ESTAMPA CAUDETANA.
GLORIA Y JUAN
Pasadas las cinco de la tarde de ayer sábado una traca explotó no muy lejos del
convento de San José (El Carmen). Por las ventanas se colaron, con violencia,
los estampidos que echaron al aire las carcasas de las bombas al
explotar.
¡Una boda! Exclamó el P. Ángel.
No habrían pasado muchos minutos cuando tuve que salir a hacer un recado y al
torcer por la calle del Alcalde Luis Pascual constaté que el P. Ángel dio
en el clavo porque la puerta de una de las casas de esa calle estaba adornada
como suelen estar las puertas de las casas de las novias el día de su boda. La
confirmación del aserto del P. Ángel la tuve momentos después al pasar por
delante de la puerta de la parroquia de Santa Catalina. No vi ni a la novia ni
al novio pero sí a un montón de gentes, invitados al enlace que, vestidos primorosamente,
aguardaban la llegada de los ilusionados jóvenes que, libremente, sin coacción
alguna, iban a hacerse, uno al otro, ofrenda de sí mismos amparados por el AMOR
y, al decir amparados por el AMOR, estoy diciendo, amparados por DIOS pues Dios
es AMOR y solo en Él puede alguien tomar la decisión de renunciar a sí mismo
para ayudar a crecer al otro como hiciera Jesucristo, el Hijo de Dios, al
entregarse totalmente por la Iglesia, según el decir de San Pablo cuando hablaba
del matrimonio que «no encontraba nada para poder explicarlo si no era
comparándolo con el amor de Jesucristo por la Iglesia» (Ef. 5, 25-33),
convirtiéndose el matrimonio cristiano en signo visible del amor de Dios por el
hombre llevado a efecto por Jesús al hacerse donación total en la cruz por el
ser humano.
Ponía yo el pie en la Lonja pocos minutos después de las 19,00 horas cuando otra traca
llenó de ruido y de humo blanco toda La plaza de la Iglesia. Estaban saliendo
por la puerta de la parroquia los novios, convertidos en marido y esposa,
en matrimonio, y una tupida nube de arroz, lanzado por decenas de manos,
caía encima de los recién casados como buen augurio de larga y fecunda vida.
Andaba yo buscando "cazar" al joven e ilusionado matrimonio
para sacarles una fotografía y no había modo porque todo el mundo, hasta el
cura, venido de fuera, que fue testigo del compromiso de los jóvenes novios,
sin miedo al Covid 19, sin mascarilla ni nada, los abrazaban y besaban.
Apareció a mi lado José el fotógrafo llamado a inmortalizar el hecho y le dije:
"José, esta vez no te puedo hacer la competencia porque no veo el momento
de poder sacarles una foto"
"No te preocupes, me dijo, y fue donde ellos, los separó de los que los
achuchaban y les dijo: Alfonso quiere haceros una foto"
Y, Ellos, Gloria y Juan o Juan y Gloria, que tanto da, me
concedieron ser hoy portadores de mi saludo, de mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
10.10.2021.Domingo. (C. 1.393)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita
Muy buenos días, P. Alfonso, muy guapos estaban Juan y Gloria cómo corresponde a ese día tan grande, mi enhorabuena y que sean muy felices por muchos años. Y usted que termine bien el domingo día del Señor.
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