de novios que estaban fijando, con el árbol de fondo, a contra luz, aquel momento para el recuerdo, como aprecias a través del arco de La Lonja.

También crea, a su alrededor, un espacio lúdico-festivo donde gozan, a lo grande, los ñaquicos de la Real Villa, como pude apreciar ayer por la tarde al acercarme hasta la parroquia para celebrar la Eucaristía de la víspera del domingo. Dos matrimonios jóvenes habían subido a los pequeñicos encima de la tarima con la que se tapa la pileta de la fuente y allí arriba se lo pasaban pipa dando vueltas al árbol encendido o tocando suavemente con sus deditos los cordones cuajadicos de bombillitas blancas como la nieve.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
13.12.2020. Domingo. (C. 1110)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.