La Pérgola se Desnudó del Todo

ESTAMPA CAUDETANA.
LA PÉRGOLA SE DESNUDÓ DEL TODO.

Sí, ayer tarde, cuando bajé camino de la Virgen abajo, envuelto en la noche, contemplé cómo toda la pérgola verde ya no era ni pérgola ni verde. Toda la foresta se había desnudado. No quedaba ni una sola hoja.  Diríase que no quería que la sorprendiera el invierno ajada y amarillenta, mortecina. Se había quedado en cuero vivo.  La luna, que durante la primavera, el estío y buena parte del otoño no lograba introducir ninguno de sus rayos por entre la cubierta verde, ahora se introducía toda ella por entre las esqueléticas ramas, otrora tupidas y vistosas

Para ser el último día del otoño no hacía mala temperatura. El paseo era agradable, no obstante solamente iba yo por la Avenida de la Virgen.  Al llegar a la Glorieta de la Cruz salían de la ciudad deportiva, Atleta Antonio Amorós, los futbolistas del Caudetano que había empatado a cero goles con el colista. Cada uno salía con una caja de vino en la mano.
Los espacios de esparcimiento para ñacos y el corralico de la Cruz estaban cerrados para toda actividad lúdica o de esparcimiento o de oración a la Madre y Patrona, La Virgen de Gracia. La subida experimentada en el contagio de la infección por el Covid 19 en la Villa ha llevado a las autoridades competentes a cerrarlos para impedir encuentros y, así, evitar dar facilidades a la propagación del virus

Desde la Avenida de Miguel Ángel Blanco aparecía la Real Villa de Caudete tachonada de luces y, por encima de ella, una especie de cofia blanquecina que me decía, a las claras, que la iluminación de las calles del interior de la población, con motivo de la Fiestas de la NAVIDAD DEL SEÑOR, que ya están a la vuelta de la esquina, eran las causantes de semejante efecto.
Al reintegrarme a la Villa  fui observando los adornos luminosos de las distintas calles. Todos muy bonitos. Me hubiera gustado que el diseñador hubiera incluido algunos símbolos alusivos a la FIESTA que los motiva, pero ni desde la Avenida de Villena, ni desde la Calle El Molino los vi.
Desde la torre de Santa Catalina bajaban a aquella hora, los tañidos de las campanas  convocando a la feligresía porque la misa de la tarde del cuarto domingo de Adviento iba a comenzar en breve.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.12.2020. Lunes.  (C. 1.118)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.