ESTAMPA CAUDETANA.
LOS TORDOS.
De todos es conocido que Virtudes siempre está ojo avizor ya sea desde las
ventanas de su casa que allá en El Real miran a Santa Catalina, como es el caso
de hoy, ya sea desde campo abierto por el predio caudetano. No sale nunca
de casa, ni siquiera cuando lo hace para pasear a sus perricos, sin su cámara
fotográfica. Cuántas veces ha sabido encontrar en la foresta obras preciosas
realizadas por la naturaleza y que para la mayoría de los mortales les pasan
desapercibidas.
Sí, María Virtudes es una artista muy sensible y está perfectamente dotada para
colgar en las paredes en su museo particular, qué es la galería de su
telefonillo, multitud de obras grandiosas realizadas por la artista sin
parangón, por la naturaleza y aunque muchas de ellas perecen ante el implacable
mecanismo destructor que lleva consigo el tiempo, la Biblia nos habla de lirios
del campo que a la mañana florecen, pasa el aire y fenecen sin dejar rastro
perceptible (Salmo 103, 15-16) y yo mismo te he hablado en muchas
ocasiones de la flor de las echinopsis que pueblan el lar carmelitano de esta
Real Villa de Caudete, el convento de San José, en alfeizares de ventanas y por
el duro suelo del claustro barroco toscano del siglo XVII, que abren sus
hermosas flores en medio de la noche y luego, mediado el día se cierran
sobre sí mismas y desaparecen, pero que ella descubre con su fina pupila
sirviéndose de su máquina de fijar el momento. Nos viene sorprendiendo
frecuentemente con las imágenes que daba gusto verlas por que te fijan a ti
mismo embelesado por la imagen extraída de la foresta durante los paseos que da
por los alrededores de la villa.
Unas de estas imágenes las consiguió en el atardecer de uno de estos días. Una
bandada de TORDOS (estorninos), que deberían haber emprendido el vuelo migratorio
hasta lugares más cálidos en el África, regresaban de los campos donde habían
pasado el día cebándose a guarecerse y pasar la noche en el tejado de la torre
de la parroquia de Santa Catalina. Agranda un poquico las fotografías y los
verás, unos posados en los altos formando un borde dentado y otros afluyendo a
la torre donde ya los esperaban sus compañeros.
No sé, pero parece que esos animalicos voladores presienten que el invierno no
va a ser duro porque no emigraron. Ya te he hablado estos días de atrás de unas
parejas de estos volátiles se han venido alimentando de los kakis que dejé, a
posta, en el árbol para subvenir a su necesidad. Espero que se cumpla su
instinto y el invierno que «no se come el lobo», dicen en el valle cántabro de
Lamasón, no sea duro y se porte bien con nosotros por estos pagos caudetanos.
Y fue María Virtudes la que los sorprendió en su vuelo de aproximación y
posado, una de estas tardes de Dios.
Esas fotos son las que te llevan hoy mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
17.1.2022. Lunes. (C. 1.441)
17 de enero, día de San Antón cuidador también de los tordos.
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenas tardes , P. Alfonso, buenas instantáneas las que ha conseguido Virtu con los tordos en la torre en sus fotos y gracias a usted podemos disfrutar de ellas. Que termine bien el día de San Antón, patrón de los animalitcos.
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